Empresa

Mirto, artesanía y tecnología para camisas con mirada internacional

P. Riaño

15 jul 2014 - 04:44

Un nuevo paso. Esto es en lo que está centrada actualmente la empresa madrileña Mirto, especializada en camisería con una historia de cerca de sesenta años y que viste a personalidades como el rey Felipe VI. Con fábrica propia en el barrio de San Blas de Madrid, la compañía familiar apuesta por elevar su notoriedad e incrementar su presencia internacional.

 

La empresa nació en 1956 de la mano de Ricardo Fraguas Álvaro, que actualmente continúa al frente de la compañía, aunque comparte la gestión diaria con dos de sus hijos, Ricardo y Elena Fraguas Gadea, director general y consejera adjunta a presidencia, respectivamente. Fraguas Álvaro, a quien sus hijos llaman “el jefe”, puso en marcha la empresa cuando apenas contaba con la mayoría de edad necesaria para constituir la sociedad. Aunque en los inicios fundó la compañía con otro socio, la familia Fraguas controla el cien por cien desde los años noventa, junto a algunos directivos y un pequeño grupo de accionistas cercanos a la familia.

 

 

PRODUCTO

 

Mirto es la marca principal de Mirto Corporación Empresarial, formada por diversas sociedades. “Somos un grupo de empresas en torno a la camisa, hemos diversificado a partir de este producto entrando en segmentos como los trajes, las corbatas, los gemelos o la moda femenina”, señala Ricardo Fraguas Gadea.

 

Mientras Mirto está especializada en camisería de gama media alta (con precios de venta al público de entre setenta euros y cien euros), la enseña Exigency se dedica a sastrería y Liza, a la producción de camisas de un precio inferior (entre cuarenta euros y sesenta euros). Mirto Corporación Empresarial registró en 2013 un volumen de negocio en torno a veinte millones de euros. “Somos una compañía industrial y, al final, nuestro producto inicial, la camisería, hay que ampliarlo para ganar volumen”, sostiene el director general de la empresa.

 

La empresa concentra el grueso de su producción en el corazón de Madrid. En la sede central de Mirto, que suma alrededor de 10.000 metros cuadrados de superficie, unas sesenta personas trabajan en el corte y la confección de entre quinientas y seiscientas camisas cada día. La empresa genera 150 puestos de trabajo directos (incluidos los de confección) y unos 150 más indirectos, ya que la compañía refuerza su aprovisionamiento con acuerdos con otras plantas, principalmente españolas y portuguesas.

 

“En nuestra planta llevamos a cabo un proceso artesanal, pero con tecnología industrial”, explica Fraguas Gadea. Las sesenta personas (mujeres en su mayoría) están organizadas en diferentes estaciones en las que se realizan las sucesivas fases de producción de una camisa. “Una camisa está formada por entre dieciocho y veinte piezas que se unen en noventa operaciones distintas”, dice el miembro de la segunda generación familiar.

 

Coser los cuellos, hacer los ojales, coser los botones (una operaria puede llegar a colocar, con ayuda de una máquina, unos 5.000 botones en una jornada), planchado, doblado, control de calidad… todas estas operaciones se realizan en la fábrica propia de Mirto, donde también se ubica el centro de distribución de la enseña.

 

“Está claro que producir en España es más caro que hacerlo en China, pero hacerlo en una planta propia ofrece ventajas como la capacidad de respuesta flexible y rápida y la calidad que obtenemos”, señala Fraguas Gadea.

 

 

APUESTA POR EL MULTIMARCA

Aunque Mirto no nació como un proveedor sino como una marca de camisas, la empresa no se ha adentrado todavía en el canal retail para su distribución. “Todo se resume en que tenemos casi sesenta años; en aquel momento el retail monomarca prácticamente no existía y por eso tenemos una lealtad extrema al multimarca”, afirma Fraguas Gadea, a la vez que admite que, en el futuro, la empresa no descarta abrir tiendas propias o tiendas bandera. “Pero despacio, paso a paso, como lo hacemos todo”, añade.

 

La enseña apuesta por el canal multimarca como vía de crecimiento, si bien durante los últimos años ha iniciado también su desarrollo con corners en grandes almacenes. Con una red de 300 clientes multimarca en España, Mirto posee también unos ochenta corners en El Corte Inglés. El grupo estudia ahora su salto a los mercados internacionales (donde ya está presente a través del canal multimarca) de la mano de grandes almacenes.

 

Las exportaciones representan actualmente el 10% del negocio del grupo (que vende cerca de un millón de prendas al año), que distribuye sus prendas en mercados como Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Rusia o Japón.

 

Otro de los cambios en que está centrada la empresa es en elevar su notoriedad y su posicionamiento. “La comunicación orientada al consumidor final empieza a cobrar importancia”, explican desde la compañía, que posiciona su marca con desfiles en pasarela y campañas de publicidad en las que la mujer empieza a jugar un papel clave. Aunque el hombre copa el ochenta por ciento de las ventas de la empresa, la colección femenina, lanzada en el 2000, está registrando un rápido desarrollo.