Richemont reorganiza la actividad de Cartier e IWC para dar respuesta a la demanda

Richemont apuesta por adaptar la actividad de sus enseñas de relojería y joyería a la demanda del mercado. Por ello, el grupo ha anunciado que reducirá la actividad de los 230 artesanos relojeros que trabajan en una de las fábricas suizas de Cartier, la enseña que más ventas aporta al conjunto de la cifra de negocio de la empresa, por la caída de la demanda.

Cartier, que cuenta con una posición asentada en joyería, ha sufrido un descenso en la venta de sus piezas de relojería, sobre todo en mercados como China, donde las medidas anticorrupción establecidas por el Ejecutivo del país han impactado en la demanda de relojes de lujo.

En noviembre, los 230 empleados de la factoría que Cartier tiene en la localidad de Villars-sur-Glane, en el oeste de Suiza, trabajarán tres días menos a la semana, tal y como ha confirmado la firma, que emplea a 1.600 personas en Suiza y que ya redujo las horas de sus trabajadores en 2009.

Mientras Cartier reduce las horas de trabajo de sus empleados, otra de las firmas del grupo, IWC, ha iniciado las obras de unas nuevas instalaciones en la localidad de Merishausertal (Suiza).

Con una inversión que asciende a 40 millones de francos suizos (33,13 millones de euros), el nuevo edificio representa la mayor ampliación de las instalaciones hasta la fecha, después de las obras llevadas a cabo en 2005 y 2008 para incrementar el tamaño de la sede de IWC y dar respuesta al incremento de la demanda de piezas de la firma.

IWC, que emplea actualmente a 800 personas, finalizará las obras de ampliación del edificio en octubre de 2016.