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La Más Mona: alquiler de ropa ocho años antes del ‘boom’

La start up especializada en el alquiler de vestidos y accesorios echó a andar en 2012 de la mano de su fundador, Polo Villaamil, que saltó del sector de la banca al de la moda tras la crisis económica.

Laura Juanes

23 nov 2020 - 04:47

La Más Mona: alquiler de ropa ocho años antes del ‘boom’

 

 

Impulsado por Instagram y Modaes.es, Fashion StartUp Contest celebra su primera edición en 2020 con el objetivo de poner en valor el dinamismo emprendedor del negocio español de la moda. La iniciativa, que cuenta con la colaboración de EY y El Ganso, también pretende ayudar a descubrir nuevos proyectos empresariales, en un momento particularmente importante para el sector tras el impacto del Covid-19.

 

La iniciativa nace con la vocación de contribuir a la visualización de empresas que protagonizarán una nueva generación de éxito en la moda española. Fashion StartUp Contest, cuyo funcionamiento está regido por comité de expertos, ofrecerá una amplia difusión a las start ups seleccionadas y un conjunto de premios al ganador: la start up más prometedora del sector de la moda en España.

 

 

Nombre: La Más Mona

 

Año: 2012

 

Referente internacional: Rent the Runway

 

Como definiría el proyecto en una frase: “Queremos ofrecer a las mujeres la posibilidad de ir ‘monas’ de forma accesible y sostenible”

 

Misión: “Cambiar el hábito de consumo lineal establecido y hacerlo más sostenible y razonable”

 

Visión: “En cinco años, queremos convertir el 5% de la ropa de todos los armarios en alquilada”

 

 

Del sector bancario al de la moda. Con este cambio profesional, Polo Villaamil emprendió en 2012 con La Más Mona, una start up se especializa en el alquiler de vestidos y accesorios para bodas, fiestas y ocasiones especiales. El empresario, que llevaba tiempo interesado en proyectos de economía colaborativa, fundó la empresa con la idea de “transformar el futuro del consumo”.

 

Tras haber trabajado en banca en Londres, Villaamil se quedó sin trabajo a raíz de la crisis económica y volvió a España. Una vez en el país, decidió emprender tras darse cuenta del volumen de ropa que se consume, sobre todo, en fechas señaladas como fiestas, bodas u otras ocasiones especiales.

 

“Vi un problema cuando me preparaba con mi novia de entonces para una boda –explica Villaamil–; ella gastaba mucho dinero en vestidos que se ponía muy pocas veces”. Fue entonces cuando vio la oportunidad de negocio y se decidió a emprender con La Más Mona.

 

Con una inversión de 250.000 euros, gracias a capital propio, la start up arrancó nativa digital. Pero, poco a poco, el método de distribución de la empresa fue cambiando su rumbo por la tipología de producto que ofrece: ropa para ocasiones especiales con la que la gente “no se la quiere jugar”. Por ello, en 2013 la empresa habilitó sus oficinas en Madrid para que las clientas pudieran probarse la ropa.

 

Un año después, La Más Mona abrió su primera tienda física en Madrid, en la calle Génova, y, en la actualidad, la start up cuenta con seis franquicias, ubicadas en Málaga, Murcia, Zaragoza o Bilbao, entre otros municipios. “Ahora, nuestro objetivo es tratar de convencer a las marcas para que trabajen con nosotros”, argumenta Villaamil.

 

El emprendedor asegura que, inicialmente, las empresas de moda veían el servicio de La Más Mona como una amenaza. “Nosotros intentamos hacerles ver que los hábitos de consumo de los clientes están cambiando, y que los antiguos no tienen sentido”, señala fundador. La start up ofrece vestidos y accesorios de varias marcas, incluidas algunas del sector del lujo, por un precio de entre 80 euros y 90 euros.

 

“Tenemos acuerdos cerrados con varias marcas, pero también tenemos vestidos cedidos por algunas de nuestras clientas”, señala. De este modo, la cartera de productos de Las Más Mona incluye artículos firmados por Dior, Alexander McQueen, Valentino o Elisabetta Franchi.

 

 

 

 

Como parte de su plan de crecimiento, La Más Mona quiere reforzar su oferta y “normalizar el alquiler de ropa”. De este modo, la empresa puso en marcha un catálogo de productos para vestir el día a día. “Queremos conseguir que una porción del armario de las clientas esté en constante rotación”, asegura Villaamil. Así, a finales de febrero de este año la start up lanzó la nueva línea de producto.

 

Poco después, llegó la pandemia. “La crisis del coronavirus nos ha afectado mucho, porque este año apenas se han celebrado bodas y convites”, explica el emprendedor. Para adaptarse al contexto del Covid-19, La Más Mona va a lanzar la opción de alquilar prendas sin necesidad de pagar una suscripción.

 

En la actualidad, la empresa cuenta con más de sesenta socios, entre los que se encuentran clientas y accionistas de capital de riesgo. La start up distribuye a través del canal online, que representa un 35% del total en ventas, y a través del canal físico, entre su tienda propia y sus franquicias, que copan el resto.

 

 

 

 

La Más Mona opera únicamente en España, aunque también distribuye ocasionalmente a través del online a Portugal. No obstante, la start up prevé expandirse y abrir una franquicia en México con un socio local. “Es el mercado que más nos encaja por los productos que ofrecemos”, explica Villaamil. El emprendedor asegura que, aunque el país latino se encuentra entre sus planes de expansión, de momento la empresa se quedará en España.

 

En tres años, esperamos llegar a las veinte tiendas abiertas, siguiendo el modelo de franquicias y abriendo alguna tienda propia”, argumenta el empresario, señalando además el interés de la empresa en aterrizar en Barcelona y en la costa mediterránea.

 

La Más Mona ha puesto rumbo a alcanzar el break even pese al parón que ha sufrido a raíz de la pandemia, y prevé alcanzarlo el año que viene. Villaamil se muestra positivo con el futuro de la empresa: “nuestro modelo de negocio, además de ser sostenible, es rentable, ya que un mismo vestido se alquila a diez personas distintas”.

 

La start up, que actualmente cuenta con diez personas en plantilla, prevé una caída de la facturación del 30% respecto al año pasado, cuando alcanzó los 620.000 euros. “El año que viene esperamos empezar a recuperar a partir del segundo trimestre”, matiza Villaamil.