Entorno

Camboya tensa la relación con los trabajadores del textil sin dar respuesta a sus exigencias

Modaes

24 mar 2014 - 18:28

Camboya tensa su relación con los trabajadores del textil. El Gobierno del país asiático, uno de los principales proveedores de ropa del mundo, sigue sin dar respuesta a las reivindicaciones de los sindicatos, que vienen exigiendo un incremento salarial desde finales del año pasado. El Ejecutivo ha tratado de silenciar las voces de protesta evitando nuevas manifestaciones. Los sindicatos acusan al Gobierno de negarles la libertad de reunión y asamblea.

 

El pasado viernes, los líderes sindicales de la industria textil de Camboya se reunieron para denunciar que el Gobierno les está amenazando y para reivindicar de nuevo la exigencia de subir los salarios.

 

La industria camboyana del sector, que emplea a más de 500.000 trabajadores y genera más de 5.000 millones de dólares en exportaciones, ha protagonizado diferentes manifestaciones desde que comenzara el año en protesta por el aumento de salario que aprobó el gobierno del país a finales de 2013 y que los trabajadores consideran que es insuficiente.

 

En una de las manifestaciones, las fuerzas de seguridad gubernamentales abrieron fuego contra los trabajadores y provocaron la muerte de cinco personas, además de dejar una treintena de heridos. Desde aquel incidente, el Ejecutivo camboyano ha dispersado cualquier intento de convocatoria de huelga o manifestación de los sindicatos.

 

Los sindicatos se han dirigido también a los grandes grupos de moda que se aprovisionan en el país asiático para que presione al Gobierno para incrementar los salarios. A mediados de marzo, treinta grupos internacionales de distribución, entre los que se encuentran H&M o Gap, dirigieron una carta al Ejecutivo camboyano en la que expresaron su preocupación por su presión contra la libertad de asociación, así como su rechazo a la detención de una veintena de trabajadores durante las protestas de enero.

 

La patronal, por su parte, llegó a exigir al Ejecutivo suspender al país como firmante de la convención de la Organización Internacional del Trabajo de 1987. Los empresarios cierran filas con la política del Gobierno, al considerar que los representantes de los trabajadores se han excedido en sus peticiones.