Punt Roma defiende posiciones sin cierres ni despidos y se asegura con 22 millones del ICO

Punt Roma defiende estructura tras el golpe del Covid-19. La compañía catalana, especializada en moda femenina para mujeres de edad media, ha logrado aguantar la pandemia sin echar el cierre a ningún punto de venta y sin despidos permanentes. La empresa, que cuenta con una plantilla de 1.280 empleados, ha conseguido también asegurar su futuro con préstamos por 22,1 millones de euros avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Controlada por la familia García, Punt Roma mira ya a 2022 para recuperar el volumen de negocio registrado en 2019, según señalan fuentes de la empresa a Modaes.es. Según consta en las cuentas del ejercicio 2019, cerradas en agosto del año pasado, en los primeros ocho meses del ejercicio 2020 Punt Roma acumulaba una caída de ventas del 52,31% respecto al mismo periodo del año anterior, “debido al largo periodo de cierre obligado de tiendas, tanto en España como el extranjero”.

Con sede social en Zaragoza pero operaciones basadas en Mataró (Barcelona), Punt Roma finalizó el ejercicio 2019 con una cifra de negocio de 92,5 millones de euros, a la baja desde los 93,1 millones de euros de 2018. La compañía no ha facilitado el cierre final del ejercicio 2020, pero de haber mantenido la evolución registrada hasta agosto hubiera cerrado con una facturación de alrededor de 44 millones de euros.

Punt Roma acumuló entre enero y agosto de 2020 una caída de ventas de más del 50%

Fundada en la década de los setenta por el empresario Rodrigo García López y liderada actualmente por sus hijos, Carlos y Montserrat García Blanchart, Punt Roma se dirige a un segmento de población más reticente a la compra por Internet, de manera que la compañía no ha podido capitalizar el auge del canal online tanto como otros grupos del sector. Además, este mismo segmento de mayor edad es más reticente al regreso a las tiendas físicas, según señalan desde la compañía.

Punt Roma finalizó 2019 con un resultado neto de 2,2 millones de euros, frente a los 2,8 millones de euros de 2018, mientras el resultado de explotación se situó en 2,7 millones y 3,6 millones, respectivamente.

Para amortiguar el impacto de la pandemia en sus cuentas, la empresa introdujo medidas como de ahorro de costes y se acogió a los expedientes de regulación temporal de empleo (Erte), una medida que generó “un ahorro en costes laborales de un 33,52%” entre enero y agosto.

Una vez levantado el Erte, la empresa ha apostado por mantener estable su plantilla y no ha ejecutado despidos permanentes ni en central ni en la red de tiendas, en parte porque tampoco ha optado, como están haciendo la mayoría de compañías del sector, por reducir su red de distribución.

La empresa cuenta con cerca de 1.300 empleados y alrededor de 500 tiendas en el mundo

Punt Roma, que durante los últimos años había tanteado su venta, cuenta con una red 186 tiendas propias en España y una amplia presencia internacional, con alrededor de 500 tiendas en todo el mundo. En Portugal, Francia y Andorra (con 17, 35 y un establecimiento, respectivamente), la compañía opera también de forma directa, mientras en el resto del mundo lo hace de la mano de socios locales, en un total de 25 países de Europa, Oriente Próximo o Latinoamérica.

Aunque ha optado por no cerrar tiendas (ni sus socios internacionales tampoco lo han hecho, según señalan desde la empresa), en 2020 la compañía introdujo una “amplia estrategia de renegociación a la baja de alquileres para los locales que ocupa el grupo como arrendatario”, que se vieron reducidos en un 27% a 31 de agosto respecto a la misma fecha del ejercicio anterior.

Para asegurar su negocio a corto y medio plazo, la compañía suscribió el año pasado préstamos avalados por el ICO por importe total de 22,1 millones de euros. Con unos fondos propios de 26 millones de euros, a cierre de 2019 la empresa sumaba deudas con entidades de crédito por sólo 1,1 millones de euros.

Fuentes de la empresa defienden que Punt Roma era una “compañía sana” y que “no tenía una estructura sobredimensionada” antes de la crisis del Covid-19, “lo que ha permitido que podamos aguantar la estructura comercial”.