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Roberto Torretta: el argentino que llegó a la España en blanco y negro

Instalado en Madrid desde 1972, Roberto Torretta se ha convertido en una de las firmas españolas de diseño independiente de más larga trayectoria. El diseñador analiza el sector y hace un repaso a su trayectoria.

Lorenzo Molina

4 jul 2017 - 04:39

Roberto Torretta: el argentino que llegó a la España en blanco y negro

 

Roberto Torretta no es ningún nostálgico del pasado. Pese a los colosales cambios que ha sufrido la industria en las últimas cuatro décadas, algunos claramente en detrimento de la moda de diseñador, el argentino cree que el sector atraviesa un momento muy bueno. “Hawkers está teniendo un éxito bestial, así que hay hueco para empresas creativas”, sostiene el diseñador. “Pero hay que tener muy claro qué falta en el mercado y apuntar hacia esa dirección, cubrir una necesidad”, añade.

 

Torretta descubrió su hueco por llenar pronto. En 1972, antes de que España dejase atrás la dictadura, el futuro diseñador desembarcó en Madrid procedente de Buenos Aires. La moda llamó a su puerta cuatro años más tarde y por casualidad, cuando conoció a su futura esposa, Carmen Echevarría, quien regentaba la tienda multimarca Berlín en la calle Almirante de la capital, que hoy continúa abierta.

 

“Madrid me pareció una ciudad en blanco y negro, estaba todo por hacer”, explica el diseñador. “Tuve mucha suerte de llegar en un momento muy bueno, en el que había muy poca oferta en moda”, añade. Torretta lanzó la marca Smith, con oferta para hombre y mujer, y se lanzó a la carretera junto a su mujer a la caza de clientes en un canal multimarca en plena efervescencia. Tras el auge que experimentaron los tejidos técnicos en la década de los ochenta, Smith se inspiraba en el deporte para crear prendas urbanas.

 

 

 

 

El punto de inflexión en la carrera profesional de Torretta llegó en 1996, cuando su agente de prensa, Fernando Rius, le propuso renombrar Smith como Roberto Torretta y dar el salto a la pasarela. Cibeles acogió ese año el primer desfile del diseñador argentino y, desde entonces, se ha convertido en uno de los fijos en el certamen.  “La pasarela es la herramienta de comunicación más potente que existe”, explica el creador.

 

Torretta no echa en falta apoyo institucional para la industria. “Papá Estado no puede hacerse cargo de los certámenes”, razona el diseñador. “Está bien que inicialmente dé un empujón para crear una plataforma, pero depender de subvenciones no se soporta”, concluye.

 

Pese al reconocimiento y fama que dan los focos de la pasarela, el rumbo empresarial de Robertto Torretta no ha estado exento de baches. En 2009, la crisis económica impactó de lleno su actividad, con una caída de las ventas del 40% respecto al ejercicio anterior. “Ese momento fue durísimo”, reconoce el diseñador, quien también lo atribuye al auge de la
gran distribución.

 

“Mira los taxistas con Uber y Cabify: siempre que hay una revolución nos asusta”, dice el creador en relación al impacto de las grandes cadenas de moda en el sector. “A nosotros nos ha obligado a profesionalizarnos y ser una empresa más ágil”, concluye. La necesidad de mayor velocidad se trasladó a sus colecciones, que pasaron de ser dos a seis anuales. “Como diseñador, quedarte anclado en el pasado no funciona”, afirma Torretta, quien no tiene pelos en la lengua al reconocer que “hay una sobreoferta y ya nos hemos acostumbrado al megaconsumo”.

 

 

 

 

El negocio de Roberto Torretta gira en torno a las tres marcas del grupo: su línea homónima, que concentra la oferta de pasarela; la división Couture, que abarca las prendas confeccionadas hechas a medida, y RT, la marca más económica de la compañía, que genera el 60% de la facturación del grupo y cuyos productos se fabrican fuera de España.

 

Con los años, Roberto Torretta ha diversificado su negocio mediante la incursión en otras categorías de producto. La compañía del diseñador cuenta hoy con un amplísimo abanico de productos licenciados en óptica (Federópticos), perfumes (Dreamlabo) y trajes de primera comunión (Marla), entre otros, que ayudan de igual forma a sustentar la empresa. “Todas las patas de una mesa son importantes para que se mantenga en pie”, bromea el diseñador, quien considera que este tipo de alianzas son un matrimonio perfecto siempre que se cumpla la siguiente norma: “es fundamental el respeto que tiene el industrial por el activo de marca, que nosotros vamos alimentando constantemente con pasarela y publicidad”, sostiene.

 

En la actualidad, Torretta trabaja con asesores financieros y legales en la elaboración de un plan estratégico para los próximos años. Entre las opciones más plausibles, el diseñador contempla ampliar el negocio actuando como fabricantes u ofreciendo asesoría creativa para terceros. En el terreno online, la empresa valora expandir su distribución a través de plataformas extranjeras de ecommerce.

 

Sea cual sea el rumbo, Torretta cuenta con el apoyo familiar en el mismo seno de la empresa. Echevarría, su esposa, trabaja en el departamento comercial, mientras la hija de ambos, María Torretta, está rotando por varios departamentos para tener una visión global de la firma.