Empresa

La moda infantil de Spantapájaros encara la liquidación un año después de entrar en concurso

Iria P. Gestal

3 jun 2016 - 04:57

Spantapajaros

 

Spantapájaros echa el cierre tras no poder superar el concurso de acreedores. La sociedad Happydonkey, propietaria de la marca, ha entrado en liquidación después de un año en situación concursal, tal y como ha confirmado su fundador, Pedro Peinado, a Modaes.es. La compañía de moda infantil, con sede en Sevilla, llegó a tejer una red de 56 establecimientos y a emplear a 25 trabajadores directos.

 

“Todos los activos, el stock y la marca están vendidos y hemos pagado a proveedores y trabajadores hasta donde ha llegado”, ha explicado el fundador de Spantapájaros, Pedro Peinado, a Modaes.es.

 

La compañía inició el proceso concursal a finales de 2014 en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Sevilla. “Quedan algunos flecos sueltos, pero está todo listo para cerrar la sociedad”, añade Peinado, que no descarta volver a emprender en el sector en un futuro.

 

Spantapájaros vivió sus años dorados entre 2011 y 2012, cuando la empresa comenzó su desarrollo internacional con una primera tienda en Lisboa, para poco después cruzar el Atlántico con aperturas en México y Panamá. Además, la empresa operaba en El Corte Inglés con ocho corners y tenía más de medio centenar de franquicias en el territorio nacional.

 

 

 

 

“Centramos nuestra expansión través de la fórmula franquicia, pero la crisis en España afectó mucho a la moda infantil y los socios franquiciados han dejado de confiar en este segmento”, aseguraba el empresario después de que Spantapájaros se declarara en concurso de acreedores.

 

La compañía dio sus primeros pasos en 2004 de la mano de Mercedes de la Puerta y Pedro Peinado. Tras un viaje a la India, De la Puerta, formada en Comercio Exterior por la Escuela de Nuevas Profesiones, decidió emprender y poner en marcha su propia firma de moda para niños y adolescentes, que terminó registrada como Spantapájaros por un error tipográfico.

 

La empresa, que externalizaba su producción a India, se extendió rápidamente en el mercado español incluso durante la crisis, con la apertura de ocho tiendas propias y una fuerte apuesta por el modelo de la franquicia, lo que le permitió sumar en poco tiempo más de cincuenta tiendas por todo el país.

 

 

 

 

Sin embargo, el descenso del consumo terminó por impactar en las ventas, y las franquicias comenzaron a cerrar progresivamente. Peinado trató de salvar parte de la red comercial tomando el control de algunos de los establecimientos franquiciados, pero el parque de tiendas continuó menguando hasta sumar en 2015 sólo dos tiendas en Sevilla, donde Spantapájaros tiene su sede.

 

En un último intento por remontar las ventas, Spantapájaros se planteó virar su estrategia e iniciar una nueva expansión progresiva con la apertura de entre tres y cuatro establecimientos en lugares estratégicos y centrar sus esfuerzos en potenciar las ventas online.

 

Finalmente, y tras poco más de un año en concurso, el Registro Mercantil publicó el pasado lunes el auto de aprobación del plan de liquidación. “Queremos cerrar bien este proyecto antes de decidirnos a poner en marcha algo nuevo, pero no descartamos seguir en el sector”, explica Peinado. Spantapájaros cerró 2014 con ventas de alrededor de medio millón de euros.