Empresa

La moda deportiva pierde la ola

S.García

1 oct 2012 - 04:57

Comienza el baile en la moda deportiva. Algunas de las principales marcas del sector han abierto durante los últimos meses sonados procesos de venta. Los grupos inversores que un día apostaron por ellas no han conseguido la rentabilidad esperada y, ahora, buscan una salida. Billabong y Rip Curl son dos de las enseñas que podrían cambiar de manos durante los próximos meses.

 

El auge de los deportes de tabla (como el surf o el skate) provocó que el estilo de la ropa técnica para practicarlos saltara a la calle. Este hecho, a su vez, llevó a las empresas del sector a diversificar e introducir todo tipo de productos en su oferta hasta convertirse en verdaderas marcas de lifestyle.

 

El buen momento que empezaron a vivir provocó que inversores internacionales se fijaran en ellas para, más tarde, poner en marcha planes de crecimiento mediante adquisiciones, hasta formar grandes grupos especializados en deportes de tabla. Pero la coyuntura económica llegó y la reducción del poder adquisitivo de los consumidores de estas marcas empezó a pasarles factura. Las ventas dejaron de crecer y la situación empeoró para muchas de ellas.

 

La primera que salió a la venta fue Billabong. La empresa australiana, que se encuentra en proceso de due diligence con TPG Capital para llegar a un posible acuerdo de venta, ha visto como sus ventas descendían en los últimos ejercicios y se ha resistido en más de una ocasión a aceptar las ofertas de compra por, según la misma compañía ha declarado “no reflejar el valor del grupo”.

 

Finalmente, y tras continuar con la mala situación, Billabong tuvo que aceptar dos ofertas de compra por parte de dos fondos de inversión distintos. Tras decir que sí, el grupo presentó los resultados anuales y comunicó unas pérdidas de 275,6 millones de dólares australianos (229,1 millones de euros). Una situación cada vez más insostenible tanto para la empresa como para los inversores.

 

Tras Billabong, la marca Rip Curl anunció su disponibilidad. La compañía australiana de surf se encuentra ahora estudiando la posibilidad de una venta total o parcial con la que sus fundadores pretenden captar 400 millones de dólares australianos (321 millones de euros).

 

A pesar de contar con una alta penetración en la industria del surf, Rip Curl ha visto como el cambio de hábitos entre los consumidores de sus productos, afectados por la coyuntura, le ha hecho perder tanto ventas como beneficio.

 

Otro aspecto que convierte la situación de Rip Curl en más complicada que la de Billabong es que sólo cuenta con una enseña y que el 72% del capital está controlado por los dos fundadores de la marca. En el caso de Billabong, la compañía cuenta con una amplia cartera de activos, que podría vender por separado, y con un número de inversores muy superior al de Rip Curl.

 

Uno de los grupos más interesados en adquirir alguna de estas enseñas podría ser el conglomerado francés PPR. La compañía, que en 2011 creó una división de lifestyle dentro de la empresa, se ha convertido en una de las más activas en lo que a adquisiciones se refiere. Desde entonces, PPR ha reforzado la división con una cúpula directiva propia y ha apostado por las marcas de moda deportiva haciéndose con el control de enseñas como Puma o Volcom.

 

Otros casos de compraventa

A parte de compañías de deportes de tabla, también hay otras marcas que han salido a la venta en los últimos meses, como es el caso de Cole Haan y Umbro. Ambas enseñas, propiedad del grupo Nike, son ahora el principal dolor de cabeza de la compañía, que anunció que quiere desinvertir en ellas antes de 2013.

 

Las dos marcas están a la cola en cuanto a la cifra de negocio que aportan a Nike. Esta poca rentabilidad unida a la menor penetración en los mercados en los que están, en comparación con otras enseñas del grupo como Converse o Jordan, han hecho que finalmente Nike las descarte.

 

El grupo estadounidense de equipamiento deportivo está ahora centrando todos sus esfuerzos en el resto de marcas que lo componen. Ese es el caso de Converse, con la que ha trazado un potente plan de expansión que iniciaron con la integración de la distribución en varios países como China, Reino Unido y España.