Entorno

Alejandro Laquidain: "El CIE es una herramienta importante y la hemos infravalorado"

S. Riera

3 abr 2014 - 04:42

Alejandro Laquidain ha presidido el Consejo Intertextil Español (CIE) en estos dos últimos años. El empresario ha sido uno de los protagonistas de uno de los episodios más tensos en la patronal española del textil y la confección desde su fundación en 1979. El pasado febrero expiró su mandato, aunque mantiene el cargo mientras las siete asociaciones empresariales que forman la patronal no eligen un nuevo presidente. Laquidain se marcha con tristeza por no haber podido realizar las metas marcadas y con el mal sabor de boca que deja un duro enfrentamiento interno.

 

Pregunta: La industria textil y de la confección, ¿está mejor o peor que dos años atrás?

Respuesta.: Ha recorrido un camino paralelo al de la industria del país. Texfor empezó la presidencia del CIE en un periodo de crisis profunda. Los años 2012-2013 fueron los peores para el textil, porque veníamos de dónde veníamos. Pero capeamos el temporal porque estábamos preparados. El textil vive las mismas preocupaciones que el resto de sectores industriales. Hemos dejado atrás el pesimismo. Hay empresas que están funcionando muy bien, sobre todo las que están externalizadas.

 

P.: ¿La relocalización será una realidad?

R.: Este fenómeno no sólo se ha dado en este país ni en este sector. Que se deje atrás la crisis tiene que ver en parte con este retorno, que hoy es una realidad. El aumento del movimiento a nivel empresarial viene dado por el incremento de la actividad exportadora, pero también por un crecimiento a nivel interno.

 

P.: ¿La devaluación de los costes laborales en España favorecerá la reindustrialización?

R.: No me gusta hablar de devaluación interna. Creo que hemos hecho una corrección. Hace unos años, tiramos la casa por la ventana. Si nos hemos convertido en más competitivos es porque hemos corregido la pasada de frenada de unos años atrás. Nosotros no vendemos tejidos porque somos los más baratos. China es más barata. Vendemos por otros motivos, como la calidad, el diseño o el servicio.

 

P.: ¿Cuenta la industria textil con el apoyo de la Administración?

R.: No queremos que intervenga en forma de ayudas directas, sino en políticas que favorezcan este retorno.  Dar dinero no es invertir. Siento decepción por no haber podido llevar a cabo el trabajo de colaboración con el Ministerio de Industria. La Administración, en ideas, está por la labor. Falta que implante medidas. Desde la Administración no se dan cuenta que invirtiendo en industria y en empresa el resultado es bueno para la empresa, pero también para la sociedad. Las buenas intenciones existen, como la campaña de la marca España.

 

P.: ¿Cómo ve el textil dentro de diez años?

R.: El futuro es complejo. Estamos en un momento de corrección comercial e industrial. Habíamos tomado un camino que no era el correcto y ahora estamos desandando el trayecto. Para según qué producción, la industria cercana tiene que existir.

 

P.: ¿Cómo valora sus dos años al frente del CIE?

R.: Ha sido una legislatura en la que no hemos podido aprovechar el tiempo como hubiésemos deseado. Y este era el tema primordial: evaluar cómo era el sector, cuál era su medida y qué capacidad tenía para absorber el retorno de la producción. Otro de los objetivos era buscar mayores sinergias entre los diferentes subsectores del textil.

 

P.: ¿Qué consecuencias tendrá para el sector la salida del CIE de Euratex?

R.: Quiero ver el tema de Euratex como un paréntesis. Que el corto espacio que el textil español puede quedar fuera de Europa que como un paréntesis. A Europa le parece imposible que estemos fuera. España tiene que estar implicada en los órganos de gobierno, porque tenemos un papel muy importante y actores de peso internacional. España no sólo no debe dejar de estar, sino que además tiene que tener un papel activo. Falta más implicación. En Europa no sonaría raro, por ejemplo, que Euratex tuviera un presidente español.

 

P.: ¿Cómo evalúa el rol de los sindicatos en el sector?

R.: Los sindicatos se tienen que reinventar y son conscientes de ello. Hay que agradecerles su actitud hacia en el sector en estos tiempos. Pensando en el último convenio, fueron responsables e intentaron ayudar para que el recorrido fuera lo menos duro posible. Son conscientes de que el entorno y la situación también ha cambiado. Los sindicatos están hoy más cerca de la realidad de la empresa y los empresarios también están más cerca de la realidad laboral. En estos momentos extremos, los empresarios se han percatado que ha habido una gran respuesta por parte de los trabajadores, a los que prefiero llamar colaboradores. Y los sindicatos han sido responsables en este sentido. La sintonía es básica.

 

P.: Ante el curso que han tomado los acontecimientos en el CIE, ¿se va con mal sabor de boca?

R.: La aseveración de que la Agrupación Española del Género de Punto y la Federación Española de Empresas de la Confección abandonan la idea de un convenio propio mientras han sometido al CIE a una situación extrema me parece de una gran irresponsabilidad. El convenio era una excusa. Todo ha sido una irresponsabilidad supina por parte de dos personas, que además han presidido el CIE. También me parece peligroso e irresponsable llevar a dos organizaciones fuera del CIE por incumplimiento del pago de obligaciones. Ocurrió lo mismo hace unos años. En mayo de 2005, la misma persona, por el mismo motivo y por la misma excusa llevó al CIE a la misma situación que ahora.

 

P.: ¿El relevo en la presidencia del CIE es la única vía para garantizar la supervivencia de la patronal?

R.: No hemos de perder jamás la presencia y participación de algunas asociaciones en el CIE. Y por esto me entristece que algunas personas lleven al CIE a esta situación. Es importante que el CIE permanezca y que lo haga con todos sus miembros. Espero que personas que hayan tomado según qué decisiones desde un punto de vista egocéntrico reflexionen o, al menos, que las organizaciones a las que representan reflexionen. El activo más importante del CIE es ser una única voz ante la Administración, los sindicatos y Bruselas.

 

P.: ¿Le daría algún consejo o le haría alguna sugerencia a su sucesor?

R.: Más que un consejo, un deseo. Promover el encuentro, que no el consenso, que es un término que hoy está muy desprestigiado dentro del CIE. El CIE necesita metas que vuelvan a ilusionar, tiene que servir para que las empresas funcionen. Se necesita una voluntad integradora y abordar metas altas. No puede ser que en España haya confeccionistas que digan que no encuentran tejedores y, a la inversa, tejedores que dicen que no hay confeccionistas.

 

P.: ¿Qué perfil deberá tener la persona que le releve al frente del CIE?

R.: Tiene que tener un perfil conciliador. La paciencia no es suficiente. No queremos a nadie de perfil bajo. La situación es tan particular que todos tienen que sentirse cómodos con quien venga. Debe ser un catalizador. El CIE tiene vida, recorrido y sentido. Si no fuera así, lo hubiéramos dejado caer. Es una herramienta importante y la hemos infravalorado.

 

P.: ¿Volvería a ocupar en el futuro la presidencia de alguna patronal?

R.: Me entristece no haber sacado un mayor rendimiento a este mandato, pero para volver tendría que haber un motivo de exigencia altísima. Las cosas se dan cuando se dan y ejercer una responsabilidad en una patronal toca cuando toca. Intentar repetir o prolongar es que algo no funciona, ya sea en la estructura o en la persona.