Entorno

Brasil, la fiebre carioca contagia al negocio español de la moda

Sarah García

19 ago 2013 - 07:00

La Copa Confederaciones y la Jornada Mundial de la Juventud en 2013, el Mundial de Fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016. Brasil está de moda. El país carioca, integrado desde hace años en el grupo de economías en desarrollo con mayor potencial, afronta una etapa clave en su historia más reciente y encara cuatro años en los que en su territorio se celebrarán macroeventos, la mayoría de ellos deportivos, que reforzarán su posición en el mundo y que le darán la oportunidad de dar un paso hacia adelante y colocarse como líder económico de Sudamérica.

 

Esta etapa de crecimiento y apertura ha atraído a muchas compañías internacionales de moda, entre ellas españolas, que miran a Brasil y concentran en él parte de sus planes de crecimiento. Ejemplos de ello son Desigual, que ha proyectado la apertura de medio centenar de tiendas en el país hasta 2016; Camper, que entrará en el mercado entre este año y 2014, o Pretty Ballerinas, que en junio abrió su primera tienda en Sao Paulo.

 

Brasil, mayor país de Sudamérica, ocupa la quinta posición en el ránking mundial de países por extensión y por población. Con más de 200 millones de habitantes, Brasil es la octava economía del mundo, aunque ocupa el puesto 106 si se contabiliza el PIB per capita, por debajo del de economías como Libia, Rumanía, Kazajstán o Puerto Rico.

 

La moda es un sector importante en el país, con gigantes como Alpargatas, propietario de las conocidas Havaianas, y Colcci y una industria textil en crecimiento que cerrará 2013 con una cifra de negocio de 53.000 millones de dólares (42.154 millones de euros), según datos de la Asociación Brasileña de la Industria Textil (Abit, en sus siglas en portugués).

 

El sector textil de Brasil, el segundo que más empleo genera, se compone de alrededor de 30.000 empresas que producen 9.500 millones de piezas por año. Muchas de esas compañías se dedican en exclusiva al mercado local y sólo el 15% de la producción se exporta. Esta alta concentración de operadores del país unida a los problemas burocráticos y los aranceles impuestos por el Gobierno hacen que la importación sea complicada y frena a muchos operadores internacionales, que empiezan su desembarco en Sudamérica en otros países.

 

No obstante, la relación comercial entre Brasil y España ha cambiado mucho en los últimos diez años. Desde 2003, las exportaciones españolas al país carioca se han casi multiplicado casi por tres, pasando de 1.024 millones de euros a 2.818 millones de euros, aunque la balanza comercial sigue siendo positiva para Brasil, cuyas emisiones a España sumaron el año pasado 3.365 millones de euros.

 

A diferencia de lo que ocurre en otros sectores, en el caso de la industria de la moda, desde 2003 la balanza comercial ha sufrido un cambio sustancial. Mientras las exportaciones españolas de moda a Brasil se han incrementado de 35 millones de euros a 103 millones de euros, las importaciones del país carioca se han reducido un 63,7% en diez años, pasando de 69,15 millones de euros a 25,08 millones de euros.

 

Compañías como Inditex han contribuido a que este cambio se produzca. A cierre de abril, el grupo gallego contaba con 41 establecimientos en el país, 39 correspondientes a Zara y dos a Zara Home, cadena con la que entró en el país en 2012. Mango, por su parte, cerró el pasado enero el único punto de venta que tenía en el país.

 

La compañía catalana, que salió del país carioca el pasado enero, explicó que decidió abandonar el mercado brasileño por factores administrativos y por los impuestos a la importación de bienes. Mango llegó a contar con una decena de tiendas en Brasil, que fueron cerrando sus puertas poco a poco.