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Las gafas de Woodys ‘miran’ al exterior y entran en Panamá, Colombia, Chile, Canadá y Brasil

S. García

30 jun 2014 - 04:45

Woodys 635

 

Las gafas de madera de Woodys apuestan por la expansión internacional. La compañía catalana, fundada por Josep Dosta hace un año y medio, tiene previsto incrementar su red de distribución exterior en cinco mercados en 2014, que se sumarán a países europeos como Holanda, en los que Woodys ya tiene presencia. Tal y como ha explicado Dosta a Modaes.es, el objetivo de Woodys es desembarcar este año en Panamá, Colombia, Chile, Canadá y Brasil.

 

Estos cinco países pasarán a formar parte de la lista de mercados internacionales en los que Woodys distribuye sus gafas de madera, que tienen un precio medio de entre 98 euros y 128 euros. “Queremos consolidar nuestra imagen exterior y nuestro nombre a través de espacios multimarca; nuestro objetivo es ser el Ray-Ban de las gafas de madera”, explica Dosta.

 

Además de su expansión en Latinoamérica y Canadá, Woodys tiene previsto empezar a operar en Francia e Italia a través de agentes comerciales. Hasta ahora, la compañía vendía directamente a los clientes en ambos países.

 

Woodys está actualmente liderada por Josep Dosta, que fundó la marca hace casi dos años con una inversión inicial de 12.000 euros. “Cuando terminé de estudiar entré a trabajar de becario en una empresa que fabricaba complementos para Inditex y en uno de los viajes a una feria en Alemania vi a un chico que llevaba unas gafas de madera”, explica Dosta. “Le pregunté de dónde eran y fui a la óptica donde las había comprado, pero vi que eran muy caras; fue entonces cuando decidí poner en marcha un proyecto de gafas de madera de precio más bajo”, añade.

 

La compañía en la que trabajaba Dosta cerró sus puertas y entonces decidió adquirir la nave en la que estaba ubicada para poner en marcha su proyecto, que presentó a compañías como Zara, Pepe Jeans o Uterqüe. “Les gustó la idea pero se salía de los precios que podían asumir, por lo que al final decidimos ir por otro camino y distribuir los modelos a través de una marca propia en puntos de venta multimarca”, describe Josep Dosta.

 

Tras un año y medio de actividad, Woodys cuenta con una plantilla de ocho personas que trabajan en la sede central de la empresa, ubicada en la localidad de Vic (Barcelona), donde la compañía diseña, modela y crea las muestras de todos los modelos que luego distribuye. Aunque inicialmente Woodys fabricaba sus gafas en la planta de Vic, actualmente la empresa cuenta con una planta subcontratada en Asia que se encarga de la producción.

 

A nivel global, la compañía tiene presencia en alrededor de 450 puntos de venta y cuenta con una red de doce agentes comerciales que se encargan de vender la marca en todos los mercados en los que está presente en Europa, como Andorra, Portugal, Grecia u Holanda. Fuera del continente europeo, Woodys trabaja con distribuidores locales.

 

Dosta es socio único de la compañía y financia todos los proyectos de la empresa con el capital de un inversor privado que no está involucrado en la gestión diaria de Woodys. “Pensamos en incorporar a nuevos socios pero más a largo plazo; ahora preferimos crecer más despacio y no tropezar por tener prisa”, explica Dosta.

 

Woodys, que compite con otras empresas como la española Palens, la francesa Waiting for the Sun o la estadounidense Proof, tiene previsto concluir el ejercicio con una cifra de negocio cercana al millón de euros. En lo que va de año, la empresa ha registrado unas ventas de 350.000 euros.