Mizuno encoge sus ventas un 3,8% y desploma su beneficio un 65% en 2016

Mizuno se queda rezagado en la conquista por el mercado deportivo internacional. La compañía nipona finalizó su último ejercicio (concluido en marzo de 2017), con una facturación de 188.700 millones de yenes (1.507 millones de euros), un 3,8% menos que el año anterior. El resultado neto del grupo, por su parte, se desplomó un 65,9%, hasta 700 millones de yenes (5,6 millones de euros).

La caída de las ventas en el extranjero ha lastrado los resultados de Mizuno, que atribuye su evolución a la quiebra de algunos distribuidores en América, la caída del consumo en Brasil o el impacto negativo de los tipos de cambio por el Brexit. Solamente en Japón, su mercado doméstico, el grupo elevó su facturación un 1,66%, hasta 128.000 millones de yenes (1.022 millones de euros).

En América, segundo mayor mercado de la empresa por volumen de negocio, Mizuno registró una cifra de negocio de 24.200 millones de yenes (193,4 millones de euros), un 23,4% menos que en 2015. En Asia-Oceanía, las ventas del grupo alcanzaron los 20.800 millones de yenes (166,2 millones de euros), un 6,3% a la baja. En Europa, Oriente Medio y África, la compañía ingresó 15.300 millones de yenes (122,5 millones de euros), un 4,4% menos.

Solamente en Japón, su mercado doméstico, Mizuno elevó su facturación un 1,66%, hasta 128.000 millones de yenes (1.022 millones de euros)

Por productos, el calzado fue su principal negocio, con unas ventas de 59.200 millones de yenes (472,9 millones de euros), un 5,7% menores a las del ejercicio anterior. La empresa vendió 56.500 millones de yenes (451,4 millones de euros) en productos de moda, un 1% menos, mientras que el equipamiento deportivo le reportó a la empresa ventas de 42.700 millones de yenes (341,1 millones de euros). En la categoría de otros ingresos, Mizuno facturó 30.400 millones de yenes (242,8 millones de euros).

Para 2017, Mizuno prevé alcanzar una facturación de 190.000 millones de yenes (1.518 millones de euros) y un beneficio ordinario de 5.500 millones de yenes (43,9 millones de euros), frente a los 1.500 millones de yenes (11,9 millones de euros) del ejercicio 2016.