Madz, a la caza del ‘hype’ también en el calzado

Ingeniero de telecomunicaciones y con un MBA bajo el brazo, Iván Alejos puso en marcha Madz en busca del efecto hype en el calzado. “Hemos querido llevar el modelo de las gafas Hawkers al mercado del calzado”, explica Alejos. “Queremos hacer un producto diferente en el negocio del calzado y a precios económicos”, añade. El único inconveniente a la hora de poner en marcha este proyecto es que no sabía nada del universo del calzado.

Con una inversión inicial de 36.000 euros, el emprendedor arrancó Madz, su segunda aventura empresarial. La primera fue Ownkey Business Solutions, un software específico para el negocio de la hostelería que montó junto a otros tres socios. Para poner en marcha Madz, Alejos sumó otros cuatro socios, dos de los cuales están también involucrados en la gestión diaria. Uno de ellos es Jimmi Borgue, diseñador y director creativo de la marca, que se sumó al proyecto tras cinco años de experiencia en Camper. El otro es Saúl Barroso, también ingeniero en telecomunicaciones y actual responsable de atención al cliente y operaciones.

El primer salto al mercado de Madz no funcionó. Empezaron produciendo en China dos colecciones al año para poder vender por debajo de los cuarenta euros. “Necesitábamos más movilidad de stock”, recuerda Alejos. Pero aprendieron de ello: la empresa redefinió la estrategia y volvió a la carga, esta vez con un proveedor de Logroño (La Rioja).

Para poner en marcha Madz, Alejos sumó otros cuatro socios, dos de los cuales están también involucrados en la gestión diaria

“Queremos dar una vuelta al negocio de las zapatillas”, subraya Iván Alejos. “Me gusta la tecnología y soy emprendedor, podríamos haber hecho tuercas, pero vimos una oportunidad en el calzado”, explica Alejos, quien confiesa que le falta toda la experiencia en el sector, pero que con el tiempo la va adquiriendo.

Madz cuenta ahora con seis modelos unisex que comercializa a 44 euros, pero su plan de negocio contempla lanzar el próximo otoño las primeras líneas para chico y chica, aunque siempre manteniendo el mismo modelo basado en una alta rotación de stock. En una segunda fase, la empresa contempla ampliar la oferta con prendas de vestir. Por otro lado, Madz seguirá con su negocio online. “Para mantener el precio tenemos que eliminar intermediarios”, subraya Alejos. Sin embargo, no descarta tantear el offline en mercadillos de diseño como el de Palo Alto, en Barcelona.

En la actualidad, la empresa está volcada en diseñar una operación de apertura de capital con el propósito de atraer inversión para proseguir la expansión. Madz ultima una ronda de financiación, en la que quiere captar entre 250.000 euros y 300.000 euros. Hasta ahora, todo el proyecto se ha financiado con fondos propios, junto con un préstamo de la Empresa Nacional de Innovación (Enisa). De la primera colección de esta nueva etapa, que se lanzó en enero del año pasado, Madz vendió 3.000 unidades y el objetivo es alcanzar las 5.000 unidades este año.

Boom de ‘start ups’

Madz irrumpe en el mercado español del calzado en pleno boom de las start ups del sector. Por primera vez en la trayectoria industrial de este sector en el país, hay una nueva oleada de jóvenes emprendedores que se lanzan a él sin tener ninguna experiencia previa. Madz es ejemplo de ello, igual que Pompeii, Ursulitas o Muro.exe, entre otras.