Entorno

2014, el año en que se rompió la patronal española del textil

S. Riera

29 dic 2014 - 14:00

El año 2014 fue difícil para la patronal española del textil. Nada más arrancar el año surgieron las primeras disputas entre las organizaciones empresariales que representan al textil de cabecera y las del producto acabado, y según fueron sucediéndose los meses, la fisura entre ambas partes fue agrandándose. El detonante de la ruptura del Consejo Intertextil Español (CIE) fue la negociación del convenio colectivo del sector.

 

El 10 de abril de 2014, la Agrupación Española del Género de Punto (Aegp) y la Federación Española de Empresas de la Confección (Fedecon) abandonaron el CIE. Con este gesto, las dos asociaciones empresariales que representan al producto acabado pusieron fin a 35 años de unión patronal en la industria española de la moda.

 

El motivo de la disputa fue la negociación del convenio colectivo del sector. En enero de 2014 se emprendieron las conversaciones con los sindicatos para elaborar un nuevo documento, después de que el anterior se firmase ya a regañadientes por parte de Aegp y Fedecon. Las dos organizaciones ya se quejaron entonces de que el nuevo marco legal para las relaciones laborales no contemplaba reivindicaciones suyas, como una mayor flexibilidad laboral, que consideraban determinantes para la competitividad de sus negocios. De hecho, antes de que 2013 llegara a su fin, el producto acabado ya dejó entrever su voluntad de negociar su propio convenio al margen del CIE.

 

El convenio colectivo del textil que se firmó en 2013 puso ya en evidencia el cisma en la patronal española del sector. Los representantes de empresas y trabajadores del textil alcanzaron un nuevo acuerdo dos años y medio después de que expirara el anterior, el 31 de diciembre de 2010. Después de un largo periodo de negociaciones, el entonces nuevo presidente del CIE, Alejandro Laquidain, procedente de la Confederación de la Industria Textil (Texfor), quiso acelerar el proceso y cerró con los sindicatos un pacto para un nuevo convenio que concluía aquel mismo año, con la voluntad de renovar el acuerdo en el próximo año.

 

El nuevo periodo de negociación se abrió en enero y las disputas surgieron en la misma constitución de la mesa de negociación. Aegp y Fedecon no firmaron el acta de constitución de la mesa por considerar que sus agrupaciones no estaban representadas en ella con el peso que les correspondía. La tensión entre el producto acabado y el textil de cabecera, que permanecía bajo el paraguas del CIE, se hizo ya entonces evidente.

 

 

La ruptura

Aegp y Fedecon se mantuvieron al margen de la negociación entre patronal y sindicatos, que fue siguiendo su curso. Sin embargo, la crisis en el seno del CIE fue acrecentándose. Las asociaciones empresariales de producto acabado amenazaron ya en firme en abandonar la organización y en impugnar ante la Dirección General de Empleo del Ministerio de Trabajo la constitución de la mesa de negociación. Ambas entidades intentaron así frenar el proceso negociador y empezarlo de nuevo.

 

Los presidentes del género de punto y de la confección, Juan Canals y Ángel Asensio, defendían su decisión argumentando que su homólogo al frente del CIE había roto el pacto de consensuar la postura de la patronal antes de abrir la negociación. Ambas patronales justificaban su protagonismo en la mesa negociadora porque representan a un mayor número de empresas y de trabajadores dentro del sector.

 

Ambas partes fueron elevando el tono de la confrontación. Esta guerra interna fue uno de los motivos de la salida de España de Euratex, la patronal europea del textil y la confección. Por otro lado, el CIE amenazó al género de punto y a la confección de suspender sus derechos políticos y de representación por el impago de una aportación a la entidad. Y en este escenario, el mandato de Laquidain al frente del CIE llegó a su fin.

 

Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo en el seno de la patronal, Laquidain pactó con los representantes sindicales una prórroga del convenio anterior hasta el 31 de diciembre. La única novedad que incorporaba este convenio fue un incremento salarial del 0,4% para 2014.

 

La firma de la prórroga fue determinante. La misma tarde que el CIE firmaba el nuevo convenio, Aegp y Fedecon acordaban su salida de la patronal española del sector. A pesar de abandonar la organización y no firmar el nuevo convenio, éste sí es vigente para las empresas que ambas asociaciones representan.

 

Las juntas directivas de la confección y el género de punto acordaron la tarde del 10 de abril “buscar nuevas vías de desarrollo del sector” fuera del CIE. En un comunicado conjunto, ambas organizaciones empresariales subrayaban que su decisión de abandonar el CIE no respondía a ningún enfrentamiento interno sino que era una manera “responsable” para seguir su propio camino. De hecho, ambas organizaciones ya habían estrechado lazos en 2013 cuando crearon la Confederación Española de la Moda para potenciar la moda en España.

 

Tras la ruptura, desde Fedecon y la Aegp se reafirmaron en su decisión, argumentando que era la mejor solución para defender los intereses de sus empresas y que, ante la pérdida de consenso en el seno del CIE, no tenía sentido continuar. Por su parte, Laquidain lamentó la decisión, asegurando que representaba un paso atrás. El presidente de Texfor, Jordi Ribes, por su parte, aseguró que estaban “apenados” y reivindicó un CIE “en el que estemos todos”.

 

Los sindicatos recibieron la fractura del CIE con preocupación. “Cuando una patronal se debilita no es bueno, ya que es mejor contar con instituciones fuertes y organizadas”, aseguró la secretaria general de la federación textil de CCOO, Carmen Expósito. Su homóloga en UGT, Paula Alvés, afirmó que “todo es un sinsentido y una guerra de poder sin más”.

 

 

Nueva etapa

Una vez el CIE tramitó las bajas de la confección y el género de punto, la patronal inició su nueva andadura en solitario con el apoyo de Ateval, la asociación empresarial textil de la Comunidad Valenciana, y Texfor, que desde 2011 agrupa a la Asociación Industrial Textil del Proceso Algodonero (Aitpa), la Federación Textil Sedera (FTS), la Federación de la Industria Textil Lanera (Fitexlan) y la Federación Nacional de Acabadores, Estampadores y Tintoreros Textiles (Fnaett).

 

En su nueva etapa con Ateval y Texfor, Laquidain renovó como presidente del CIE. Después de anunciar que abandonaría el cargo, el empresario repensó su decisión tras la marcha de Aegp y Fedecon. Al encarar su segundo mandato, Laquidain era consciente de que su continuidad al frente del CIE podría dificultar el regreso del producto acabado. Por otro lado, la patronal del sector también se mantenía firme respecto a la negociación del convenio sectorial.

 

En las semanas posteriores a la ruptura, la impugnación de la constitución de la mesa negociadora ante la Dirección General de Empleo, llevó a las partes en conflicto a un arbitraje para desencallar el proceso. Ante el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (Sima), los representantes empresariales del textil de cabecera y del producto acabado sellaron la paz y acordaron negociar al 50% el próximo convenio del sector. Las dos partes pasaron a estar representadas en la mesa de negociación de manera paritaria.

 

En la práctica, el nuevo marco abierto por este acuerdo establece que los representantes del textil de cabecera y del producto acabado deberán consensuar sus posturas, puesto que ninguna de las dos partes tiene una mayoría en el control de la mesa negociadora.

 

Nuevo convenio

Después del verano, patronal y sindicatos retomaron el contacto para volver a emprender el diálogo para el próximo convenio. Después de cuatro años, representantes de empresarios y trabajadores buscan negociar un nuevo marco legal que trate más a fondo cuestiones clave del sector, más allá de las tablas salariales. Es en este sentido que, después del convenio de prórroga que costó la ruptura de la patronal, todas las partes tienen voluntad y prisa para trazar un nuevo documento.

 

El interés de patronal y sindicatos en redactar un nuevo convenio viene dado por el momento determinante por el que atraviesa la industria del sector. Y es que después de varias décadas de pérdida del peso productivo en el textil y la confección, en los últimos años empiezan a percibirse síntomas de recuperación de la actividad manufacturera en España. La crisis del consumo ha forzado a los retailers a apostar por series cortas, con una mayor dosis de diseño, y por las actualizaciones, obligándoles a tener una relación de mayor proximidad con sus proveedores.

 

Ante este contexto, textil de cabecera y producto acabado terminaron por acercar posturas. A pesar de que las heridas todavía están abiertas, la actitud de la Aegp y Fedecon, por un lado, y la del CIE, por otro, se fueron suavizando. De hecho, el Consejo Intertextil Español dejó la puerta abierta al producto acabado en el redactado de sus nuevos estatutos. Por su parte, el género de punto y la confección tendieron la mano para sentarse a consensuar su propuesta conjunta.

 

Los sindicatos aceleraron la negociación del nuevo convenio del textil. CCOO y UGT denunciaron el actual marco legal en noviembre, cuando todavía faltaban dos meses para que expirara el convenio en curso. Todas las partes agradecieron la celeridad de la denuncia porque son conscientes de que se trata de un documento de transición que se firmó para dar tiempo a las principales patronales del sector para que solucionaran sus disputas.

 

Con los ánimos más calmados, a mediados de diciembre, patronal y sindicatos constituyeron la nueva mesa de negociación. Según el guión acordado y por primera vez desde la constitución del CIE, la patronal negociará por separado. En esta nueva fase de conversaciones, el textil de cabecera y el producto acabado estarán representados a partes iguales. El presidente de Fedecon aseguró al finalizar la constitución de la nueva mesa negociadora que ahora, en la patronal, “hay una fotografía real de lo que es el sector, representada cada una de las partes con el peso que le corresponde”.

 

Sin embargo, los representantes de los trabajadores siguen desconfiando de la unión empresarial. Uno de los motivos que les lleva a dudar sobre el consenso entre el textil de cabecera y el producto acabado es que todavía no tienen un programa conjunto. Fuentes sindicales explicaron que, en la orden del día, estaba prevista la presentación de las plataformas conjuntas por parte de los empresarios y de los trabajadores, pero que los empresarios no presentaron la suya.

 

De hecho, Laquidain, Asensio y Canals todavía no se han sentado para trazar su programa conjunto. Los tres presidentes esperarán a que pasen las festividades de Navidad y Año Nuevo para volverse a reunir. La próxima reunión con los sindicatos está prevista para el 20 de enero y a ella tendrán que acudir con una plataforma conjunta y consensuada para defender ante los sindicatos. Las negociaciones en el seno de la patronal también se prevén complejas. Laquidaín aseguró que “no será fácil tener una línea común para todos los puntos, pero llegaremos hasta donde se pueda”.