Entorno

2016, el año en que la moda española buscó consuelo al otro lado del Atlántico

Las exportaciones españolas de moda bajaron una marcha en 2016. Mientras mercados cercanos como Francia o Alemania perdieron peso en el mapa exterior del sector, destinos más lejanos como México o EEUU escalaron posiciones.

I. P. Gestal

26 dic 2016 - 04:57

 

En el Risk del mercado de la moda, la lejanía ha sido en 2016 caballo ganador. En un entorno europeo convulso por la amenaza terrorista y el resultado favorable al Brexit en el referéndum de Reino Unido, y con un mercado local que puso en stand by la ilusión de la recuperación, la moda española buscó consuelo al otro lado del charco para impulsar las ventas.

 

En los nueve primeros meses del año, España exportó prendas de vestir, calzado y accesorios por valor de 16.976 millones de euros, un 4,17% más que el año anterior, según los últimos datos disponibles del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex). El aumento se situó por debajo del registrado en el mismo periodo de 2015, cuando el impulso exportador de la moda española se elevó un 7,84%, pero ligeramente por encima del de 2014, cuando las ventas del sector al extranjero se incrementaron un 3,53%.

 

Detrás del avance registrado en los nueve primeros meses estuvieron, principalmente, las ventas a mercados que se encuentran a decenas de miles de kilómetros de España, como Estados Unidos o México, mientras que clientes cercanos como Francia, Alemania o Reino Unido han vuelto a perder fuelle.

 

Entre los diez principales destinos de la moda española, los mayores ascensos los registraron Marruecos, Estados Unidos y México. El mercado marroquí mantiene su sexta posición entre los principales destinos de las exportaciones del sector y el primero de fuera de la Unión Europea, con unas ventas que en los nueve primeros meses de 2016 ascendieron a 825,94 millones de euros, un 16,4% más que en el mismo periodo del año anterior.  Le sigue de cerca Estados Unidos, que ha ido ganando peso en las exportaciones españolas de moda, manteniendo férreamente la séptima posición entre los principales clientes del sector. Entre enero y septiembre, las ventas al país se situaron en 667,96 millones de euros, un 15,39% más que en 2015.

 

Sin embargo, y con un crecimiento ligeramente inferior, la mayor escalada de la tabla la protagonizó México, con un avance del 11,76% que le sirvió para superar a China y Holanda hasta colocarse como el décimo mayor cliente internacional de las empresas españolas de moda.

 

 

 

 

En cambio, mientras los países transatlánticos escalaron posiciones, destinos cercanos como Francia, Reino Unido y Alemania han moderado sus compras, si bien siguen copando los primeros puestos entre los clientes del sector.

Francia, el mayor demandante de moda española en el extranjero, volvió a reducir sus compras a España por segundo año consecutivo, con un descenso del 2,73%, hasta 2.173 millones de euros, frente a la caída del 1,9% del año anterior.

 

El mercado galo acerca así posiciones con Italia, que defiende la plata tras incrementar sus compras un 8,26% en 2016. Otro de los principales mercados de la moda española que también encogió sus compras en 2016 fue Alemania que, tras impulsar sus demanda un 5,45% en los nueve primeros meses de 2015, tropezó en el mismo periodo de 2016, cuando marcó un descenso del 0,71%. Por su parte, las ventas a Reino Unido se elevaron sólo un 4,02%, hasta 934,37 millones de euros. Esta subida, la menor desde 2010, le sirvió para mantener su quinta posición, aunque acortó la distancia con el siguiente país de la tabla, Marruecos.

 

También hubo algún mercado lejano que, si bien menos representativo en el conjunto de las exportaciones del sector, tropezó en 2016 después de varios años de subidas a doble dígito. Los dos países de Oriente Medio que figuran entre los veinte primeros destinos de la moda española contrajeron sus compras al sector en los nueve primeros meses del año, registrando incluso algunos de los mayores descensos del top 20. Las ventas a Arabia Saudí, número 19 en la lista de destinos del sector, retrocedieron un 8,8%, hasta 221,08 millones de euros. En el mismo periodo del año anterior, el país había incrementado sus importaciones de moda española un 17,5%. Por su parte, los Emiratos Árabes redujeron sus compras un 11,2%, hasta 210,09 millones de euros, frente a la subida del 41,5% registrada en los nueve primeros meses de 2015.

 

Por otro lado, mientras en términos globales la moda logró mantener su pulso exportador, el calzado contrajo en los nueve primeros meses del año sus ventas al extranjero. Las exportaciones del sector retrocedieron un 9%, el primer descenso desde 2009, cuando la caída fue de apenas el 0,74%.  En total, las ventas de calzado español a los mercados internacionales se situaron en 2.004 millones de euros. Francia (primer cliente extranjero del sector), Reino Unido y Bélgica lideraron el descenso de las exportaciones, con caídas del 18,26%,  16,4% y 33,78%, respectivamente.

 

 

La desaceleración ‘enfría’ la apuesta por China

La desaceleración de China ha sacudido como un tsunami la industria de la moda, especialmente la de lujo, los dos últimos años, y el sector español tampoco ha escapado a su efecto. Sin embargo, el posicionamiento de las compañías españolas y su no tan arriesgada apuesta por el Gigante Asiático en los últimos años han moderado ese impacto.

 

Mientras Europa y Estados Unidos se sumían en una profunda crisis económica, China se erigió como la panacea para el sector de la moda con una clase media creciente, un poder adquisitivo al alza y una amplísima población ávida de marcas occidentales.

 

Sin embargo, el país comenzó a desacelerar en 2014, cuando registró un crecimiento que, aunque alto, se situó muy por debajo de los aumentos galopantes de los años anteriores. El Producto Interior Bruto (PIB) del país se elevó sólo un 7,4%, el porcentaje más bajo de los últimos 24 años y, en 2015, volvió a bajar otra marcha con un alza del 6,9%.

 

La moda internacional, que había apostado en bloque por el país, contuvo el aliento hasta que, en 2016, algunos de los principales operadores comenzaron ya a replantear su expansión en China, redimensionando su red de tiendas.

 

La moda española tampoco ha resistido el impacto de la desaceleración del país más poblado del mundo. Tras crecer a ritmos estratosféricos entre 2010 (80,7%), 2011 (35,8%), 2012 (15,9%) y 2013 (30,6%), las exportaciones de moda española a China frenaron en seco en 2014, cuando registraron un retroceso del 2,8%. Un año después, las ventas volvieron a remontar, con un alza del 19,3%.

 

En los nueve primeros meses de 2016, las exportaciones al país se han moderado, pero han logrado mantenerse al alza, con un aumento del 6,9%, hasta 420,6 millones de euros.

 

La subida, aunque más moderada que en años anteriores, continúa siendo una de las mayores de la tabla, y China mantiene su puesto como el noveno mayor cliente internacional del sector, por detrás de Polonia y por delante de México.

 

Aunque algunas empresas españolas también han reorientado su estrategia en el país, el efecto sobre las exportaciones no ha sido demasiado grande por varias razones. En primer lugar, la apuesta de la moda española en China no fue tan masiva como la realizada por otros operadores internacionales, y los que lideraron la ofensiva en el país fueron compañías de gran distribución como Zara, y no de lujo, el segmento más afectado por el cambio de ciclo en China.

 


La moda española esquiva el ‘efecto Trump’

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su amenaza de suspender algunos de los tratados de libre comercio en los que participa Estados Unidos ha dejado en vilo a la moda internacional. Sin embargo, por ahora la moda española no sólo continúa su abordaje al mercado estadounidense, sino que ha redoblado su apuesta en 2016.

 

El Nafta, el Ttip o el TPP son algunos de los tratados cuestionados por Donald Trump, el nuevo presidente de Estados Unidos. El magnate estadounidense, un outsider en su propio partido, conquistó el pasado noviembre la Casa Blanca con promesas de levantar muros y blindar fronteras.

La moda internacional mantiene la expectación a la espera de ver cuáles de aquellas medidas podrá llevar a cabo Trump una vez asumida la presidencia del primer mercado de consumo del mundo.

 

Entre las medidas que mayor impacto podrían tener en las relaciones comerciales de la moda española con el país americano se encuentra la suspensión de las negociaciones para implantar el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (Ttip), que Trump insinuó en negarse a ratificar y que previsiblemente permanecerá, al menos, cuatro años en stand by.

 

Para la moda, la congelación de este acuerdo y la puesta en marcha de medidas proteccionistas respecto a las importaciones del continente supondrían un freno a la expansión en uno de los mayores mercados para el sector.

 

Para la moda española en particular, el mercado estadounidense  es su séptimo mayor cliente internacional, con unas exportaciones que en los nueve primeros meses de 2016 se situaron en 667,96 millones de euros, un 15,39% más que en el mismo periodo del año anterior. Las ventas al país se mantienen al alza desde 2010 y la evolución registrada hasta septiembre de 2016 es una de las mayores sde la tabla, sólo por detrás de la anotada por Marruecos. Sin embargo, los últimos datos disponibles no incluyen todavía el mes de noviembre, cuando se dio a conocer el resultado de las elecciones, y está por ver todavía cómo evolucionarán las ventas una vez que Trump comience a poner en marcha sus promesas electorales.

 

Por el momento, el único guiño que Trump ha hecho a la industria de la moda ha sido el nombramiento el pasado noviembre de Wilbur Ross, ex propietario del grupo textil International Textile Group, como nuevo secretario de Comercio.

 

 

Francia, el primer cliente de la moda española pierde brillo

Aunque continúa imbatible como el primer destino internacional de las ventas de moda española, Francia lleva ya dos años perdiendo fuerza y en 2016 ha vuelto a encoger sus compras al sector.

 

Durante 2016, la amenaza terrorista y el consecuente descenso en la llegada de turistas internacionales al país impactaron profundamente en el comercio minorista de Francia. Para España, el mercado galo es el primer cliente internacional de la moda, con unas ventas que desde 2013 superan los 2.000 millones de euros.

 

Sin embargo, la situación del mercado francés ha impactado también en la apuesta de la moda española por el país, que redujo por segundo año consecutivo sus importaciones. En los nueve primeros meses de 2016, las ventas a Francia se situaron en 2.172,6 millones de euros, lo que supuso una caída del 2,73% respecto al mismo periodo del año anterior. Aunque, en volumen, el mercado galo mantuvo el oro entre los principales destinos de la moda española, a gran distancia todavía de Italia, que ocupa el segundo puesto, la evolución fue la peor del top ten de principales clientes. Además, supuso el segundo descenso consecutivo después de la caída del 1,9% registrada en los nueve primeros meses de 2015, cuando las exportaciones a Francia pusieron fin a una racha de siete años en aumento.

 

Tampoco las marcas locales pasan por un buen momento en el país vecino. Después de 25 años consecutivos de desarrollo comercial, las compañías francesas de moda redujeron por primera vez su superficie total de venta en 2016, según un estudio elaborado por el Instituto Francés de la Moda (IFM). El informe, publicado el pasado diciembre, subraya también que el gasto en moda en el país galo retrocedió un 2,3% en los diez primeros meses de este año, y se espera que el ejercicio concluya con una caída del 1,8% respecto a al año anterior. La institución justificaba este descenso aludiendo a “los acontecimientos trágicos que sacudieron Francia a finales de 2015” que, según el documento, “han repercutido este año en el turismo y el comercio, junto con los presupuestos más ajustados de los ciudadanos”.