Empresa

El grupo inversor Praedium prescinde del consejero delegado de Lupo en pleno relanzamiento de la marca

Silvia Riera

26 nov 2015 - 05:00

Lupo

 

 

Lupo prescinde de su consejero delegado 18 meses después de su fichaje. Manuel González-Tarrío, que tomó el cargo en mayo de 2014, tras la adquisición de la marca por parte del grupo inversor Praedium, ha salido de la compañía. El ejecutivo era hasta ahora el responsable de la expansión internacional de la marca, en pleno relanzamiento.

 

La actual directora general, Mireia Armengol, asumirá ahora las responsabilidades de González-Tarrío, aunque la compañía no contempla dar continuidad a la figura de consejero delegado. Armengol reportará directamente a Juan Miquel Joaquim Nicolau, socio de Praedium y consejero delegado de Nylstar Fashion Group, el proyecto que teje en torno a la moda y que, además de Lupo, comprende Nylstar y Montefibre

 

La salida de González-Tarrío se produce en pleno relanzamiento de la marca. La enseña se creó en 1989 de la mano de la familia Morenete, con larga tradición en la industria catalán de la piel. En 2013, la empresa entró en concurso de acreedores y, poco después, la familia la vendió a Praedium. Bajo la batuta del grupo inversor, Lupo ha trazado un nuevo plan estratégico para reposicionar la marca en el segmento alto.

 

González-Tarrío se incorporó a Lupo tras la salida de la familia Morenete y su misión fue la de dar un nuevo rumbo a la firma. El ejecutivo no tenía experiencia previa en el sector de la moda, habiendo desarrollado su trayectoria profesional en otros sectores, pasando por empresas como el grupo industrial Manresa, del sector de la construcción. En 2013, Lupo cerró con una cifra de negocio de cerca de cuatro millones de euros; un año después, la firma situó sus ventas en 4,5 millones de euros, y prevé concluir 2015 en seis millones de euros.

 

El pasado marzo, Praedium reforzó la cúpula de Lupo con la incorporación de la ejecutiva Mireia Armengol como nueva directora general, responsable de la organización interna, la evolución del modelo multimarca y la gestión de las áreas de comunicación y márketing. Con el fichaje de Armengol, González-Tarrío se centró en el desarrollo del negocio internacional.

 

 

 

 

Desde la incorporación de Lupo a la cartera de Praedium, la firma ha puesto en marcha su primer flagship store en Paseo de Gracia; ha trasladado su sede de Barcelona a las instalaciones de Nylstar en Blanes (Girona), con el objetivo de centralizar las operaciones de todo el negocio de moda del grupo inversor, y ha empezado a diversificar con una primera colección de prendas.

 

La firma cuenta en la actualidad con un equipo de doce personas y un taller para prototipaje en las mismas instalaciones de Nylstar. La producción se mantiene en la planta que Lupo tiene desde hace años en Rumanía.

 

Lupo tiene en la actualidad con tres establecimientos propios, dos de ellos en el centro de Barcelona, y un tercero bajo el formato outlet en el centro comercial La Roca Village, en las afueras de la capital catalana. En España, la firma también comercializa sus colecciones a través de corners en El Corte Inglés y establecimientos multimarca.

 

 

 

 

Las exportaciones representan el 30% de su cifra de negocio. Japón continúa siendo el principal mercado de la marca fuera de España y, desde allí, la enseña contempla atacar China, Taiwán y Corea. En el mercado nacional, el grueso de las ventas lo genera el público turista.

 

Lupo es uno de los ejes de Nylstar Fashion Group, la división de moda que ha creado Praedium a partir de la compra del fabricante de nylon Nylstar en 2009. Sus nuevos propietarios intentan trazar sinergias entre las diferentes compañías del grupo y, de hecho, la nueva colección de ropa de Lupo es fruto de la nueva área dedicada al diseño y confección de colecciones de prendas para terceros (Meryl Collections) de Nylstar.