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Puig abre la puerta a nuevas compras mientras acelera en moda para que cope el 50% de su negocio

Modaes

11 jul 2014 - 10:39

Torre Puig 635

 

Puig no cierra la puerta a nuevas adquisiciones. El grupo catalán de perfumería y moda, cuya última compra fue la de una participación mayoritaria en Jean Paul Gaultier en 2011, quiere seguir engordando su cartera y no descarta incorporar nuevos activos, tanto de perfumería como de moda.

 

“Si tuviéramos que comprar otra enseña de moda, sería una en la que ya hubiera desarrollado un catálogo de fragancias o que tuviera un potencial real para poder llevarlo a cabo”, ha explicado Marc Puig, consejero delegado y presidente de Puig, a WWD. La compañía no descarta incorporar una enseña cien por cien de moda a su cartera.

 

El objetivo de Puig, propietario de Carolina Herrera, Nina Ricci, Paco Rabanne y Jean Paul Gaultier, es que la moda gane peso en su negocio, tal y como ha explicado Ralph Toledano, responsable de la división de moda del grupo. El directivo, que se incorporó a la empresa en 2012, ha destacado que durante sus primeros encuentros con Marc y Manuel Puig, este último vicepresidente del grupo, “mencionaron que les gustaría que la moda representara más del 50% del negocio, y creo que es un buen porcentaje. Llevará tiempo, porque no puede alcanzarse esa cifra de la noche a la mañana, pero ese es el objetivo”.

 

Pese a que el directivo no ha desgranado sus planes para incrementar el peso de la moda en el conjunto del negocio de la empresa, Toledano sí que ha subrayado que “en esta industria, empiezas a ver la luz al final del túnel después de cinco años”.

 

El objetivo del responsable de moda de Puig es conseguir que sus marcas aparezcan en los ránkings de las diez mejores colecciones que seleccionan las principales publicaciones del sector. “Tenemos marcas que cada vez funcionan mejor, pero cuando miras una revista y ves las diez mejores colecciones, normalmente no está ninguna de nuestras firmas, y necesitamos que eso pase”, ha destacado Toledano en una entrevista a WWD.

 

Otra de las claves para que Puig consiga su objetivo es continuar desarrollando su negocio principal, el de las fragancias, con acuerdos como los que ha alcanzado recientemente con Prada o Benetton.

 

“Una de las razones por las que nos interesa un acuerdo como este es por la gran oportunidad que se presentará en los próximos años en los mercados emergentes, con el incremento de la clase media; en estas regiones, para poder tener masa crítica, tienes que tener presencia en la categoría del masstige, porque la categoría de gama más alta todavía es muy pequeña”, ha explicado Marc Puig en referencia a la alianza con Benetton.

 

Además, Benetton cuenta con un alto contenido en moda, que ahora se une al de las fragancias, algo que forma parte de lo que Puig busca en sus nuevos acuerdos de licencia, porque, según Ralph Toledano, “cuando buscas a los líderes de la perfumería, normalmente, coinciden con los de la moda”.

 

Marc Puig coincide con Toledano en que “cada vez existe una correlación más grande entre una firma de moda fuerte y una casa de perfumería potente”. “Las marcas que cuentan con una realidad más allá de las fragancias son las que realmente lideran el sector”, ha añadido.

 

“La moda amplifica el ruido que la marca hace”, ha subrayado Manuel Puig. “Cuando lo haces bien, puedes hacer mucho ruido con recursos limitados”, ha añadido el vicepresidente de Puig.

 

En este sentido, la compañía ha apostado por liderar cada marca de su cartera de forma independiente y no aplicar una misma fórmula para todas las enseñas. Ejemplos de ello son Nina Ricci, que está capitaneada por Ralph Toledano, y Jean Paul Gaultier, que, a diferencia de Nina Ricci, cuenta con la figura del diseñador fundador en la gestión diaria de la marca.

 

Aunque Puig, que en 2014 cumple cien años de actividad, no facilita los datos desagregados del peso de su división de moda y de perfumería, fuentes del sector estiman que las ventas de fragancias y cosmética se elevaron hasta 1.320 millones de euros en 2013. La facturación global del grupo se situó en 1.500 millones de euros.

 

“Desde un punto de vista financiero, la compañía está en una posición sólida. Cualquier proyecto que queramos iniciar se puede financiar con nuestros recursos internos y con los que generamos”, ha explicado Marc Puig. No obstante, el grupo no descarta opciones como una eventual salida a bolsa si el proyecto se amplia y no puede hacer frente a los costes del crecimiento. “No decimos categóricamente que no a una opción como esa”, ha añadido Puig.

 

No obstante, el directivo sí que recalca que nunca han valorado vender la compañía, ya que su objetivo cuando se incorporó a la gestión diaria fue el que de coger las riendas que dejaba la anterior generación, desarrollar el negocio y pasar el testigo a la cuarta generación de la familia, cuyos miembros se ha decidido que no liderarán la empresa, sino que ejercerán de accionistas activos.