Empresa

Mango se lanza a la conquista de los consumidores chinos

18 mar 2009 - 00:00

La cadena de moda Mango está decidida a impulsar su marca en el mercado chino. La compañía controlada por los hermanos Isak y Nahman Andic puso en marcha la semana pasada su primer establecimiento propio en Shanghai, pero este sólo es el primer paso de una estrategia que pasa por el reposicionamiento de la enseña y la apertura de quince nuevas tiendas al año en el gigante asiático. Mango entró en China en 2002, pero la legislación del país no le ha permitido hasta ahora poner en marcha tiendas propias, es decir, sin un socio local. Este hecho ha condicionado la apertura de establecimientos de grandes dimensiones en las principales calles comerciales, la principal herramienta de márketing del grupo. Además, hasta hace un año la compañía no ha podido utilizar la marca Mango en China, ya que estaba registrada por un empresario local.Actualmente, la compañía cuenta con una red de cincuenta tiendas en China, 47 de las cuales son franquicias. El mercado sólo representa el 2% del negocio de la compañía, que dispone de 1.229 puntos de venta en noventa países de todo el mundo, según explicó ayer el diario Expansión. La presencia de Mango en China es mayor que la de Inditex, que posee 27 tiendas. La cadena de moda con sede en Barcelona se ha marcado el objetivo de invertir cien millones de euros este año en 150 nuevas aperturas, 18 de las cuales estarán ubicadas en China. En el plazo de cinco años, el gigante asiático debería suponer el 10% de la facturación total del grupo. Mango cerró el ejercicio 2008 con una cifra de negocio consolidada de 1.100 millones de euros.El consumidor al que se dirige Mango en China es diferente al europeo. Se trata, principalmente, de compradores con un mayor poder adquisitivo, ya que se trata de un país con una renta per cápita más elevada que la de la media europea. Además, los productos de Mango son un 20% más caros en China que en Europa, ya que los costes de transporte, de alquileres comerciales y de aduanas elevan los precios finales. Mango distribuye sus prendas en China desde una plataforma logística ubicada en Shenzhen, que se suma a las de Barcelona y Hong Kong.