Entorno

2016, el año en que Reino Unido decidió ‘desconectar’ de la UE

La decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea añadió más presión al comercio británico, ya debilitado, y abrió un periodo de incertidumbre en uno de los mercados clave para la moda internacional.

Iria P. Gestal

21 dic 2016 - 04:57

2016, el año en que Reino Unido decidió ‘desconectar’ de la UE

 

En la esfera política, 2016 será recordado en Europa por haber puesto en jaque el modelo comunitario. La crisis de los refugiados y la amenaza terrorista removieron los cimientos de la Unión Europea, que tuvo como colofón el inesperado resultado del referéndum en Reino Unido.

 

Después de una dura campaña que tuvo la economía y las políticas migratorias como principales caballos de batalla, las encuestas se inclinaban hacia la permanencia. Sin embargo, el 24 de junio el mundo amaneció con la noticia de que los británicos habían decidido comenzar un proceso de desconexión de la Unión Europea. El resultado, con todo, fue ajustado, con un 51,9% de votos a favor del sí y un 48,1% que apoyaban el no. La mayoría de los partidarios de abandonar la Unión Europea vivían fuera de las grandes urbes y sólo el 19% tenían entre 18 y 25 años.

 

La noticia desató un terremoto en los mercados bursátiles, con caídas en las bolsas de todo el mundo. Además, el día después de la votación, la libra esterlina se desplomó hasta alcanzar el tipo de cambio más bajo respecto al dólar desde 1985.

 

 

 

 

Se abrió entonces una era de incertidumbre, también para las compañías de moda. “Es una mala noticia”, decían entonces desde Acotex. “Ha ganado el pasado y perdido el futuro”, apuntaba Ángel Asensio, presidente de la Federación de Empresas de la Confección (Fedecon).

 

 

Mercado clave para la moda española

Con 63,7 millones de habitantes y una renta per cápita de 37.700 dólares, Reino Unido es el segundo mercado de Europa para la industria de la moda, por detrás de Alemania.

 

El país es, además, uno de los grandes mercados europeos que mejor ha evolucionado en los últimos años: entre 2009 y 2014, la venta de prendas de vestir confeccionadas aumentó un 11,6%, hasta 60.494 euros, según datos de Euromonitor recogidos por EAE Business School.

 

Para España, Reino Unido es el quinto mayor cliente extranjero de la moda, y en 2015 registró el mayor aumento en las importaciones entre el top 5 de principales destinos del sector.

 

Los primeros efectos del Brexit comenzaron a notarse a los pocos meses, cuando repuntó el turismo de compras, especialmente procedente de China, a la caza de artículos de lujo que, a causa del desplome de la libra, eran en julio un 3% más baratos que en Francia.

 

Empresas de alta gama como Burberry, pero también low cost, como Primark, o pure players, como Asos, se beneficiaron del desplome de la libra y cerraron al alza los primeros meses post Brexit.

 

El comercio, en cambio, sí notó un impacto negativo. Ya antes del Brexit, los retailers británicos no pasaban por su mejor momento. Compañías como John Lewis, Karen Millen, Marks&Spencer o French Connection acusaron caídas en sus ventas, mientras que Next alertó de que 2016 podría ser “el año más duro desde 2008” por una tormenta perfecta que incluía el clima, el repunte de los precios de los alquileres y la sombra de la salida de la Unión Europea. El golpe de gracia fue la quiebra del histórico grupo de grandes almacenes BHS, que echó el cierre en junio tras fracasar en la búsqueda de un comprador.

 

La semana después del referéndum, las ventas de retail registraron su mayor descenso en cuatro años,  y más de 2.600 comercios echaron el cierre en sólo seis meses. La economía, por su parte, aguantó el envite y creció un 0,5% en el tercer trimestre, dos décimas por debajo del mismo periodo del año anterior.

 

Theresa May, la actual primera ministra de Reino Unido, ha prometido un Brexit duro, aumentando aún más si cabe la incertidumbre que planea sobre el proceso, que se iniciará previsiblemente en marzo de 2017 y culminará en la primavera de 2019.