Entorno

2014, el año en que la moda española cambió el rojo por el negro

Christian De Angelis

22 dic 2014 - 05:00

2014, el año de la recuperación

 

Pasado un tiempo, probablemente 2014 será marcado como un año significativo en la historia económica española. En 2007, cuando estalló la crisis financiera internacional con la caída de Fannie MaeFreddie Mac y Lehman Brothers, pocos podían adivinar la duración de esta crisis que, en España, muchos tardaron en asumir. Incógnitas, debilidades, incertidumbres de todo tipo siguen sobrevolando a la economía española ante el arranque de 2015, pero parece claro que 2014 puede identificarse como el año en que se abrió un nuevo ciclo económico en España.

 

¿Puede un país no estar en crisis cuando el paro juvenil supera el 50% o cuando una de cada cinco personas se encuentra en riesgo de pobreza? Probablemente no, pero en el análisis económico es más importante que algo empiece a cambiar que el cambio mismo o, dicho de otro modo, la percepción de que algo está cambiando es uno de los principales impulsores del mismo cambio.

 

 

Sólo hace falta fijarse en las estadísticas sobre confianza de los consumidores. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) difundió en noviembre el último boletín de 2014 sobre el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC), que situaba el nivel general de confianza de los españoles en 83,6 puntos. Cualquier valor por debajo de 100 es negativo (significa que hay más pesimistas que optimistas sobre la situación y las expectativas de la economía), pero la comparación con el año anterior no deja lugar a dudas: el nivel de confianza había subido más de 11 puntos desde el mismo mes de 2013.

 

España salió de la recesión en el tercer trimestre de 2013, cuando el Producto Interior Bruto (PIB) del país registró un crecimiento trimestral del 0,1%. La evolución se ha mantenido en positivo en los cinco trimestres siguientes, con una clara tendencia de mejora. En el último trimestre de 2013 y el primero de 2014 la subida fue del 0,3%, y en los dos trimestres sucesivos, del 0,5%.

 

Las temidas entidades económicas internacionales y las agencias de calificación más prestigiosas, aquellas que daban continuos baños de agua fría sobre las expectativas económicas de España, han cambiado su discurso. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica ahora que el PIB español registrará un crecimiento del 1,3% en 2014 y del 1,7% en 2015, y rebaja en tres décimas la tasa de paro prevista para 2015, hasta el 23,5%.

 

Para la Comisión Europa, España también crecerá un 1,7% en 2015 y lo hará un 2,2% el año siguiente. Las estimaciones de crecimiento económico en el medio plazo son menos positivas que unos meses atrás, principalmente por el menor crecimiento las principales economías de la eurozona que frenará las exportaciones españolas, pero continúan situándose por encima de la media de los países de la moneda común, donde el Gobierno comunitario prevé un crecimiento del 1,1% en 2015 y del 1,7% en 2016.

 

Fitch también revisa sus perspectivas: en 2015, según la agencia de calificación, la economía española crecerá un 1,7% (dos décimas por encima de su última previsión). ComoFitchStandard & Poor’s mejora el rating de la deuda soberana española y apunta que “los riesgos para la recuperación económica de España están equilibrados ante un año 2015 de elecciones regionales y generales”.

 

Con el riesgo de insolvencia del Estado alejado (la prima de riesgo de la deuda española se encuentra ahora el mínimos) y un sistema financiero saneado tras un duro ajuste, el porvenir económico del país vuelve a depender de la llamada economía real. En el tercer trimestre de 2014, el gasto en consumo final de los hogares subía a ritmos trimestrales del 0,8% y la formación bruta de capital fijo en activos materiales como los bienes de equipo ascendía un 1,7%. Es decir, las familias gastan más y las empresas elevan sus inversiones.

 

Consumo de moda

 Bien sea por unas cifras históricas de llegada de turistas del extranjero, por una base de comparación en mínimos o por una mayor disposición de los consumidores españoles a gastar, lo cierto es que el comercio empieza a notar las consecuencias de la mejora de las condiciones macroeconómicas. El principio del cambio se produjo en septiembre de 2013, cuando por primera vez tras 38 meses de bajada el Índice de Comercio al por Menor (ICM) registró una subida interanual a precios constantes del 2,1%.

 

En 2014 el comercio no ha vivido una fiesta continua, con hasta tres meses con ventas inferiores al año anterior, pero pese a ello ha logrado corregir claramente su evolución. En los últimos datos conocidos, de septiembre y octubre, el consumo registraba subidas del 2,6% y del 2,1%, respectivamente, y encaraba una ilusionante campaña de Navidad.

 

Además, aunque el ICM pudiera registrar vaivenes, las ventas de productos de equipamiento personal, donde se inscriben los artículos de moda, han crecido en 2014 de forma decidida. El consumo en estos productos, que habían adelantado a la recuperación general del ICM en 2013, ha aumentado en 2014 de manera continua durante los diez primeros meses, con subidas que en mayo llegaron al 6,4%. Hasta octubre, el ICM general ha registrado una subida media del 0,4%, mientras que el alza media en las ventas de equipo personal llegaba al 2,1%.

 

 

En el sector de la moda en particular, el Indicador del Comercio de Moda, elaborado a partir de datos de la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos(Acotex), dará a conocer a lo largo del mes de enero el resultado de 2014, con el primer crecimiento desde su creación, en 2007. Hasta noviembre, la subida acumulada (con datos todavía provisionales) se situaba en el 1,9%, una cifra que contrasta con los descensos del 2,6%, del 5% y del 2,3% de los tres años anteriores.

 

“Este incremento (de noviembre, del 1,3%) sigue en la línea alcista del año, por lo que somos optimistas para la campaña de Navidad, esperando que sea la mejor de los últimos siete años y nos lleve a cerrar el año con un incremento de las ventas entorno al 3%”, señalaron en diciembre desde Acotex.

 

Otro aliado de la recuperación del consumo de moda es el ecommerce, donde las prendas de vestir, el calzado, los complementos o las joyas han despegado en los últimos años. Tras recuperar el crecimiento en 2013, las ventas de productos de moda por Internet comenzaron 2014 con subidas espectaculares: en el primer trimestre, las ventas de prendas de vestir a través de la Red crecieron un 90,1% en relación al mismo periodo del año anterior, según el último informe de comercio electrónico de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (Cnmc).

 

Mercado exterior

 La moda española, en todas las fases de su cadena de valor, ha mostrado en los últimos años una sólida capacidad de resistencia a una situación económica adversa en su mercado local. La clave de ello ha sido su alto grado de internacionalización y su capacidad para penetrar en nuevos mercados internacionales esquivando la atonía en el consumo interno.

 

En 2013, las exportaciones españolas de moda ya llegaron a un récord histórico que, en 2014, van camino de volver a superar. Las ventas al exterior de productos textiles y de confección sumaban hasta octubre un valor de 10.946,6 millones de euros, con una subida del 7,2% en relación al mismo periodo del año anterior. En el sector del calzado el alza era aún superior, del 16,4%, hasta 2.409,9 millones de euros.

 

Tanto o más importante como la subida global de las exportaciones durante los últimos años ha sido para la moda española la diversificación lograda en su cartera de clientes. Mercados como Oriente Medio, Latinoamérica, Norteamérica, Asia… casi todas las partes del mundo han estado en los planes de expansión de grandes y pequeñas empresas de moda, industriales o de distribución, que tampoco han dejado de lado sus mercados tradicionales más importantes.

 

En los principales clientes de la moda española el balance exportador de los últimos años ha sido positivo a pesar de la delicada situación económica de algunos de estos destinos. Francia, principal cliente exterior de la moda española, acumulaba hasta el pasado octubre un aumento de los pedidos del 3,9%, inferior a la media, pero llegaba a una cifra que suponía un alza del 42,8% en relación a los diez primeros meses de 2010. En cambio, Portugal no mantenía de enero a octubre de este año las cifras de venta del año anterior y reducía sus pedidos de textil, confección y calzado de España un 1,8%; pese a ello, en comparación con 2010 las ventas a Portugal aumentaban un 7,5%.

 

Italia y Alemania, que forman junto a España y Francia los principales mercados del sector de la moda en la zona euro, también han sido claves para el crecimiento de las ventas internacionales de la moda española durante los últimos años. En el país transalpino, segundo cliente de la moda española por delante de Portugal, las ventas españolas de textil, confección y calzado llegaron de enero a octubre a un valor de 1.330 millones de euros, con un aumento del 7,9% en relación al año anterior y una subida del 37,8% en comparación con 2010. En el caso de Alemania, la ralentización de la economía del país se ha notado en 2014 en las exportaciones de moda española, con un crecimiento de sólo el 3,9%, pero aun así la primera potencia económica de Europa ha comprado un 47,7% más en productos españoles de moda que cuatro años atrás.

 

Pero los mejores resultados de la moda española en el exterior se han registrado en 2014 y en los últimos años fuera de la zona euro. A pesar de los efectos negativos del tipo de cambio con algunas de las monedas, la moda española crecía hasta octubre a ritmos del 20,3% en países como Reino Unidos (con un crecimiento acumulado del 71,4% desde 2010), al 21% en Polonia (subida del 74,1% desde 2010) y al 15,4% en el competitivo mercado de Estados Unidos (87,3% desde 2010). Son tres países que en los diez primeros meses de 2014 se situaron en el top ten de los clientes de las exportaciones españolas de moda y que han permitido suplir los crecimientos más lentos en las ventas a mercados como Holanda o Bélgica, que hasta octubre aumentaron sus pedidos un 6,3% y un 1,8%, respectivamente.

 

Las estadísticas de comercio exterior reflejan con claridad los resultados de la estrategia empresarial del sector español de la moda, decidido a penetrar con fuerza en mercados en pleno desarrollo y, hasta hace pocos años, prácticamente inexplorados por la moda internacional. En Rusia, las ventas de moda española crecían hasta octubre (a pesar de las turbulencias económicas y políticas protagonizadas por el país) un 12,2% en relación al año anterior y alcanzaban un volumen que más que duplicaba el registrado en 2010. Otro de los países BRIC, China, elevaba sus pedidos de moda española a un ritmo similar al de Rusia en los diez primeros meses de 2014, pero su crecimiento en los últimos cuatro años llega al 154,2%.

 

En Arabia Saudí, las exportaciones de textil, confección y calzado también se han casi duplicado desde 2010, mientras que Irlanda ha cuadruplicado sus pedidos en los últimos cuatro años. La pujanza de las exportaciones españolas han permitido que, entre los cien primeros destinos de estas ventas, las subidas lleguen a ritmos de tres dígitos en países tan diversos como Argelia, Indonesia, Australia, Croacia, Egipto, Chile, India, Qatar, Tailandia, Eslovaquia, Malasia, Taiwán, Bahréin, Ecuador, Perú, Kazajstán, Bangladesh o Vietnam. Gracias a ello, las exportaciones españolas del sector de la moda superaron los diez millones de euros en los diez primeros meses del año en 77 países de todo el mundo, frente a los setenta países de cuatro años atrás.

 

Así, la industria española de la moda encara el ejercicio 2015 con una mayor apertura exterior y con más presencia en más mercados que antes del inicio de la crisis.

 

Industria

 El ejercicio 2014 también ha sido un año de recuperación para la industria española de la moda, con datos positivos en términos de producción, facturación y empleo.

 

Hasta octubre, el Índice de Producción Industrial (IPI) se anotaba un crecimiento acumulado del 2,5% en relación al mismo periodo del año anterior en la industria textil española, frente a un incremento general del 1,5% en el conjunto de la industria del país. La confección continuaba en octubre a la baja en términos de actividad, con un descenso del 6,3% en el índice de producción, pero el sector del cuero y el calzado incrementaba su producción aún más que la industria textil, con una subida del 3,5%.

 

 

Las ventas industriales, es decir, la facturación de las empresas, dibujaban hasta octubre de 2014 un escenario todavía más positivo para las industrias españolas de la moda. En la confección, por ejemplo, a pesar de la caída de la producción el Índice de Cifra de Negocios (ICN) registraba hasta octubre un crecimiento acumulado del 5%. La facturación también ha aumentado en 2014 para la industria textil y para el sector del cuero y el calzado, con incrementos del 1,9% y del 4,4%, respectivamente.

 

En los tres casos, estas subidas fueron superiores a las registradas por el conjunto de la industria española, que hasta octubre sólo logró elevar su cifra de negocios en términos generales un 0,9% interanual.

 

Una magnitud que hace indudable la buena marcha del sector de la moda desde el punto de vista industrial en España es la evolución positiva del empleo. La confianza empresarial, la buena marcha de los pedidos, las ventas y las exportaciones ha permitido que las empresas de la industria textil, de la confección y, sobre todo, las del sector del calzado y el cuero hayan aumentado sus plantillas para hacer frente a un desarrollo presente y futuro de la actividad. Así, 2014 se consolida como el año de la recuperación en el empleo industrial tras más de una década de descensos continuados en el número de trabajadores.

 

El resultado más significativo sobre esta tendencia se ha conocido precisamente a principios de diciembre, cuando el Ministerio de Empleo y Seguridad Social difundió los datos de afiliación del mes precedente. En noviembre, las industrias de la moda habían dado trabajo a una media de 132.736 personas, con un aumento del 4,1% en relación al mismo mes del año anterior. La subida, que en términos absolutos representó la creación de 5.193 nuevos puestos de trabajo, superaba ampliamente a la registrada por el empleo en el conjunto de la economía española, que se situó en el 2,5%.

 

Tras meses en los que el cuero y el calzado, en primer lugar, y la industria textil, en segundo término, habían tirado de la generación de empleo en el sector de la moda en España, en noviembre la confección también se sumó a la tendencia positiva. De esta manera, los tres sectores generaron empleo en 2014, con una subida en el número de afiliados del 10,9% en cuero y calzado, del 1,9% en la industria textil y del 0,5% en el sector de la confección.

 

 

“Durante la crisis muchos operadores han mantenido estructuras bajo mínimos para contener gastos y es ahora que ha repuntado el consumo cuando han dado el paso a contratar a más personal”, explicaba en diciembre el director nacional de retail de la compañía de recursos humanos Michael PageVíctor Cabrera.

 

“A medida que se estabiliza la demanda y hay expectativas de crecimiento, vuelven las contrataciones”, aseguraba el presidente de la Federación de Empresas Españolas de la Confección (Fedecon), Ángel Asensio. “La sensación que tenemos es que hemos tocado fondo, de haber dejado de caer e iniciar un despegue suave”, apuntaba.

 

“Gracias a ser una industria exportadora, hemos podido aguantar el deterioro del mercado interno”, comentaba por su parte el presidente de la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice), José Sanchís.

 

“En el textil, parece que todo empieza a moverse un poco, quizá no tanto como se esperaba, pero sí lo suficiente para que se traduzca en nuevas contrataciones”, explicaba el presidente de la Confederación de la Industria Textil (Texfor), Jordi Ribes. En la misma línea que Asensio, Ribes afirmaba que “no son cifras para lanzar cohetes, pero sí indican que, por lo menos, hemos tocado fondo y empezamos a remontar”.

 

Precios

La recuperación del consumo, la buena marcha de las ventas en España y en el exterior y la reactivación de la industria no han traído, por ahora, un cambio significativo en la evolución de los precios en el sector de la moda, que ha tenido como otro de los efectos de la crisis una congelación de las etiquetas y una intensa guerra de promociones y descuentos, trasladando buena parte de las compras del precio completo al descuento.

 

A lo largo de 2014, el Índice de Precios al Consumo (IPC) de los productos de vestido y calzado ha mantenido la misma tónica que en los años anteriores, oscilando entre subidas y descensos moderados. En los once primeros meses del año, los precios de estos artículos han registrado un incremento interanual máximo del 0,4%, en mayo y octubre, y caídas de hasta el 0,3%, en agosto, en un contexto marcado por la contención general de los precios en la economía española, que hasta noviembre acumulaba cinco meses continuados de deflación.

 

Rebajas más dilatadas e iniciativas como el Black Friday, acogido por buena parte de las empresas españolas del sector de la moda por primera vez en 2014, han marcado la evolución de los precios de un sector que ha reducido al máximo sus márgenes durante la crisis. Pocos empresarios confían en un cambio rápido en esta política durante los próximos años, a pesar de que se dan algunas señales que podrían conducir en este sentido.

 

Por ejemplo, el Índice de Precios de Exportación (Iprix) de los productos textiles registró en octubre un incremento interanual del 1,5%, el más elevado desde 2012, un 3,9% en la confección y un 2,3% en el sector del cuero y el calzado. Aún más significativa es la evolución de los precios de las importaciones de estos productos, con incrementos en octubre del 2,7% interanual en el sector textil, del 2,6% en la confección y del 3,5% en la industria del cuero y el calzado.

 

Hacia un nuevo normal

A comienzos de 2015, el sector de la moda operará en España en un contexto económico decididamente más positivo que en los años anteriores, pero que ni de lejos se parece al de 2006, antes del inicio de la crisis. El consumidor español ha cambiado de forma sustancial durante estos años, en los que el fenómeno de la moda low cost ha encontrado el mejor contexto para un espectacular desarrollo.

 

Los consumidores de 2015 no sólo tendrán una renta disponible más ajustada que en 2006 (la caída en el gasto anual medio llega al 3,7%), sino que son más cautos, selectivos e inteligentes a la hora de consumir moda, que ha perdido importancia en la cesta de la compra: si en 2006 representaba el 6,8% del consumo total, en 2013 esta tasa bajó hasta el 5%.

 

Carlos Delso, director general de Suárez, lo sintetizaba de esta forma en uno de los encuentros del Observatorio de la Moda en España: “vamos hacia un nuevo normal, a otro sitio, no hacia el lugar de donde veníamos", comentó. En el mismo sentido apostillaba Juan Antonio Conde, presidente de la patronal gallega Cointega y propietario de la marca Alba Conde, durante uno de los encuentros del Ciclo 2014, el año de la recuperación: “lo peor que se puede hacer es pensar que volveremos a 2007: nada volverá a ser igual, las reglas del juego han cambiado totalmente”.