Empresa

La moda de baño ‘se moja’ con el bajo coste

Sarah García/ Silvia Riera

12 jul 2012 - 04:50

El  sector del baño mantiene el ritmo en España pese a la coyuntura económica. El país se ha convertido en el tercer mayor consumidor de Europa de prendas de baño y en 2010 la venta de estas prendas se elevó un 2%, según el último estudio de la consultora NPD para la feria francesa de íntimo y baño Mode City.

 

A la estacionalidad de las ventas intrínseca a su actividad y a la crisis económica, marcas españolas de baño como TCN, Guillermina Baeza o Little Kiss han sumado un nuevo enemigo: la gran distribución. Grupos como Inditex, H&M, Cortefiel o El Corte Inglés han entrado en la moda de baño y han captado un tipo de cliente que busca prendas baratas y de tendencia. También se han afianzado en el mercado español cadenas especializadas como las italianas Calzedonia o Yamamay, con una amplia oferta de baño a precios más reducidos.

 

H&M abrió la pasada Semana Santa con una campaña muy agresiva para su colección de baño: bikinis a 4,95 euros. Se sumaron a la guerra de precios C&A, El Corte Inglés y Calzedonia. El fast fashion está apostando fuerte por el baño, un sector que hasta ahora ha estado dominado por marcas europeas de gama media y media alta. “La gran distribución juega un papel muy importante en el sector -sostiene Inés Coronas, de la firma Dos Mares-; Oysho y Women Secret han hecho mucho daño”.

 

Con un precio medio en Europa que ronda los cincuenta euros por traje de baño, la gran distribución ha entrado en el sector rompiendo el mercado con precios por debajo de los diez euros. Hacer frente a este nuevo competidor es un reto más para el grueso de marcas especializadas que hasta ahora debían luchar contra la estacionalidad y la pérdida de cuota de mercado del comercio tradicional.

 

El periodo de ventas de las colecciones de baño se ciñe tan solo a unos meses: empieza en Semana Santa y concluye con la temporada de rebajas de verano. Toda la actividad comercial se concentra en apenas tres meses. Julio es el mes más fuerte en las ventas de prendas baño, pero al coincidir con las rebajas los márgenes se resienten.

 

 Para luchar contra la estacionalidad, la mayoría de empresas de baño optan por crear colecciones de íntimo para mantener su negocio todo el año. Guillermina Baeza ha sido una de las últimas empresas en dar este paso y abrirse el íntimo, diez años después de abandonar esta línea. El retorno al íntimo es un paso más en la estrategia de diversificación que la compañía inició hace unos años con acuerdos de colaboración con otras marcas. Guillermina Baeza firma, por ejemplo, la colección de baño y de pijamas de la marca de moda infantil Neck & Neck y las colecciones de baño de Mango, Hoss Intropia y Nice Things.

 

TCN ha ido ampliando su colección de íntimo y baño con ropa de casa y prenda exterior, además de extender su línea de baño al invierno con una colección crucero para los viajes del puente de diciembre y las fiestas de Navidad. Por su parte, el grupo VF, propietario de marcas como Intima Cherry o Belcor, cuenta con una extensa oferta en lencería y corsetería.

 

Además de las líneas de íntimo, otra alternativa por la que han optado las empresas españolas es la de la internacionalización. Firmas como Dos Mares, que sólo cuenta con colección de baño, o Little Kiss, cuya parte de lencería representa un porcentaje menor en las ventas, han encontrado en la exportación un aliado contra la estacionalidad. “El baño continúa siendo una parte importante de las ventas, por lo que hemos optado por tener presencia en países del hemisferio sur como Perú, Chile o Venezuela”, explica Cristóbal Andrés Zamorano, de Little Kiss.

 

La exportación también facilita a las empresas compensar la pérdida de cuota de mercado del comercio tradicional. Compañías como TCN o grupos como Vanity Fair están centrando sus esfuerzos en la exportación y en la consolidación de una red de puntos de venta propios, respectivamente. Ambas estrategias les permiten continuar creciendo en mercados nuevos.

 

Las marcas tradicionales coinciden en destacar la importancia del multimarca como canal de distribución prioritario y en su voluntad de colaborar con ellos. Little Kiss ha ido incluso más allá y ha impulsado la figura de tienda asociada, con inventarios conjuntos, lo que les permite gestionar mejor la producción de las colecciones. Incluso Guillermina Baeza, cuyo principal cliente es el multimarca de prêt-à-porter, también sufre la pérdida de peso de este canal en la distribución.

 

Gran distribución

 La llegada de la gran distribución al baño preocupa a las empresas tradicionales, como TCN, Andrés Sardá, Guillermina Baeza, el grupo Vanity Fair (Belcor, Intima Cherry), Little Kiss o Dos Mares. Todas ellas consideran que el cliente habitual de las cadenas no es el mismo que el suyo y aseguran que su batalla no está en el precio.

 

“Somos diseño, calidad, marca y un patronaje impecable; a nuestra clienta no le asusta nuestro precio”, dice Belén Larruy, de Guillermina Baeza. Del mismo modo, Xavier Esteban, del grupo Vanity Fair, explica que “nuestros clientes buscan un producto de calidad y, por eso, saben que el precio no va a ser el mismo que el que encuentran en la gran distribución".

 

Para combatir la conocida como guerra de precios, las empresas especializadas apuestan por la calidad del material y el acabado del producto y por crear prendas más técnicas. “Nuestra marca se aparta de este producto más sencillo y joven; hacemos prendas más técnicas y reforzadas”, explican desde Little Kiss, que se encuentra en concurso de acreedores. Zamorano sostiene que quien más sufre por la incursión de la gran distribución en el sector es la prenda más juvenil.

 

Volumen de negocio

 En 2010, se vendieron en todo el mundo prendas de baño por valor de 7.800 millones de euros, según el informe de NPD para Mode City. Estados Unidos abarca el 36% del consumo mundial, seguido por Europa, con el 34% del total. El mercado asiático representa el 18%. Dentro de la Unión Europea, los países donde más se gasta en prendas de baño son Francia e Italia, donde en 2011 el sector registró ventas por valor de 432 millones de euros y 417 millones de euros, respectivamente. En tercer lugar, les sigue España, donde el baño facturó 410 millones de euros. Muy por detrás están Alemania, donde el consumo de prendas de baño ascendió a 336 millones de euros, y Gran Bretaña, con un consumo de 259 millones de euros.

 

En España, a pesar de la crisis de consumo, la venta de prendas de baño aumentó un 2% en 2011 gracias sobre todo a los turistas. Entre las españolas, un 18% de las mujeres han comprado al menos un traje de baño en el último año. El mercado español es donde más trajes de baño se venden de toda Europa, pero aún así ocupa el tercer lugar en el ránking por facturación, porque la mitad de las ventas se realizan en periodo de rebajas.

 

El reto de la estacionalidad

 La estacionalidad es una característica del baño en toda Europa. Entre los meses de julio, agosto y septiembre se registra el 50% del volumen de negocio de todo el año. En España, el tercer trimestre coincide de pleno con la época de rebajas. Por precio, el 24% del total de las ventas son de prendas de más de 50 euros, una cifra que se mantiene estable desde hace años, según el estudio de NPD para Mode City. En cambio, el segmento donde más se ha notado un descenso es el de la gama media, de entre 30 euros y 40 euros.

 

La mayoría de las prendas de baño, el 63%, que se compran en los países europeos son para ocio.  El 37% son para uso deportivo, sobre todo para la práctica de la natación y aquagym. Sólo el 5% de los trajes de baño son para el entreno. Por género, el 54% de las prendas de baño que se venden en Europa son para mujer.

 

El traje de baño masculino copa el 29% del mercado y el infantil, el 17% del total de las ventas. Las mujeres europeas prefieren el bikini al bañador de una pieza. El 70% de las ventas de prendas de baño para mujer son de bikinis y el 30% restante de bañadores.