Entorno

2018, el año en que Turquía se convirtió en la estrella del aprovisionamiento en Europa

Turquía ha sabido sobreponerse a las contingencias políticas y económicas del último año para convertirse en un socio de referencia de las empresas europeas de moda como proveedor de proximidad.

jaime Cevallos

20 dic 2018 - 04:47

2018, el año en que Turquía se convirtió en la estrella del aprovisionamiento en Europa

 

 

Turquía cierra un ejercicio convulso. El país euroasiático, que se ha convertido en uno de los socios de referencia del aprovisionamiento en proximidad para la moda europea, vivió un primer semestre de tensiones políticas internas y externas, con unas elecciones presidenciales de por medio y una crisis con Estados Unidos, provocada por la detención de un pastor evangélico registrada un año y medio atrás.

 

El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, adelantó los comicios presidenciales, programados originalmente para 2019. En las elecciones, el mandatario salió reelegido presidente con el 52% de los votos, pese a las numerosas denuncias en su contra. A Erdogan, en la presidencia desde 2014, se le acusa de violaciones a los derechos humanos y a la libertad de prensa.

 

A las tormentas políticas que atravesó Turquía le sobrevinieron las económicas, con un elevado déficit y una inflación creciente. Pese a las medidas de contención aplicadas por el Banco Central Turco, la moneda del país se desplomó durante 2018, llegando a dejarse casi un 40% de su valor.

 

 

 

 

La devaluación de la moneda fue, sin embargo, un nuevo revulsivo para las compras de moda al país, que se ha posicionado ya como uno de los crecientes polos de aprovisionamiento en proximidad. En los nueve primeros meses del año, las compras de moda desde la Unión Europea a Turquía repuntaron un 1,8%, hasta 10.6256 millones de euros. En el caso de España, las importaciones se dispararon un 10,7%, hasta 1.883 millones de euros en el mismo periodo.

 

Según los últimos datos disponibles, Turquía se ha consolidado en el bronce de los principales proveedores de moda de España, pisándole los talones al número dos, Bangladesh. El país es también el mayor socio en proximidad de la moda española, agrandando cada vez más con Portugal, que ha perdido protagonismo en el ránking. Según datos de la asociación de exportadores de ropa de Estambul (Ihkib, por sus siglas en inglés), el país prevé cerrar 2018 con unas exportaciones de moda por valor de 18.000 millones de dólares, y elevarlas hasta 19.000 millones de dólares en 2019.

 

El 71% de las ventas del sector al exterior se dirige a alguno de los países de la Unión Europea. Durante el último ejercicio, los principales clientes extranjeros de moda turca fueron Alemania, Reino Unido y España.

 

 

 

 

Turquía es, de hecho, uno de los doce polos productivos de Inditex, que opera con 177 proveedores y 1.459 fábricas en el país. Mango, por su parte, trabaja con 277 fábricas turcas y cuenta con un almacén logístico en el país. Otros grupos europeos que se aprovisionan en Turquía son H&M, que trabaja con 66 proveedores, Marks&Spencer y C&A.

 

Junto con la proximidad, el precio se ha convertido en uno de los puntos fuertes de Turquía como polo de aprovisionamiento. Según un informe de McKinsey&Company, producir un par de tejanos es un 3% más barato en Turquía que en China, con un coste de 12,08 dólares el par.

 

En paralelo, el país es también un creciente mercado de consumo para el sector de la moda gracias a una creciente clase media. Además, pese al complejo entorno político y económico, la confianza de los consumidores turcos se mantiene al alza desde 2017, tras tocar fondo en 2016 con motivo del fallido golpe de estado y los ataques terroristas.

 

Con todo, la devaluación de la lira turca ha puesto en jaque el comercio en el país, lastrando el poder adquisitivo de los ciudadanos turcos. El difícil contexto que atraviesa el país también ha lastrado sus previsiones de crecimiento. Tras repuntar un 7,4% en 2017, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que Turquía crezca un 3,5% en 2018 y apenas un 0,4% en 2019. La inflación, por su parte, continúa creciendo a ritmos galopantes por la depreciación de la lira, situándose en el 15% en 2018 y en el 16,7% en 2019.