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¿Qué fue de Latitude, el primer azote del ‘fast fashion’ en España?

La emprendedora gallega María Almazán da un respiro al proyecto que arrancó en 2016 para relanzarlo de nuevo a finales de año con el concepto de sostenibilidad bien afianzado y adaptado a la estrategia empresarial.

S. Riera

8 jul 2019 - 04:46

¿Qué fue de Latitude, el primer azote del ‘fast fashion’ en España?

 

 

A veces, es necesario dar un paso atrás para dar dos al frente. Latitude fue uno de los proyectos de moda eco en España con mejores perspectivas de crecimiento, por la solidez de la iniciativa empresarial en sí y por contar con el apoyo en su arranque de varios inversores, entre ellos Xesgalicia, el brazo inversor de la Xunta. Tras despegar con fuerza, Latitude ha optado ahora por hacer un alto en el camino, reflexionar y tomar de nuevo carrerilla para regresar al mercado a finales de este año.

 

Su última aparición fue a finales de 2018 con una venta especial en El Paracaidista, en una de las últimas acciones que realizó este comercio madrileño antes de echar el cierre. Después de aquel evento, se optó por retirar la marca de los focos para repensar el proyecto y, en concreto, redefinir los conceptos de sostenibilidad para adaptarlos a una iniciativa empresarial.

 

El nuevo proyecto está ahora encima de la mesa para ser presentado ante los inversores. Se calcula que la aprobación definitiva de la nueva hoja de ruta de Latitude podría tenerse a finales del tercer trimestre del año para arrancar de nuevo cuanto antes, según han explicado fuentes próximas a la empresa a Modaes.es. La compañía ha optado así por hace un reset para no perder la buena acogida del primer año.

 

 

 

 

No es la primera vez que Latitude da un golpe de timón. Desde su fundación en 2014, la compañía ha ido evolucionando a base de prueba y error hasta dar con el modelo adecuado. La empresa, capitaneada por María Almazán, echó a andar como coordinadora para terceros de producciones de prendas de vestir de manera sostenible en talleres de Galicia.

 

En esta primera etapa, Latitude contó con el apoyo de los fondos de inversión Xesgalicia y Vigo Activo, de los cuales hoy mantiene aún este segundo. Sin embargo, a mediados de 2016, la empresa dio un vuelco en su estrategia para sumergirse en el desarrollo de su propia marca de moda. Para esta nueva etapa, la empresa dio entrada a un inversor californiano especializado en la inversión en empresas sostenibles.

 

A lo largo de 2017, la compañía se volcó en el lanzamiento de su propia enseña, también con base sostenible, y mantuvo en paralelo su actividad original de gestionar una producción eco para terceros. Sin embargo, el objetivo entonces a medio plazo pasaba por desvincularse de este rol de intermediario a medida que talleres y marcas fueran reforzando su relación. De esta estructura se nutría también su marca propia.

 

 

 

 

Para lanzar la marca, la compañía puso en marcha también una campaña de crowdfunding con el propósito, no sólo de captar capital, sino también de dar a conocer el proyecto de moda sostenible y hacer hincapié en las características de la sostenibilidad en las prendas de vestir.

 

También en 2017, Latitude recibió el espaldarazo de la Fundación C&A y Ashoka, de emprendedores sociales, tras ser el proyecto seleccionado en España para el programa Tejiendo el cambio, de apoyo a start ups con estrategias para transformar la industria de la moda.

 

Desde su última aparición en El Paracaidista, Almazán y su mano derecha en Latitude, Alejandra Alonso, han continuado trabajando en el proyecto, además de ir continuar impartiendo charlas sobre las definiciones de la sostenibilidad en moda y su complejidad a la hora de incorporarla en el negocio, siempre muy focalizadas en el ámbito académico.

 

La marca continúa en manos de la sociedad Hazlo Contemporáneo, que desde principios de 2017 cuenta con un consejo de administración presidido por Almazán y que tiene como consejeros a Fernando Gago, su responsable financiero y en el proyecto desde el inicio, a Carlos Borrajo y a William Robert Arathoon, tal y como recoge el registro mercantil.