Entorno

Bangladesh, a contrarreloj para subirse al fenómeno China

El país, situado en el sudeste de Asia, se ha erigido en la última década como uno de los hubs productivos low cost de la moda. Sólo esta industria continúa generando más del 80% de sus exportaciones.

Jaime Cevallos

23 abr 2018 - 04:56

Bangladesh, a contrarreloj para subirse al fenómeno China

 

Bangladesh, tras la estela del desarrollo. El país, localizado en el sudeste de Asia, mantiene aún más de la mitad de su mano de obra en la agricultura mientras intenta derivar su economía hacia la industria apoyándose en el textil. Sin embargo, todavía queda recorrido para convertirse en un mercado de consumo. En la actualidad cuenta sólo con dos centros comerciales y uno con marcas extranjeras, situado en una de las zonas residenciales de Dacca, cerca de las sedes de las multinacionales que operan en el país.

 

Con dos millones de jóvenes ingresando al mercado laboral cada año, Bangladesh está creciendo gracias de las exportaciones y la apertura de nuevos mercados. Sin embargo, el territorio aqueja de déficits en infraestructuras, energía y reformas económicas que frenan su avance económico.

 

Bangladesh, que se independizó de Pakistán en 1971, es el octavo país más poblado del mundo con 167,6 millones de habitantes. La economía de Bangladesh ha crecido en torno a un 6% anual desde 1996 a pesar de haber vivido periodos de fuerte inestabilidad política. Más de la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) del país lo genera el sector servicios, aunque cerca de la mitad de la mano de obra continúa trabajando en el campo.

 

 

 

 

El PIB del país se sitúa en 250.000 millones de dólares tras crecer en 2017 un 7,1%. En la actualidad, su crecimiento se encuentra un peldaño por debajo de la India, que incrementó su PIB un 7,4% en el último año, pero evoluciona mejor que la de Pakistán, que creció un 5,6%.

 

Más allá del textil, la industria de Bangladesh abarca también los derivados del petróleo, la farmacéutica, la metalurgia o siderurgia. Sin embargo, la economía todavía depende en gran medida del textil.

 

El consumo de las familias aporta el 67,5% del PIB, mientras que el gasto público apenas alcanza el 6,5%. La gran masa de la población de Bangladesh, sin embargo, aún está lejos de alcanzar estándares de vida de las economías avanzadas o de otros países en desarrollo, a pesar de que sus ingresos per cápita han llegado a 1.730 dólares en 2017 y alcanzará los 2.560 dólares en 2023, según los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

La industria textil es uno de los motores de la economía de Bangladesh. Aunque, como todo país en vías de desarrollo, otra parte de sus ingresos proviene de las remesas de dinero de los bengalíes que han tenido que ir a trabajar al extranjero.

 

 

 

 

La tasa de pobreza en los hogares cuyos miembros trabajan en la industria manufacturera pasó del 37% en 2010 al 21% en 2016. Fruto de ello, la manufactura contribuyó en un 85% a la reducción de la pobreza en las áreas urbanas, sobre todo en los hogares cuyos miembros están vinculados al sector de la confección.

 

La reducción de la pobreza, sin embargo, continúa siendo más lenta en las áreas urbanas que en las rurales debido, entre otras cosas, al aumento de la miseria en Chittatong, la segunda ciudad mayor del país. Ahora hay 3,3 millones de personas que viven en la pobreza extrema, frente a los tres millones que se contabilizaban en 2010.

 

Ante este escenario, Bangladesh está aún lejos de coger el mismo tren del desarrollo que en su día tomó China. No obstante, el país está atrayendo inversión internacional para reforzar su infraestructura. El pasado noviembre, el Banco Mundial otorgó un préstamo de 457 millones de dólares al sector textil de Bangladesh para potenciar las infraestructuras del sector y crear empleo y, a principios de 2018, el Banco Asiático de Desarrollo firmó un acuerdo con Eastern Bank para conceder un préstamo de veinte millones de dólares para mejorar los estándares de calidad del sector en el país.

 

Este año, el país celebra elecciones generales para elegir los miembros al Jatiya Sangsad, el parlamento bengalí. Los últimos comicios tuvieron lugar hace cuatro años en medio de una fuerte polémica, porque los boicoteó el partido de la oposición, el Partido Nacionalista de Bangladesh, que lidera la ex primera ministra Khlaleda Zia. Venció entonces la Liga Awami, de Sheikh Hasina, a pesar de que sólo llegó a votar el 22% de la población.