Empresa

Magrit, calzando a los cinco continentes con nombre de mujer

S. García

14 oct 2014 - 04:46

Magrit

 

 

De Margarita a Magrit y de Elda a los cinco continentes. Con cerca de noventa años de historia, Magrit se ha convertido en una de las enseñas españolas de calzado de mayor reputación. La compañía, que compagina su marca propia con la producción para firmas de lujo de todo el mundo, se centra en mejorar su distribución y su posicionamiento a nivel global.

 

La empresa alicantina dio sus primeros pasos en la década de los años veinte, cuando José Amat Sanchís decidió utilizar el nombre de su mujer, Margarita, para vincularlo a su propio proyecto empresarial, que hoy en día se ha convertido en un grupo zapatero con presencia en los cinco continentes. Con sede central en Elda (Alicante), Magrit está actualmente liderada por la tercera generación de la familia Amat, que se incorporó en 1974 a la gestión de la compañía tras la jubilación de Manuel Amat, hijo de José Amat Sanchís y responsable del inicio de la actividad exportadora de la empresa, que comenzó en 1949. Además de él, Pepe Amat Fernández, miembro de la cuarta generación, también forma parte de la empresa desde 2006, cuando entró en el departamento de diseño.

 

ACTIVIDAD EXPORTADORA

Tras empezar a operar en países como Francia, Alemania, Suiza y Reino Unido, la compañía consiguió sus primeros acuerdos con marcas internacionales, para las que empezó a producir. Este incremento de la actividad hizo que la empresa construyera, en 1961, una planta de producción en cadena. Ese mismo año, la entonces Margarita comenzó a exportar a Estados Unidos y decidió llevar a cabo uno de los cambios más importantes de su trayectoria: su nombre.

 

En Estados Unidos, Margarita se asociaba con el nombre de una cerveza y con otros productos alejados del calzado, por lo que la compañía decidió convertirlo en Magrit, un nombre más corto y con una pronunciación mucho más sencilla e internacional. Tras Estados Unidos llegó el continente asiático y la firma de un acuerdo con Lane Crawford para operar en Hong Kong.

 

Fue entonces cuando Pepe Amat Mira y Manuel Amat Mira, nietos del fundador, cogieron las riendas de la empresa familiar, que todavía hoy dirigen, y cuando Magrit elevó su apuesta por la investigación y el desarrollo y sofisticó sus procesos de producción. En la década de los ochenta, la compañía informatizó la fabricación de calzado y creó las primeras máquinas dedicadas al corte por patronaje por ordenador. Magrit desarrolló una cultura de I+D que le ha llevado a crear software de producción propio que actualmente utilizan más de 2.000 empresas de calzado del mundo.

 

CAMBIO DE MODELO DE NEGOCIO

Magrit, que fabrica el cien por cien de la producción en Elda (Alicante), instaló en 1987 una planta de producción de 6.000 metros cuadrados a las afueras del municipio. En sus instalaciones, la compañía lleva a cabo todos los procesos que forman parte de la producción de calzado, que van desde el corte de materia prima y el timbrado, hasta el aparado (la tarea más artesanal y que consiste en el pliegue manual de pieles, la colocación de lazos, el pegado de piedras, el marcado o el cosido), el montado mecanizado, el control de calidad e incluso el envasado de los pares para que estén listos para ir directamente al punto de venta.

 

Magrit, que cuenta con una plantilla de más de un centenar de empleados (de los que cerca del 90% son artesanos zapateros), fabrica anualmente 150.000 pares de zapatos, de los que entre el 80% y el 85% son para firmas internacionales de calzado que subcontratan la producción a la compañía. El resto corresponde a la marca propia del grupo, que en los últimos tres años ha ganado peso gracias a un cambio de estrategia de la compañía alicantina. El precio medio del calzado de Magrit se sitúa entre 250 euros y 500 euros.

 

Hace alrededor de tres años, la empresa, que tiene entre sus clientas a la Reina Letizia, decidió hacer llegar la marca al consumidor de forma directa. Hasta entonces, Magrit sólo distribuía sus productos en espacios multimarca de países de los cinco continentes como Estados Unidos, Nigeria o México, que escogían algunos modelos de la colección y los vendían en sus puntos de venta. Fue entonces cuando Magrit empezó a desarrollar el proyecto de creación de su tienda online, en la que actualmente se puede encontrar toda la colección de la enseña propia del grupo y en la que el cliente final puede adquirir de forma directa el calzado. Desde la compañía explican que el objetivo es que el cliente pueda ver toda la oferta de calzado y escoger según sus necesidades, sin tener el filtro del comercio multimarca de antemano, que de toda la colección disponible puede decidir comprar sólo un par de modelos y dejar fuera de su pedido el resto de creaciones de la marca.

 

Pese a este cambio, Magrit sigue apostando por desarrollar el grueso del negocio de su enseña propia a través del canal multimarca, en el que actualmente está desarrollando un proyecto para llevar la colección al completo a algunos puntos de venta seleccionados. Además, la compañía está reforzando su red de distribución internacional y prepara la apertura de dos puntos de venta en Nueva York y Miami en 2015.