Entorno

China frena las ventas de prendas de vestir tras marcar un retroceso del 5% en noviembre

Modaes

15 ene 2016 - 11:44

China frena las ventas de ropa. El gigante asiático contrajo en noviembre el consumo de prendas de vestir, registrando un retroceso del 5%, respecto al mismo mes del año anterior. Los datos, que comunicó el Ministro de Industria y Tecnologías de la Información del país, corresponden a la evolución de la facturación de los cien principales retailers chinos.

 

Sin embargo, las ventas online en el país siguen creciendo a doble dígito. Entre enero y noviembre, el consumo a través de Internet se disparó un 34,5% respecto al mismo periodo del año anterior. En los once primeros meses del año, las compras por la Red en China alcanzaron 3,45 billones de yuans (481.100 millones de euros). Sólo en ropa, las ventas por Internet en este periodo se elevaron un 23,5%.

 

Por otro lado, las exportaciones textiles del país han disminuido sobre todo en Europa y Japón, dos de los principales mercados del sector, por la depreciación de las monedas. Entre enero y octubre, las ventas chinas de artículos textiles a Europa cayeron un 10,6% interanual, hasta 44.860 millones de dólares (41.215,7 millones de euros) y, a Japón, donde descendieron un 12%, hasta 18.800 millones de dólares (17.272,7 millones de euros).

 

Las exportaciones del sector del país también marcaron un ligero retroceso en la región Asean, de países del sudeste asiático, con una bajada del 1,7% interanual. En cambio, la industria textil del país aumentó sus ventas en los diez primeros meses del año a Estados Unidos, África y Corea del Sur.

 

China continúa dando pasos hacia una transformación económica que implica evolucionar su actividad manufacturera, pasando de una industria de mano de obra intensiva, como el textil, a otra de mayor componente tecnológico, que ha empezado a desarrollarse en las zonas costeras del país. De hecho, China ya ha derivado parte de esta industria intensiva en mano de obra a otros países del sudeste de Asia, con costes laborales hasta cinco veces más bajos que los suyos.

 

Ante este reto, la industria china del textil está sufriendo una fuerte transformación, que orienta hacia la búsqueda de nuevos modelos de negocio más verticalizados, que cubran toda la cadena de valor, desde el hilado hasta la prenda.