Entorno

Algodón 2030: precios a la baja, tímida subida de la producción y más sostenibilidad

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) anticipa un alza de la producción del 1,5% al año en la próxima década, con un alza del 1% en los yields medios.

I. P. G.

14 sep 2021 - 04:49

Algodón 2030: precios a la baja, tímida subida de la producción y más sostenibilidad

 

 

El algodón encara el mundo post-Covid con incertidumbre. Con la presión bajista de precios, la amenaza de nuevas tensiones comerciales, el impacto del cambio climático y, sobre todo, la sombra del todopoderoso poliéster, la otrora materia prima reina se enfrenta a una nueva década desafiante con una única certeza: la sostenibilidad ganará terreno.

 

En su último informe, la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) anticipa un crecimiento de la producción del 1,5% anual hasta 2030, cuando alcanzará 28 toneladas métricas.

 

La expansión vendrá dada en parte por el crecimiento de la superficie cultivada, con un crecimiento del 0,5% al año, y también por el crecimiento de los yields globales, con una subida del 1% anual.

 

Los yields se han mantenido planos desde 2004 debido a las plagas y escasez de agua en algunos grandes productores y por la creciente importancia de países con pocas tasas de rentabilidad.

 

 

En este sentido, la FAO apunta que la adopción de mejores prácticas para la producción sostenible del algodón “podría traer mejoras en la próxima década, pero el crecimiento de los yields podría continuar siendo un desafío en varios países”.

India continuará siendo el mayor productor de algodón del mundo, con una cuota del 25%; seguida de China, con un 22%, Estados Unidos, con un 15%, y Brasil, con un 10% sobre el total de la producción.

 

Por su parte, el comercio global de balas de algodón en bruto crecerá un 25% en la próxima década, hasta once toneladas métricas, superando ligeramente el crecimiento del consumo debido al aumento de la demanda en países sin mucha producción local como Bangladesh o Vietnam. Ambos países junto con China coparán más de la mitad de las importaciones de algodón en bruto en 2030.

 

 

Las mejoras genéticas y la adopción de mejores plásticas para la producción sostenible reduce el riesgo de plagas y podría aumentar los ‘yields’

 

 

Mientras, Estados Unidos continuará como el mayor exportador, copando el 33% del comercio mundial, frente al 36% actual, asumiendo que mejoren las relaciones comerciales con China durante el periodo.

 

Los precios, por su parte, no abandonarán la tendencia bajista que mantienen desde 2017. Una posible alternativa podría ser que China redujera la cuota de producción del poliéster en favor del algodón, en el marco de su estrategia de transformación hacia una economía más verde.

 

En este sentido, la FAO anticipa también que la sostenibilidad será clave en los próximos años para la producción y demanda del algodón. El porcentaje de algodón producido con estándares sostenibles u orgánicos ha crecido de forma continua desde 2010, hasta alcanzar el 25% en 2018. De ello, el 45% es algodón certificado de Better Cotton Initiative (BCI).

Brasil lidera la producción sostenible (un 80% de su producción es certificada). Con todo, el avance de estas certificaciones supondrá también una mayor exigencia de transparencia y trazabilidad en la cadena de valor, subraya la FAO.

 

 

 

 

Desafíos a futuro

El sector del algodón se enfrenta también a numerosos desafíos, tanto endógenos como exógenos, que podrían condicionar estas previsiones. La primera y más fundamental es la rapidez de la recuperación de las distintas economías, un factor que tiene mucho más impacto para el algodón que para otras commodities agrícolas.

 

Además, la sostenibilidad podría ser también un arma de doble filo. La FAO alerta de que el reciclaje en la industria textil está creando un mercado secundario competitivo que podría reducir todavía más la demanda de algodón y de otras fibras. “Sin embargo, en países de rentas altas parece haber una creciente preferencia por fibras naturales, que podrían favorecer al algodón frente al poliéster”, precisa la organización.

 

La política también es clave en el desarrollo de esta materia prima. Algunos países del este de África están desanimando las importaciones de ropa de segunda mano, lo que podría impulsar el consumo local de algodón.

 

 

 

 

Las proyecciones también son sensibles al cambio climático, que podría aumentar las inundaciones y otros fenómenos que penalizan las cosechas, aunque al mismo tiempo las mejoras genéticas reducen el riesgo de plagas y podría suponer un impulso para los yields.

Por último, las tensiones comerciales serán clave, particularmente el desarrollo de la disputa entre Estados Unidos y China, ahora marcada por la restricción a las importaciones de algodón de Xinjiang.

 

“Este problema es una preocupación cada vez más importante para los consumidores, la industria y los responsables políticos en muchos países y, dependiendo de si estas preocupaciones aumentan o disminuyen en el futuro podría alterar considerablemente las perspectivas de exportación de China de tejidos a base de algodón y en consecuencia, su demanda de algodón en bruto”, sentencia la FAO.

 

Precisamente el escándalo de Xinjiang, donde numerosas organizaciones internacionales han denunciado que la minoría uigur es sometida a trabajos forzados, ha sido uno de los mayores desafíos a los que se ha enfrentado la industria global del algodón en el último año, junto con las falsificaciones de las certificaciones detectadas en India por Gots. Ambos escándalos obligan de nuevo a poner el foco en la trazabilidad y la transparencia, la gran asignatura pendiente del sector.