Empresa

La moda infantil de Bóboli recupera su patrón precrisis

1 oct 2010 - 00:00

P. Riaño.- Las estadísticas revelan que, en épocas de crisis, el último gasto que se recorta es el de la moda infantil. Si esta norma se cumple también a la inversa, las cifras de la firma para niños Bóboli pueden representar un empujón para el sector. La compañía, con una trayectoria de cerca de tres décadas, ha recuperado ya el volumen de facturación precrisis.Según ha explicado a Modaes el fundador de la empresa, Francisco Algàs, la compañía ha cerrado 2010 con un crecimiento del 12%. De este modo, la empresa ha logrado en el ejercicio (que culminó ayer, 30 de septiembre) una facturación de 19,5 millones de euros. “Hemos vuelto a los niveles precrisis –explica Algàs-; 2009 fue realmente malo y retrocedimos un 10%, pero el año pasado ya se notó una recuperación, y nuestras previsiones para 2011 son positivas”. Bóboli es una de las principales marcas españolas de moda infantil. La enseña, que opera a través de las sociedades Star Textil y Bóboli, compite en el mercado con la también española Mayoral, con la línea para niños de Zara (Inditex) y con la italiana Benetton. La empresa, cuyas prendas van de cero a dieciséis años, cuenta con una red de 58 tiendas, además de presencia en el canal multimarca. Algàs atribuye el crecimiento registrado en el último ejercicio a varios elementos. Por un lado, la coyuntura económica ha provocado la desaparición de marcas de moda infantil, lo que ha contribuido, en su opinión, a que su cuota de mercado crezca. Por otro lado, el peso de los mercados internacionales va en ascenso (hoy representa el 40% de sus ventas), especialmente en países como México, Rusia y Portugal. A estos dos factores hay que sumar, además, la venta online, un fenómeno del que no escapa ninguna cadena de moda. Bóboli cuenta con una plataforma de distribución por Internet desde hace un año y medio, un canal que refuerza con presencia en clubs de venta como Privalia.Cambios en el sector Uno de los fenómenos que más está cambiando la imagen del sector de la moda infantil es la pérdida de peso de las tiendas multimarca como canal de distribución. “El multimarca ha pasado de copar entre el 40% y el 50% de la distribución de moda infantil a sólo el 20% -sostiene Algàs-; el canal ha ido perdiendo peso porque el sector se ha renovado”. Así, en paralelo al retroceso de las tiendas multimarca, las cadenas (tanto de grandes grupos como de compañías con marca propia, como Bóboli) han ido en aumento. Este movimiento se ha acentuado durante la crisis económica, que también en la moda infantil ha derivado en fenómenos como la guerra de precios. “El precio es más importante, si cabe, en el niño que en la mujer o en el hombre, la gente lo tiene mucho más en cuenta a la hora de comprar”, asegura Mònica Algàs, responsable de márketing de Bóboli y miembro, junto a su hermana Arancha (que trabaja en el departamento de diseño), de la segunda generación familiar. Aunque los dos responsables de Bóboli aseguran que la empresa no compite con cadenas como H&M, Primark o Kiabi, la compañía catalana ha reducido sus precios durante el último año, hasta alcanzar una media de veinte euros. “El sector ha aplicado controles de costes mucho mayores y el margen se ha mantenido; en nuestro caso, por ejemplo, hemos buscado nuevos proveedores en el extranjero”, explica el fundador. Las prendas de Bóboli se fabrican en Marruecos y Asia y se distribuyen desde Mataró.Red de tiendas “La disminución del multimarca la hemos compensado cogiendo cuota de mercado a los competidores en este canal y apostando por el crecimiento con franquicias”, afirma Algàs. Además de implicar una menor necesidad de financiación, las franquicias permiten una “mejor gestión de tiendas pequeñas dispersas por España o en el extranjero”. Cada establecimiento de Bóboli emplea a entre dos y tres personas. De las 48 tiendas de la compañía, 42 de ellas están ubicadas en España y 24 son franquicias. El resto están situadas en el extranjero, en mercados como México, Emiratos Árabes, Chipre, Venezuela, Taiwan y Filipinas. “La franquicia internacional irá en aumento –sostiene el empresario-; en países como Rusia, donde ya distribuimos en multimarca, estamos pensando en abrir tiendas”. Con la excepción de Rusia, Bóboli apuesta por Latinoamérica y Asia para crecer. “Es una locura abrir establecimientos en Europa ahora mismo porque la competencia es enorme, existe una saturación de marcas”, razona. Latinoamérica es, a juicio de Algàs, el área del mundo con “mayor potencial de crecimiento”. Presente en Costa Rica, Panamá o Guatemala, la compañía tiene previsto desembarcar en Perú en 2011 de la mano de un grupo local de grandes almacenes y, después, en Chile. Los mercados latinoamericanos suponen el 10% de las ventas de la compañía. La apuesta por el extranjero permitirá a Bóboli mantener su ritmo de crecimiento. La empresa, que también está diversificando sus colecciones con el lanzamiento de complementos, se ha marcado el objetivo de poner en marcha doce tiendas cada año. “Es el ritmo que hemos mantenido durante el último año y medio –asegura Algàs-; es un objetivo asumible, no somos una empresa agresiva”.