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La moda vuelve al juego a la espera de los centros comerciales y El Corte Inglés

Con la posibilidad de acotar el aforo y levantada la norma de la cita previa, las tiendas a pie de calle de toda España vuelven a abrir sus puertas.

Iria P. Gestal

18 may 2020 - 04:57

La moda vuelve al juego a la espera de los centros comerciales y El Corte Inglés

 

 

Sin cita previa, con macrotiendas (acotadas) y con descuentos. La última orden ministerial de Sanidad publicada el sábado da alas a la moda para volver abrir sus puertas tras más de dos meses de tiendas cerradas. Toca salir por fin de sesenta días de hibernación, sostenida sólo por el online, y volver a convencer al cliente de que necesita ropa de verano incluso en una pandemia. A la espera quedan, sin embargo, uno de los grandes bastiones de la moda en el país, los centros comerciales, que no podrán abrir hasta la fase 2.

 

Más incierto es el plan de reapertura de El Corte Inglés, que cuando se dictaron las primeras normas de la desescalada reiteró que no se consideraba un centro comercial. De hecho, no lo es, pero en las órdenes ministeriales el Gobierno nunca ha hecho referencia a los grandes almacenes, un modelo que sólo corresponde en España por el grupo madrileño.

 

Hasta ahora, la compañía no podía abrir por la limitación de superficie que establecía el Gobierno. Pero la nueva normativa permite acotar espacios mayores para ajustarse a los 400 metros cuadrados exigidos, por los que, en la práctica, El Corte Inglés podría volver a abrir parte de una planta, aunque por su modelo de corners no parece una opción factible.

 

 

 

 

El resto de tiendas a pie de calle si podrán abrir después de un Boletín Oficial del Estado (BOE) que por fin ha traído alegrías al sector. Además del salto a la fase 1 de gran parte del  país (salvo Madrid, Barcelona, y buena parte de Castilla y León), la última orden contempla medidas de alivio para todas las fases.

 

En concreto, el Gobierno ha escuchado las demandas del sector y ha permitido que los locales de más de 400 metros cuadrados puedan abrir sus puertas en cualquier fase mientras que delimiten de algún modo el espacio permitido.

 

También podrán abrir sin cita previa aquellos locales que se encuentren en fase 0, así como aquellos que se encuentren en centros comerciales pero que tengan acceso independiente. Este último punto se encontraba ya en órdenes anteriores, aunque no tan explicitado como en esta última.

 

 

 

 

Esta decisión permite que en todo el país (esté en la fase en la que esté) el comercio pueda volver a operar en las condiciones de fase 1, sin cita y con limitación de aforo del 30% y horario preferente para mayores de 65 años.

 

Por último, el Ejecutivo también ha dado marcha atrás en la que había sido la punta de lanza de las reclamaciones del sector, y permitirá finalmente las rebajas y promociones siempre que se garantice que no haya aglomeraciones.

 

Los centros comerciales, por su parte, seguirán cerrados. Su apertura sólo está técnicamente permitida en las localidades de La Gomera, La Graciosa, Formentera y El Hierro, las únicas que han pasado a fase 2. 

 

 

  

 

La desescalada de la moda

 

Con las nuevas medidas de alivio para la fase 0 y el salto a la fase 1 de la mayor parte del territorio español, la moda comienza por fin una desescalada que hasta ahora había sido a trompicones.

 

En las regiones en fase 0, que comenzó el pasado 4 de mayo, sólo las tiendas de menos de 400 metros cuadrados podían abrir y siempre que se agendara la visita. Con estas medidas, las grandes cadenas como Inditex, Mango y Tendam apenas pudieron reabrir una decena de tiendas cada una en toda España.

 

Una semana después, llegó el primer alivio para el sector, con el salto a fase 1 de una parte del país, donde vive el 51% de su población. Pero fue un paso adelante agridulce: Madrid y Barcelona, sus dos grandes mercados, no saltaron de fase, como tampoco lo hicieron otras ciudades clave para el sector como Málaga o Valencia.

 

Además, el BOE que regulaba la reapertura en fase 1 escondía una sorpresa en forma de disposición adicional: el ministerio decidió prohibir las rebajas porque, consideraba, podían generar aglomeraciones.

 

También se mantenía la limitación de los 400 metros cuadrados, que entonces no podían acotarse. La reapertura fue entre triste y floja, según los empresarios del sector.

 

El tráfico fue débil, compuesto principalmente de fieles fans de las marcas y, pese a las promociones que muchos operadores mantuvieron a pesar de la prohibición, no hubo colas en las puertas.