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Trimestre de vértigo: costes y colapsos ahogan el margen de la moda en la recta final del año

La subida de los costes y el cambio de barco por avión para esquivar el colapso de los puertos llevan al sector a esperar tres meses más de márgenes a la baja. Adidas cifra en 500 millones el impacto en el segundo semestre.

P. Riaño

3 sep 2021 - 05:00

Trimestre de vértigo: costes y colapsos ahogan el margen de la moda en la recta final del año

 

 

La industria de la moda se aprieta el cinturón en la recta final del año. Los mayores operadores del mundo adelantan un trimestre de márgenes a la baja por la escalada de costes de aprovisionamiento y logística y por las decisiones tomadas para evitar el colapso de los puertos y asegurar el suministro. Gigantes como Adidas cifran ya el impacto en 500 millones de euros para el segundo semestre.

 

Aunque la tensión inflacionista en costes lleva sobre el tablero casi un año y medio, esta tendencia se ha agravado durante los últimos meses, con fletes y contenedores en máximos y con puertos colapsados como consecuencia de la escalada del Covid-19 en Asia o de cuellos de botella en Estados Unidos.

 

La economía mundial se está enfrentando al impacto de la pandemia en la cadena de aprovisionamiento, con falta de suministro y costes al alza en un gran número de sectores, de la automoción a la alimentación, pasando por la moda.

 

 

 

 

Por un lado, la caída de la demanda en el primer semestre de 2020 ha derivado en una reducción de la capacidad tanto en barcos como contenedores, lo que ha provocado un aumento de los costes del transporte marítimo. En paralelo, las medidas sanitarias y de seguridad impuestas en los puertos han llevado a una reducción de la actividad, provocando congestiones en mercados como Estados Unidos (especialmente en la Costa Oeste), Reino Unido (afectado también por el Brexit) y Europa que han derivado en retrasos.

 

Desde julio, el sector se enfrenta además también a una escalada de la pandemia en el Sudeste Asiático, uno de los principales polos productivos. Con países altamente afectados como Vietnam, las fábricas están viendo de nuevo reducida su capacidad de producción.

A estos factores relacionados con el transporte hay que sumar el precio de las materias primas. El algodón y otras fibras elevan sus precios mes a mes, presionadas por la recuperación tras el parón de 2020 y por el incremento de la demanda de materias sostenibles.

 

Así, tras un 2020 marcado por las restricciones a la actividad comercial, primero, y por agresivos descuentos para dar salida al stock después, la industria de la moda esperaba que la menor actividad promocional y la reanimación de las ventas activara también los márgenes. Sin embargo, los mayores costes de transporte y logística están penalizando al sector, que busca maneras de asegurar su abastecimiento y dar respuesta a la demanda.

 

 

 

 

¿Qué está haciendo la moda? Además de apostar por polos de producción menos afectados por el Covid, por un lado, y más cercanos al origen para reducir los costes de transporte, la industria de la moda está cambiando el barco por el avión (un medio de transporte menos beneficioso para los márgenes) para esquivar el colapso de los puertos y la falta de contenedores.

 

En los resultados del primer semestre, las principales compañías americanas (las primeras que suelen presentar resultados, frente a las europeas) advierten de las medidas que están tomando. El grupo estadounidense Gap está “equilibrando cuidadosamente” en sus previsiones para el conjunto del año los beneficios derivados de la mejora de su producto con “el gasto a corto plazo de la inflación y las presiones de la cadena de suministro, incluidas inversiones considerables en flete aéreo para mitigar parcialmente los plazos de entrega más largos y las demoras en los envíos para que los inventarios estén bien posicionados en el regreso a las clases”.

 

Tapestry, hólding que agrupa a Coach, Stuart Weitzman y Kate Spade, admite que “a medida que el aumento de costes de transporte impacta en la cuenta de pérdidas y ganancias, es posible que el incremento no coincida exactamente con algunos de los aumentos de precios”.

 

El grupo alemán Adidas es uno de los pocos que pone cifras a la escalada de los costes y atribuye a los “factores externos” alrededor de 500 millones de euros en la primera mitad del ejercicio, la mitad cantidad que prevé para la segunda mitad. La compañía de equipamiento deportivo está reubicando sus producciones, renegociando con proveedores, apostando por el transporte aéreo y priorizando el lanzamiento de determinadas campañas.

 

Under Armour cifra en diez puntos básicos el impacto negativo en su margen del segundo trimestre por las tensiones en la cadena de suministro, ya que “los beneficios y el coste de los productos fue más que compensado por costes de transporte y logística más altos”.