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TCN, nueva etapa: Totón Comella y Josep Maria Donat regresan a la empresa

Los cofundadores de la marca entran en el capital de la nueva sociedad con una participación minoritaria. El control de la empresa estará en manos del grupo Nath, propiedad del empresario catalán Andrés Fernández.

S. Riera

21 feb 2019 - 14:21

TCN, nueva etapa: Totón Comella y Josep Maria Donat regresan a la empresa

 

 

TCN escribe un nuevo capítulo en su trayectoria de la mano de Nath y sus cofundadores: Totón Comella y Josep Maria Donat. Tras rescatarla del proceso concursal, el grupo catalán traza una nueva hoja de ruta para la marca en la que involucra a Donat, que retomará las riendas como consejero delegado, y Comella, que regresará a su puesto como directora creativa.

 

Por otro lado, el acuerdo entre las tres partes comporta también la entrada en el capital de los cofundadores. Así, en la nueva sociedad propietaria de TCN, Goldmar Collections, Nath tendrá una participación mayoritaria, mientras que Donat y Comella tendrán presencia en el capital con una participación minoritaria.

 

Goldmar Collections tiene sede en Vinaròs (Castellón), aunque las operaciones de la empresa se mantendrán en las actuales instalaciones en Arenys de Munt (Barcelona). La nueva etapa de la compañía se escribirá también con la plantilla que se ha mantenido después del proceso concursal.

 

 

 

 

En la actualidad, los nuevos implicados en el desarrollo de la empresa están trazando el nuevo plan de negocio, en el que se estudia la puesta en marcha de un almacén en Badalona (Barcelona) y la reapertura de una tienda en Madrid. Después del proceso concursal, TCN mantiene tres establecimientos en Barcelona, dos en la ciudad y un tercero en la localidad de Sant Cugat del Vallès.

 

La primera colección de TCN en esta nueva etapa será la de primavera-verano 2019-2020. “Trabajaremos una marca de lujo asequible, volviendo a los orígenes, pero con una filosofía nueva adaptada a la transformación del sector”, ha explica Donat, quien ha apuntado que la negociación sobre su regreso empezó a gestarse a finales de 2018.

 

El empresario, que desde que vendió la marca a Endurance Partners, se mantuvo alejado del negocio de la moda, ha explicado que “a un hijo nunca se le abandona por más que se esté enfadado con él” y ha subrayado que intentarán colocar la marca donde la dejaron en 2015.

 

 

 

 

Nath, la empresa que finalmente se hizo con TCN, es también propietaria de la marca burgalesa Ory, a la que también rescató de un proceso concursal, y de la gallega JJBrothers, especializada en pijamas. La compañía, licenciataria también de los bañadores de Munich, genera el grueso de su negocio como proveedor para terceros de prendas de vestir.

 

La jueza dictó ayer el auto de aprobación de la liquidación de la sociedad Noeco y la venta de su unidad productiva a Nath. No obstante, la operación estaba supeditada a dos factores que habían ido resolviéndose en las anteriores semanas: la aprobación de un expediente de regulación de empleo (ERE) por parte de los trabajadores y la adquisición de la marca TCN, que sus anteriores propietarios, el fondo Endurance Partners, tenía inscrita en otra sociedad.

 

La semana pasada, y tras meses de negociación, se firmó la cesión de la enseña por un precio simbólico de un euro. Nath pactó también el pago de 60.000 euros por la unidad de productiva de Noeco y otros 260.000 euros para cubrir las indemnizaciones y complementos de la reestructuración de la plantilla.

 

La sociedad Noeco había el ejercicio de 2017 con un crecimiento del 13,7%, hasta 5,1 millones de euros, pero agudizó sus números rojos. La empresa cerró el año con unas pérdidas de 399.578 euros, frente al resultado negativo de 81.000 euros de 2016. La empresa contaba a cierre de 2017 con una plantilla compuesta por cincuenta trabajadores. En 2017, Noeco dejó de tener fondos propios negativos, situándolos en 960.452 euros.

 

El pasivo de la empresa antes de solicitar concurso ascendía a más de cinco millones de euros, según consta en los últimos resultados publicados por el grupo en el Registro Mercantil. La compañía contaba así a cierre de año con una deuda a largo plazo de 3,32 millones de euros y una deuda a corto plazo de dos millones de euros. El grueso del pasivo es con entidades financieras.