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La jueza “ve indicios” de delito en el ‘caso Blanco’ y lo remite a la Audiencia Nacional

Según la jueza del juzgado de primera instancia de Alcorcón, la demanda por alzamiento de bienes, estafa e insolvencia punible contra ex directivos de Blanco y el grupo Alhokair debe juzgarse en una instancia superior.

Iria P. Gestal

30 may 2017 - 04:57

La jueza “ve indicios” de delito en el ‘caso Blanco’ y lo remite a la Audiencia Nacional

 

 

“No sólo concurren indicios de presunto delito de estafa, entre otros (…) sino que además, el mismo ha podido afectar a una multiplicidad de perjudicados”. Así concluye la jueza Raquel Zuil Tejero, del juzgado de primera instancia número 4 de Alcorcón, el auto en que remite el caso Blanco a la Audiencia Nacional. En la querella, la Plataforma de Afectados de Blanco acusa grupo de ex directivos de Blanco y del grupo Alhokair de estafa,  alzamiento de bienes e insolvencia punible durante el proceso de compra y posterior concurso de la cadena madrileña, que entró en liquidación a finales del año pasado.

 

En un inicio, los ex trabajadores de Blanco presentaron la querella tanto ante el juzgado de primera instancia e instrucción de Alcorcón como en la Audiencia Nacional, al ignorar cuál era el tribunal competente.

 

La magistrada Raquel Zuil Tejero citó entonces a declarar a los investigados: el consejero delegado de BlancoGerry Waters; el director financiero, Nuno Ferreira; el consejero delegado de AlhokairSimon Marshall y el director financiero del grupo saudí, Masoud Mahammad Husesien Mamad.

 

Sin embargo, al conocer que la querella también había sido presentada ante la Audiencia Nacional, decidió suspender las declaraciones para dilucidar quién de los dos debía juzgar el caso. Por su parte, la Audiencia resolvió en condicional que no tenía pruebas suficientes para valorar el caso y que, por tanto, no era de su competencia por el momento.

 

Ahora, la jueza ha acordad la inhibición de la causa al Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional, entre otros motivos porque ve “indicios de presunto delito de estafa” y porque el número de afectados es amplio y repartido por todo el territorio nacional e internacional.

 

 

 

 

La querella, presentada a través de Camacho&Maíz Abogados, argumenta que la autorización para la compra de la cadena, en 2014, “se hizo a favor de Fawaz Abdulaziz Al-Hokair & CO, que constituyó una sociedad al efecto, con el nombre de Global Leiva para la gestión del negocio”.

 

Además, en la querella se explica que en lugar de patrimonializar la sociedad, Alhokair concedió dos créditos por un importe de 12,1 millones de euros y de 33 millones de euros, respectivamente, a Global Leiva, que ya estaba en causa de disolución desde su propia constitución por este motivo.

 

Blanco mantiene además otros dos procesos judiciales: uno en el juzgado de Toledo, donde se juzga únicamente el concurso, y una serie de demandas laborales individuales que están siendo juzgadas en Móstoles.

 

 

 

En noviembre de 2016 Alhokair traspasó la sociedad Global Leiva a AC ModusAlhokair cifró el importe de la operación en 83 millones de euros, más del doble de lo que desembolsó en 2013 cuando rescató a Blanco de su primer concurso de acreedores. Sin embargo, el valor real de la operación fue de 1,19 millones de euros, según consta en la escritura de venta

 

El pasado diciembre, AC Modus decidió llevar a liquidación a la cadena tras presentar el segundo concurso de acreedores de su historia. En la primera ocasión, en 2014, Blanco fue rescatada de los juzgados por el grupo saudí Alhokair por cuarenta millones de euros, después de que la cadena madrileña ya protagonizase entonces la mayor crisis de la moda española.

 

Según las cuentas de Global Leiva, consultadas por Modaes.esBlanco perdió 21,71 millones de euros en 2015, un 192% más que en 2014. La facturación ascendió a 105,24 millones de euros, un 2,2% menos que el año anterior.

 

Por su parte, Alhokair cerró 2016 con un beneficio neto de 391,2 millones de riyales saudíes (94,6 millones de euros), un 26,5% menos que el año anterior. La facturación del grupo, por su parte, registró una caída más moderada, del 3,43%, hasta 6.706 millones de riyales (1.623 millones de euros).