Uniqlo frente a la ‘maldición del precio’ en España: entra a niveles europeos en el reino del ‘low cost’

Uniqlo pone a prueba la maldición del precio. El gigante nipón ha desembarcado en el país del low cost con los mismos precios que en Francia, Bélgica o Alemania. Otros lo intentaron antes y se quedaron en el camino o terminaron sucumbiendo a la dictadura del precio en el mercado español. ¿Podrá la japonesa competir en España a precio europeo?

Según el Índice de Nivel de Precios de la agencia estadística europea Eurostat, los precios de la moda en España son un 12% más bajos que la media en los países de la Unión Europea. La cifra sitúa al mercado español en niveles similares a los de Kósovo o Rumanía, y lejos de los importes de los otros grandes mercados del sector en Europa.

Alemania se sitúa en línea con la media europea, mientras que Francia e Italia son un 1% más caros. Por su parte, los precios de las prendas de vestir en Reino Unido están ligeramente por debajo, con unos importes sólo un 2% inferiores a la media europea.

Uniqlo no ha adaptado sus precios en ninguno de los mercados europeos en los que opera

A esta diferencia han contribuido, entre otras cosas, a la presión de grupos como Inditex (cuyos precios en España son inferiores a los del resto del mundo) o Primark, el gigante irlandés del low cost que en los últimos años ha ganado terreno en España a pasos agigantados.

En su desembarco en España, sin embargo, no todos los operadores optan por ajustar sus precios. Esprit desembarcó en España en 2004 a través del canal multimarca y cuatro años después inició el desarrollo de su red de tiendas, con precios en línea con el resto de Europa.

Tras el impacto de la crisis, Esprit anunció en 2011 su repliegue en el país. Desde entonces, la empresa sólo opera a través del canal multimarca, franquicias, El Corte Inglés e Internet. En su plataforma online, los precios del grupo se mantienen iguales a los de Francia, o Alemania.

Un vestido negro, por ejemplo, cuesta en la plataforma española 69,99 euros, igual que en el resto de mercados europeos. En Reino Unido, el importe es ligeramente inferior, principalmente por la devaluación de la libra: el mismo vestido cuesta 55 libras (62,4 euros).

Peor le fue a la estadounidense Forever21. La cadena desembarcó en España en 2011 con el objetivo de plantar cara a cadenas como Bershka o Stradivarius. Sin embargo, mientras que los conceptos de Inditex son más baratos en España que en el resto del mundo, Forever21 aterrizó con los mismos precios que Estados Unidos.

La empresa terminó por cancelar sus planes de expansión en el país en 2014 ahogada por la competencia, a la que entonces ya se había sumado Double Agent, con precios todavía más ajustados.

Hoy, un vestido de Forever21 cuesta en su web española trece euros, frente a las doce libras (13,6 euros) de la británica y los 12,9 dólares (10,8 euros) que cuesta en la plataforma estadounidense.

Promoción de apertura de Uniqlo en Barcelona.

En cambio, otros grupos sí han terminado sucumbiendo a la tiranía del precio, adaptando sus importes al mercado español. Es el caso de C&A, que desembarcó en España en 1983 y en 2014, en el marco de una reestructuración de su negocio en el mercado español, redujo un 10% sus precios en el país, situándolos así un 20% por debajo de la media europea.

En los últimos años, la guerra de precios ha llegado también a la web: en 2015, Asos comenzó a implantar una estrategia local de fijación de precios en todas sus plataformas, excepto en Rusia. En España, en concreto, el grupo británico rebajó sus precios para plantar cara a la competencia local, aunque no detalló de cuánto fue el descuento.

Entre los gigantes del sector también hay diferencias: mientras que H&M vende al mismo precio en España, Francia y Alemania (17,99 euros por un vestido negro en las respectivas webs), Inditex mantiene por motivos históricos una política particular de precios en España y Portugal. El mismo vestido de Zara cuesta un 25% menos en España que en mercados como Francia o Alemania, que sí están alineados entre sí.