We Don’t Kill Animals abre oficinas en España y pone en marcha su primera tienda en Madrid

La moda cruelty free de We Don’t Kill Animals prosigue su desarrollo y establece en Madrid su base de operaciones. La compañía ha puesto en marcha sus oficinas centrales en la capital española y ha abierto en la misma ciudad su primera tienda, en un local de 150 metros cuadrados en la calle Justiniano.

El grupo, que mantiene oficinas y equipos de trabajo en Turquía y China (sus dos polos de aprovisionamiento), gestionará desde sus nuevas oficinas de Madrid su expansión tanto en el mercado nacional como en el internacional. La nueva sede del grupo, donde trabajan quince personas, centralizará el diseño y las operaciones de la empresa, que suma 25 trabajadores.

Asimismo, la empresa abrirá su primer punto de venta propio en Madrid, en un local de 150 metros cuadrados ubicado en el número 7 de la calle Justiniano.  La compañía también había contado con un punto de venta efímero en la ciudad, situado en el número 103 de la calle Hermosilla.

En paralelo a su desarrollo en España, la compañía ha activado la búsqueda de socios para crecer, tal y como adelantó Modaes.es el pasado junio. La empresa ha contratado a la financiera Cell para liderar esta ronda, en la que los dueños de We Don’t Kill Animals esperan captar entre medio millón de euros y un millón de euros.

We Don’t Kill Animals se creó de la mano de Javier Lorenzo y Susana Denia, que trabajó durante treinta años para Inditex

La marca, además, ha firmado recientemente un acuerdo estratégico con el gigante tecnológico Amazon para vender sus creaciones en su plataforma de moda. La compañía cuenta con Amazon como otro cliente multimarca más, ya que el acuerdo al que han llegado ambas empresas no contempla la apertura de una tienda independiente de la marca dentro de la web del grupo tecnológico, como si tienen otras empresas como Desigual o Hackett, por ejemplo.

We Don’t Kill Animals nace de la mente de Omar, hijo de Javier Lorenzo y Susana Denia, creadores de la marca. Tras conocer algunas de las prácticas que se llevan a cabo con los animales para obtener materia prima para luego realizar prendas como bolsos o zapatos, decidió junto al resto de sus compañeros de clase adoptar animales en peligro de extinción a través de la Fundación Wild Life.  Para ello crearon prendas como camisetas, pero también imanes y postales para venderlos y recaudar fondos. De ahí nació la idea de We Don’t Kill Animals.

La diseñadora de la marca llevaba trabajando los últimos treinta años en el sector de la moda para gigantes como Inditex o el grupo turco LTB desde Turquía, aunque para emprender este proyecto decidieron mudarse a España y abrir oficinas en Madrid.

We Don’t Kill Animals, que cerró 2014 con una cifra de negocio de medio millón de euros, ha operado con tiendas efímeras en ciudades como Barcelona o Sevilla.