Empresa

Los herederos de Aninoto sucumben también a la crisis y encaran la liquidación

Cooked in Barcelona, que pusieron en marcha en 2005 los empresarios catalanes Jordi Amengol y Xavier Subirats, estaba especializada en vaqueros y camisetas de punto, y contaba con tres tiendas en Cataluña.

S. Riera

23 may 2017 - 04:49

 

Cooked in Barcelona sucumbe también a la crisis. La compañía catalana, fundada en 2005 por los empresarios catalanes Jordi Armengol y Xavier Subirats, encara el proceso de liquidación tras solicitar concurso voluntario de acreedores. La empresa, que contaba con tres tiendas, estaba especializada en vaqueros y camisetas de punto.

 

Su puesta en marcha generó en su día cierto revuelo por dos factores. Por un lado, uno de sus fundadores, Jordi Armengol, es el hijo de uno de los fundadores de la histórica Aninoto, especializada en pantalones. Aninoto echó ya el cierre en 2013.

 

Los Armengol salieron en 2008 del capital de la compañía barcelonesa de pantalones después de que la otra familia propietaria, los Llop Llagostera, les compraran el 50% de sus acciones. La salida de los Armengol de Aninoto coincidió con el lanzamiento de Cooked in Barcelona.

 

 

Por otro lado, la nueva marca de moda urbana se presentó al mercado con una fuerte carga de márketing. Cooked in Barcelona dio sus primeros pasos presentando sus prendas en tienda envasados en tuppers de plástico haciendo con los que hacía hincapié en su nombre. El packaging contaba además con etiquetas Rfid para facilitar la gestión del inventario.

 

La marca arrancó integrando wearables, con prendas con sistemas integrados de audio para Ipod. Sus prendas contaban con bolsillos interiores para colocar el reproductor de música y, en el caso de las chaquetas, contaban con un orificio en el cuello para pasar el auricular.

 

La compañía puso en marcha poco después sus dos establecimientos en la capital catalana, uno en el centro comercial L’illa Diagonal, un segundo en Granollers y el tercero en Sabadell (Barcelona), donde también tenía la sede. Entre 2010 y 2012, la sociedad Cooked Lab, propietaria de la marca, recibió diferentes inyecciones de capital, que sumaron un total de 1,4 millones de euros, situando su capital social en 2,1 millones de euros.

 

 

En el auto de solicitud voluntaria de concurso, que se presentó a finales de 2016 ante el juzgado de lo Mercantil número 4 de Barcelona, se solicitó también la liquidación de la sociedad Cooked Lab. La empresa encaró entonces la fase de disolución de su actividad, nombrándose a un administrador concursal. Las últimas cuentas presentadas ante el Registro Mercantil son de 2012.

 

La compañía catalana se suma a una nueva oleada de cierres en el negocio de la moda. En los últimos meses, el sector ha presenciado la liquidación de compañías como Blanco, Caramelo, Jota+ Ge o Hakei, entre otras. El propietario de Blanco, el fondo árabe AC Modus, puso fin a varios años de incertidumbre llevando la empresa a liquidación el pasado diciembre.

 

Caramelo, por su parte, tampoco remontó el último proceso concursal y su dueño, el fondo gallego Inveravante, optó por la disolución. En el caso de Jota+Ge, el desacuerdo con los acreedores arruinó la salida de los juzgados de la empresa el pasado otoño, mientras que Hakei, igual que Cooked in Barcelona, solicitó concurso y, a la vez, liquidación.