Entorno

2019, el año de los actores inesperados en la escena política global

Más allá de Donald Trump y Xi Jinping, de Boris Johnson y Christine Lagarde, el año 2019 deja todo un conjunto de nuevos fenómenos para los analistas de la geopolítica global. De los disturbios en Santiago y Hong Kong a la caída de Evo Morales y al fin del régimen en Argelia, el año se salda con muchas otras incógnitas más allá del fin de la guerra comercial entre las dos potencias globales o la resolución definitiva del Brexit. 

CHRISTIAN DE ANGELIS

24 dic 2019 - 15:10

2019, el año de los actores inesperados en la escena política global

 

 

 

La revista Time hizo público a primeros de diciembre una de las grandes incógnitas del cierre de 2019: quién es, a su juicio, la persona del año. En doce meses en los que la Comisión Europea ha cambiado la presidencia y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a su directora gerente, en el que Donald Trump ha sido sometido a un proceso de impeachment o en el que Boris Johnson ha ascendido al poder en el Reino Unido para liderar el Brexit, la persona elegida por Time es una niña de dieciséis años, Greta Thunberg.

 

“No es líder de ningún partido político o grupo de defensa. Ella no es la primera en hacer sonar la alarma sobre la crisis climática ni la más cualificada para solucionarlo. No es científica ni política. No tiene acceso a las palancas de influencia tradicionales: no es multimillonaria, ni princesa, ni una estrella del pop, ni siquiera una adulta. Es una adolescente ordinaria que, al reunir el coraje para decirle la verdad al poder, se convirtió en el icono de una generación. Al aclarar un peligro abstracto con indignación penetrante, Thunberg se convirtió en la voz más convincente sobre el tema más importante que enfrenta el planeta”. Así defendió Time la decisión de dedicar a Thunberg una portada que, anteriormente, han ocupado figuras tan relevantes como Adolf Hitler, Joseph Stalin, Mahatma Gandhi, el ayatolá Jomeini o Brack Obama.

 

La portada de Time no sólo pone de manifiesto la importancia planetaria que ha alcanzado ya la lucha contra el calentamiento global, sino también cómo son movimientos inesperados y alejados del poder tradicional los que, a menudo, marcan el compás de los acontecimientos.

 

El año 2019 ha estado sin duda marcado en el ámbito económico por dos negociaciones, la Reino Unido y la Unión Europea por el Brexit y la de Estados Unidos y China para poner fin a la guerra comercial, pero también por movimientos sociales en lugares tan dispares como Hong Kong, Chile, Bolivia o Argelia. Movimientos que han forzado cambios de gobierno o que han puesto de manifiesto los déficits de una superpotencia, China, que está llamada a jugar un papel cada vez más relevante en la geopolítica mundial.

 

 

 

 

Un año de estallidos sociales 

Siete años después del fin de la Primavera Árabe, la mecha prendió en Argelia por la intención de Abdelaziz Buteflika de presentarse a las elecciones para un quinto mandato tras veinte años el poder. El mandatario dimitió finalmente en abril, pero las elecciones de diciembre, que recibieron el boicot popular, demostraron que el relevo de Buteflika no implicó un verdadero cambio de régimen. A las puertas de terminar el año, el funeral de Estado por el repentino fallecimiento del jefe del ejército argelino, Ahmed Gaid Salah, parecía abrir una etapa de mayor incertidumbre en el país norteafricano.

 

En Bolivia, las acusaciones de fraude electoral por parte del Gobierno de Evo Morales generaron la reacción en las calles de la oposición que, apoyada por el ejército, terminó por derrocar al exsindicalista después de catorce años al frente del país americano. Morales, actualmente exiliado en Buenos Aires, fue sustituido de forma provisional por la política opositora Jeanine Áñez, a la espera de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) del país fije la fecha para la repetición electoral, probablemente el próximo junio.

 

En Chile, la subida de los precios del transporte público fue el detonante de una revuelta inesperada contra el Gobierno de Sebastián Piñera, de corte conservador, que pone de manifiesto tanto el descontento social por el reparto de la riqueza en uno de los países con mayor bienestar de Latinoamérica, por un lado, y los déficits democráticos que todavía existen en el país treinta años después de la dictadura militar.

Las protestas y el enfrentamiento violento con el ejército comenzaron en octubre y, a cierre de esta edición, todavía perduraban en el país. El balance hasta finales de diciembre era de 24 muertos y miles de heridos.

 

“Lo que empezó siendo un llamado de los estudiantes a colarse en el metro de Santiago para protestar contra el aumento de la tarifa -detalla la agencia Efe- se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo, que carece de líderes y que está lejos de solucionarse pese a la convocatoria de un plebiscito para decidir si se cambia la Constitución, redactada en dictadura y de corte neoliberal”.

 

 

 

Hong Kong ha sido en 2019 otra de las plazas calientes de las protestas ciudadanas. En julio, las manifestaciones contra la ley de extradición a China y, en general, contra el Gobierno de Carrie Lam en la región administrativa especial llegaron a cotas históricas, con hasta dos millones de personas en las calles.

 

Los enfrentamientos violentos entre jóvenes y policía y la toma por parte de los manifestantes del aeropuerto de la ciudad han dado la vuelta al mundo. En el trasfondo, el futuro del modelo un país, dos sistemas, garantizado por el acuerdo entre China y Reino Unido (Hong Kong es una ex colonia británica) hasta un cada vez más cercano 2047.

 

En noviembre, los candidatos cercanos a los manifestantes arrasaron en las elecciones locales, avivando la fortaleza del movimiento. En 29 de diciembre, el secretario jefe del Gobierno de Hong Kong, Matthew  Cheung Kin Chung, prometió a los manifestantes  “un nuevo comienzo” a principios de 2020 con la creación de una comisión investigadora de las causas exactas de las semanas de protestas. Ea un anuncio recibido con escepticismo por parte de los activistas, pero al mismo tiempo pone de relieve cómo, en palabras de la BBC, las protestas de Hong Kong suponen el mayor desafío en toda una generación para el Partido Comunista Chino.

 

Sin un apoyo mayoritario, ni consecuencias políticas relevantes hasta el momento, los llamados chalecos amarillos se han erigido en Francia como una canalización de la rabia contra asuntos tan diversos como los impuestos a los carburantes, el abandono de las zonas rurales o la reforma de las pensiones, reivindicación esta última en la que han encontrado el apoyo de los sindicatos. El movimiento, nacido de forma espontánea a finales de 2018, se ha mantenido vivo durante todo 2019, en una suerte de cita semanal todos los sábados en París y otras ciudades francesas.

 

 

 

 

 

Pero 2019 ha sido algo más que el año de las protestas. Según la Real Academia Española (RAE), feminizar es una de las palabras de 2019, año en el que el movimiento social del feminismo ha continuado vivo y en el que se han conseguido avances de gran peso simbólico, como las primeras mujeres en la presidencia de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo.

 

Otra de las palabras de 2019 para los académicos de la lengua es clima, por la relevancia que ha tenido la ecología a lo largo del curso. Empezando en enero por el Foro de Davos, en el que Thunberg instó a empresarios y políticos a “entrar en pánico”, y terminado en diciembre en la Cumbre del Clima celebrada en Madrid, la activista sueca ha sido sin duda la cara del movimiento durante el último año.

 

 

El año de Boris Johnson 

Theresa May estaba a finales de 2018 a punto de recibir el primer gran varapalo de su mandato: en enero, el Parlamento británico rechazó de forma masiva el acuerdo con la Unión Europea para el Brexit presentado por May. Al día siguiente, la líder conservadora recibió una moción de censura que salvó por los pelos.

 

Frente a la debilidad de May como negociadora del Brexit a finales de 2018 destaca la fortaleza lograda por su sucesor, Boris Johnson, a finales de 2019. El excéntrico relevo de May como primer ministro británico logró una amplia victoria electoral en los comicios de diciembre, lo que le permitirá afrontar con mucha más comodidad las últimas fases de la negociación del Brexit con la Unión Europea.

 

La victoria de Johnson, que fue clave en la victoria del sí al Brexit en el referéndum de 2016, cierra las esperanzas que podían mantener los remainers y, además, activa finalmente una cuenta atrás definitiva para la primera salida en la historia de la Unión Europea. Una de las primeras medidas tras la victoria electoral de Johnson fue la aprobación por ley de la realización efectiva del Brexit el próximo 31 de enero, impidiendo que un miembro del Gobierno británico pueda acordar nuevas prórrogas con la Unión Europea.

 

Al otro lado del Atlántico, otro mandatario fuera de lo común, Donald Trump, se ha enfrentado en 2019 a un año difícil a las puertas de un 2020 clave, ya que, si continúa en el cargo, se disputará la reelección como presidente de Estados Unidos. En diciembre, Trump se convirtió en el tercer presidente americano sometido a un proceso de destitución por un presunto delito de abuso de poder y obstrucción al Congreso a raíz de un escándalo de presiones a Ucrania para obtener beneficios electorales.

 

 

 

 

El juicio político difícilmente sacará de la Casa Blanca a Trump (requeriría del voto favorable de hasta veinte diputados republicanos), pero sí puede tener una gran influencia en clave electoral  para el presidente estadounidense. En contraposición al mismo, el Partido Demócrata ha empezado ya una larga carrera hacia las primarias del partido, en la que no existen todavía claros favoritos para disputarle a Trump la presidencia.

 

 

Acuerdo con China 

Otra de las claves de 2019 que todavía no ha tenido una resolución definitiva es el acuerdo para poner fin a la guerra comercial entre China y Estados Unidos. En diciembre, los dos países anunciaron un principio de acuerdo que permitió evitar aranceles por miles de millones de dólares entre ambos países, que habrían podido generar una espiral arancelaria que llevara al mundo a la recesión.

 

Junto al anuncio de un pacto inicial para resolver sus diferencias comerciales, ambos países anunciaron acuerdos en otras cuestiones como las transferencias tecnológicas, servicios financieros y la protección de la propiedad intelectual. Sin embargo, las tentaciones proteccionistas y la tensión comercial entre ambos países continúan latentes y podrían volver a ver la luz en un futuro próximo.

 

Por ahora, la guerra comercial no ha tenido un efecto palpable en las estadísticas sobre el comercio mundial de moda, que ha crecido de forma continuada desde 2016. Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), el comercio global de moda se situó en 806.720 millones de dólares en 2018, frente a los 759.609 millones de euros del ejercicio precedente. El resultado de 2018 es, de hecho, un nuevo récord histórico para el sector de la moda en el mundo.

 

 

 

 

Mujeres en el gobierno global

Todas las entidades económicas supranacionales han advertido de las consecuencias perniciosas de una eventual escalada proteccionistas en el mundo, empezando por el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo ha sufrido un cambio en su dirección en 2019: Christine Lagarde dio el relevo a la búlgara Kristalina Georgieva como directora gerente del organismo. Entre sus primeras declaraciones, Georgieva dijo que el aumento de los aranceles podría lastrar la economía durante toda una generación.

 

Mientras una mujer tomó el relevo a otra en el FMI, Lagarde sustituyó a un hombre en la presidencia del Banco Central Europeo, al tomar el relevo al italiano Mario Draghi. En su nuevo puesto, la francesa lanzó un primer mensaje de optimismo, para anunciar seguidamente que daría continuidad a las políticas de su antecesor en términos de tipos de interés y programa de compra de bonos.

 

Si una francesa se hizo con el mando del BCE, una alemana hizo lo propio con la presidencia de la Comisión Europea. Ursula von der Leyen sustituyó en noviembre a Jean-Claude Juncker.

 

La nueva líder de la política europea y la responsable de la política monetaria de la zona euro afrontan un escenario desafiante tanto por el Brexit como por las previsiones económicas moderadas que tiene por delante Europa y el mundo.

 

En este sentido, según las últimas previsiones del FMI, la economía global cerrará 2019 con el crecimiento más bajo de la última década, del 3%, pero podrá tomar impulso en 2020, con un alza del 3,4%.