Entorno

A golpe de ERE: de Blanco a Caramelo, los grandes ajustes de plantilla de la moda española

S. Riera

30 mar 2015 - 04:57

Blanco ha protagonizado el último gran recorte de personal de los últimos años. En veinte meses, la compañía española ha despedido a 711 trabajadores y plantea suprimir otros 322 empleos en dos expedientes de regulación de empleo (ERE). El ajuste de Blanco es el mayor de los últimos cinco años en el negocio de la moda, por encima de los que han realizo otras compañías del sector, como Caramelo, Prénatal, Liz Claiborne o Marie Claire.

 

El grupo de distribución de moda, que el año pasado compró Alhokair, lidera el ránking de los mayores EREs del sector. El inversor árabe dio la semana pasada un paso más en la reestructuración de Blanco y presentó un expediente de regulación de empleo para 332 trabajadores, cerca del 25% de la plantilla actual. Este ajuste de personal se suma al que la compañía llevó a cabo en julio de 2013 y que afectó a 711 empleados.

 

 

 

La gallega Caramelo ha ajustado su plantilla tres veces en los cinco últimos años por la reducción de su actividad y de su red de tiendas. La compañía llevó a cabo el año pasado un ERE para despedir a 180 empleados, 131 de ellos correspondientes a la red de tiendas y 46 de la sede central, como medida para facilitar la salida del concurso de acreedores. En 2012, la empresa ejecutó otro ERE que afectó a 201 personas; tres años antes, ya había efectuado uno sobre 237 trabajadores.

 

Otra compañía gallega, Adolfo Domínguez, realizó en 2012 un ERE sobre cincuenta personas de su sede central en Orense. Sin embargo, la empresa ha ido realizando un goteo de despidos que sólo en 2014 afectaron al 11% de su plantilla, un total de 62 trabajadores, veinte de los cuales en el último mes.

 

Otros de los grandes expedientes de regulación de empleo que ha sufrido el sector en los últimos años en España los han protagonizado dos compañías internacionales de distribución de moda. Una de ellas es Prénatal, que en 2012 despidió a 275 empleados tras el cierre de cuarenta establecimientos en el país. La empresa italiana ya había ejecutado otro ajuste en 2009, que afectó a 113 empleados en España. El otro grupo es Liz Claiborne. La estadounidense echó el cierre en España en 2011 y eliminó 323 puestos de trabajo.

 

En el ámbito de la distribución, Venca también ha vivido un proceso de ajuste al ecommerce, que le costó un ERE sobre 86 personas en 2012, que en 2013 se amplió con un ERE de reducción de jornada sobre la totalidad de la plantilla.

 

La crisis de consumo en España también afectó al negocio de la perfumería. La cadena Marionnaud llevó a cabo a principios de 2014 un ERE para despedir a 238 trabajadores tras cerrar setenta establecimientos en el país. La compañía disminuyó la cifra final de despidos, que en un principio se elevaba a 423 empleados. Un año antes, la alemana Douglas también ajustó su red de tiendas en España y eliminó 121 puestos de trabajo.

 

Última fase de la deslocalización industrial

 

En el ámbito industrial, Ermenegildo Zegna fue protagonista en 2009 de uno de los últimos grandes ERE en la industria textil del país. La compañía redujo entonces la plantilla en 120 personas y presentó un ERE temporal sobre más de 500 empleados más.  En 2010, la empresa segregó la actividad comercial de la productiva, que entonces contaba con alrededor de 800 trabajadores. En la actualidad, Italco, que sigue gestionando la producción de Zegna en España, cuenta con una plantilla de 472 empleados. Entre 2003 y 2014, la compañía italiana ha eliminado más de 700 puestos de trabajo.

 

El ERE de Zegna en España coincidió con el que llevó a cabo la británica Burberry, con la supresión de la colección para el mercado local, Thomas Burberry. La compañía rescindió el contrato a 230 personas.

 

También en 2010, la valenciana Marie Claire presentó un ERE de 225 trabajadores para ajustar la plantilla y poder garantizar la viabilidad de la empresa. En la actualidad, la compañía mantiene la planta de Villafranca del Cid (Castellón), donde trabajan 600 trabajadores. Aquel mismo año, DB Apparel cerró su última fábrica en Mataró (Barcelona) y despidió a sus 93 empleados.

 

Fuentecapala también ha reducido su estructura productiva, aunque de manera paulatina. La empresa ha llevado a cabo dos expedientes de regulación de empleo. El último de ellos fue en abril de 2014 y afectó a 98 trabajadores. El primero tuvo lugar en 2010 y afectó a noventa empleados. En la actualidad, la compañía mantiene 41 trabajadores en la fábrica de Navalmoral de la Mata (Extremadura).

 

Escorpión, por su parte, encaró la salida del concurso de acreedores con dos expedientes de regulación de empleo con los que poner fin a su unidad productiva. El primero de ellos se realizó en 2009 y afectó a 170 empleados y, el segundo, tuvo lugar un año después y afectó a 16 trabajadoras.

 

Basi presentó en 2014 un ERE de 118 trabajadores, que al final quedó reducido en ochenta despidos. La compañía llevó a cabo este ajuste de personal tras abandonar la producción de Lacoste en España, que pasó a gestionar de manera directa Devanlay, el licenciatario mundial para la marca.

 

En el ámbito textil, Dogi ha sido una de las grandes compañías del textil en Cataluña que ha ido ajustando su estructura en este periodo. El último ERE lo llevó a cabo a principios del año pasado y afectó a 37 personas. Esta medida fue impuesta por el fondo Sherpa para acceder a la compra de la empresa. En 2012 y en 2009, la empresa había ejecutado otros expedientes de 25 y 74 trabajadores, respectivamente.

 

Y en la hilatura, Montefibre ha protagonizado uno de los episodios más difíciles para los trabajadores del sector. A principios de 2013, la empresa presentó un expediente de regulación temporal de empleo sobre la totalidad de la plantilla, de 357 trabajadores. Tras encadenar varios ERE temporales durante un año y medio, a finales de 2014, la empresa, situada en Miranda de Ebro (Burgos), decidió presentar un nuevo expediente, esta vez de extinción de empleo, sobre el 80% de la plantilla que permanecía. El futuro de la empresa sigue en el aire, a la espera de que la compañía inversora Praedium garantice su continuidad.

 

Grandes cierres

 

A lo largo de estos cinco años también ha habido cierres de empresas que han ido acompañados de expedientes de regulación de empleo sobre la totalidad de la plantilla. Fue el caso de Montoto, que acabó dejando su estructura interna en dos personas después de tres ajustes consecutivos entre 2009 y 2011. Le empresa gallega, que hoy mantiene la actividad a través de la sociedad Textiles Rosalía de Castro, rescindió el contrato a 264 trabajadores.

 

Fun & Basics echó el cierre en 2012 después de presentar un ERE de extinción de contratos sobre la totalidad de la plantilla, que entonces estaba en cien personas. Aquel mismo año, el empresario gallego Javier Guerra se hizo con la marca a través de su sociedad Mar de Moel.

 

El negocio del íntimo también ha protagonizado varios ajustes de plantilla. Dusen presentó uno sobre la totalidad de la plantilla, compuesta por ochenta personas, para encarar la fase de liquidación de la empresa. La alicantina Estudio 2000, por su parte, se vio obligada en 2010 a presentar un ERE sobre 111 trabajadores de la planta que la empresa tenía en Elche después de perder la licencia de Puma en España.

 

Por último, Coronel Tapiocca cerró en 2010 un total de 21 tiendas en España y presentó un ERE sobre 109 empleados. La compañía echó el cierre poco después y, cuatro años más tarde, la recuperó el grupo Kangaroos.