Empresa

Los fundadores de Adela Gil relanzan la marca tras el fracaso de Hazel

17 may 2011 - 00:00

P. Riaño.- La enseña Adela Gil vuelve al mercado. Seis años después de vender la marca a Valanza (sociedad de capital riesgo de BBVA), los antiguos propietarios de la empresa han retomado el control de la firma y relanzan la enseña de calzado con la apertura de nuevos puntos de venta.

En 2005, Valanza adquirió Adela Gil, que contaba entonces con alrededor de cuarenta establecimientos. La enseña desapareció, pero fue el punto de partida para la creación de la cadena Hazel, especializada en calzado y complementos femeninos a un precio medio.

 

El año pasado, Hazel se acogió al artículo 5.3 de la Ley Concursal al no poder hacer frente a sus deudas. Las tiendas de la cadena, que inició su desarrollo en 2008 y llegó a contar con más de veinte establecimientos en España, se han ido cerrando durante los últimos meses.

Ahora, los antiguos propietarios han decidido volver a llevar al mercado a Adela Gil. José Gil, miembro de la familia fundadora, se hizo hace dos años con el cien por cien de la marca y ha puesto en marcha un plan de desarrollo.

 

La firma ha abierto ya dos puntos de venta en Madrid, ubicados en la calle Augusto Figueroa y en el centro comercial Zielo Shopping, en Pozuelo. Los planes de la cadena pasan por instalarse en 2012 en el barrio de Salamanca y en el centro comercial Gran Plaza, según ha explicado José Gil a Modaes.

 

La empresa, con sede central en Villaviciosa de Odón, piensa incluso en su internacionalización. Gil asegura que tiene sobre la mesa la propuesta de un grupo estadounidense para llevar a Nueva York y Londres la cadena, que ha salido al mercado con un nuevo concepto de tienda.

 

Los establecimientos de Adela Gil venden calzado, complementos y artículos textiles. Esta última categoría supone ya el 15% de las ventas de la cadena. La tienda de Adela Gil en Arturo Figueroa comercializa tanto su marca propia como enseñas ajenas al grupo, como Pedro Miralles, Coolway y Wonders.

 

Gil sostiene que la marca ha sido acogida con fuerza por el público en su regreso, ya que “la gente la recuerda”. La familia Gil es propietaria también de la firma de calzado Alma en Pena, así como de la marca Mundana, que está controlada por la hermana de José Gil, Adela Gil.