Entorno

‘Bienvenido Mr. Obama’: el presidente ultima su visita España en plena ofensiva de la moda española en EEUU

Iria P. Gestal

13 jun 2016 - 04:48

 

El próximo julio, a las puertas de terminar su mandato, Barack Obama pisará España por primera vez. Su visita, la primera de un presidente estadounidense en quince años, se produce en plena ofensiva de la moda española en el país americano, con un récord de exportaciones en 2015 y coincide también con el desembarco de gigantes estadounidenses como Gap o Payless en el mercado español. Mientras, sobre la mesa se encuentra el debate sobre el TTIP, un acuerdo con defensores y detractores que tendría un impacto trascendental también en la industria de la moda. Los dos lados del Atlántico nunca estuvieron tan cerca.

 

En 2015, la moda española disparó sus ventas a Estados Unidos un 24,11%, hasta 810,7 millones de euros. Con esta subida, la mayor desde el inicio de la crisis, el país norteamericano se convirtió en el destino que más incrementó sus compras de moda a España el año pasado, apoyado en la fuerte apuesta de la moda nacional en el país y en el efecto favorable de los tipos de cambio.

 

El primer mercado mundial de consumo de moda es una plaza compleja por su extensión, su saturada red de distribución y el gran número de fuertes competidores locales pero, pese a todo, son cada vez más las compañías españolas que deciden dar el salto y aventurarse en el mercado estadounidense.

 

De hecho, el impulso exportador se ha mantenido también en el arranque del año, con un aumento de las ventas de moda del 15,7%, hasta 213,4 millones de euros, en el primer trimestre.

 

 

Alma en Pena es una de las compañías españolas que, en los últimos meses, se han decidido a cruzar el charco. La compañía desembarcó en el país a través de ferias en Las Vegas, Miami y Nueva York y, tras el éxito en el mercado estadunidense, ha decidido utilizarlo de trampolín para comenzar su desarrollo en Latinoamérica.

 

Otra compañía de calzado que ha clavado su bandera en Estados Unidos es Cuplé, que puso un pie en el país con un primer establecimiento en Los Ángeles. También Indi&Cold ha desembarcado recientemente en Estados Unidos, desde donde se prepara ahora para dar el salto al mercado canadiense.

 

Por su parte, compañías como Uno de 50 o Puig, con una amplia presencia en el mercado, han volcado sus esfuerzos en el país, impulsando su red de tiendas en los últimos meses. La enseña de joyería prepara seis nuevas aperturas durante este año, después de subir la persiana en el parque de atracciones Disney World, en Orlando (Florida). Puig también impulsó su desarrollo en Estados Unidos con su marca Penhaligon’s, para la que proyecta aperturas en Nueva York, Stanford y Honolulu.

 

En cuanto a los grupos de gran distribución, compañías como Inditex, Tous, Desigual o Mango tienen una amplia presencia en Estados Unidos, aunque la compañía pilotada por Isak Andic ha reducido drásticamente su red de distribución en el país tras romper su acuerdo con JC Penney a comienzos de este año.

 

 

Del mismo modo, también grupos estadounidenses han apostado en el último año por poner su bandera en España. Aunque el volumen de consumo, los precios y la proximidad cultural sitúan mercados como Reino Unido o Alemania entre los destinos europeos preferidos por los operadores estadounidenses, el mercado español también ha atraído a grupos que eligen España como su puerta de entrada al continente.

 

Es el caso del gigante del calzado Payless, que a principios de mes creó estructura en España con la puesta en marcha de su filial Payless Shoesource Licencing Spain con la vista puesta en iniciar su desarrollo en Europa.

 

Aunque el desembarco más esperado fue el de Gap, número tres de la distribución de moda en el mundo, que comenzó el año pasado su ofensiva en España de la mano de El Corte Inglés, que se convirtió en el franquiciado en exclusiva del grupo en el mercado nacional.

 

En 2015, las importaciones de moda a Estados Unidos alcanzaron los 176,5 millones de euros, un 13,78% más que el año anterior, después de elevarse otro 16,17% en 2014.

 

 

El TTIP, en el centro del debate

Aunque la moda no forme parte de la agenda, un asunto que seguro estará en las conversaciones del presidente norteamericano en su visita a España será el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), el tratado de libre comercio que quieren firmar Estados Unidos y la Unión Europea y que pretende incrementar, agilizar y liberalizar el comercio entre ambos lados del Atlántico.

 

Por un lado, el acuerdo reduciría significativamente las barreras de las empresas españolas para operar en el país, ya que suprimiría los aranceles y reduciría y armonizaría las barreras normativas. Al mismo tiempo, los detractores del acuerdo argumentan que favorecería en demasía a las grandes multinacionales, y, en el caso concreto de la moda, que la desaparición de las barreras normativas supondría dar un paso atrás en materia de regulación de aspectos como made in.

 

Caso particular es el de la cosmética, donde la regulación difiere mucho en las dos regiones. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estima que hay 1.328 sustancias prohibidas en Europa por sólo 11 en Estados Unidos en materia de cosméticos, con lo que el TTIP podría suponer la entrada en el continente de productos procedentes de Estados Unidos prohibidos en Europa.