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La histórica del baño Venus concluye el relevo generacional y sale en busca de las ‘millennials’

La compañía, propiedad desde hace una década de la familia Garbajosa, extiende la colección hacia tallas grandes y mujeres de menos de treinta años, con miras a crecer un 40% en 2018.

S. Riera

5 jul 2018 - 04:47

La histórica del baño Venus concluye el relevo generacional y sale en busca de las ‘millennials’

 

 

Venus, una histórica del baño en España, reivindica su lugar en la moda del país. La compañía, en manos de la familia Garbajosa desde hace una década, concluye el relevo generacional y acelera en la diversificación para abordar nuevos segmentos de mercado. Marcos Pizarro, hijo de Esperanza Garbajosa, quien ha estado al frente la empresa en su último tramo, pilota ahora esta nueva etapa.

 

Fundada hace más de ocho décadas, Venus escribe ahora un nuevo capítulo en su trayectoria. La empresa, que empezó como fabricante de fajas y corsetería, se ha especializado desde la década de los sesenta en prendas de baño. El año pasado, la compañía facturó 1,3 millones de euros y, para 2018, prevé crecer un 40%, apoyándose en la diversificación.

 

Hasta ahora, Venus se ha defendido en el mercado español con El Corte Inglés de aliado y una red de comercios tradicionales fieles a la marca. Con un precio medio de entre 79 euros y cien euros, la empresa ha trazado una nueva hoja de ruta para volver a ser un actor clave en este sector. Los primeros pasos que ha realizado la compañía en este sentido han sido abordar el segmento de tallas grandes y el de mujeres de menos de treinta años.

 

 

 

 

Hemos empezado con una primera pequeña colección para tallas grandes orientada a las mujeres que vienen de turismo a España, de países como Alemania o Rusia”, explica Pizarro. Por otro lado, Venus se ha marcado objetivo seducir a la consumidora millennial, con una colección específica. En esta línea, la compañía también ha puesto en marcha su tienda online.

 

 “Nuestro objetivo ahora es volver a potenciar la imagen de marca”, asegura el director general de la compañía. “Pensamos que si hasta ahora nos ha ido bien sin comunicar, tenemos recorrido haciendo las cosas mejor”, apunta.

 

Policarpio Domínguez García y su esposa Soledad Molina pusieron en marcha Venus en 1932. La empresa echó a andar como fabricante de íntimo, especializado en la confección de fajas y corstería en el barrio de Las Letras de Madrid, con talleres en las casas. Hasta principios de la década de los sesenta, la compañía no lanzó la primera línea de bañadores.

 

 

 

 

El representante de la segunda generación, Policarpio Domínguez Molina, tomó las riendas del negocio en 1978. Con el relevo generacional, la empresa dio un salto adelante y abrió su primera fábrica en la localidad madrileña de Alcorcón. En la década de los ochenta, Venus dio el salto internacional e inició su desembarco en mercados latinoamericanos.

 

Domínguez Molina falleció sin descendencia y dejó la compañía en herencia a manos de los trabajadores. Se pusieron entonces al frente Emilio Flores y Esperanza Garbajosa, quienes han pilotado las operaciones de la empresa hasta ahora. Flores dio un paso al lado a principios de los dos mil y, más adelante fue Garbajosa.

 

Con miras a planificar el relevo en la cúpula, se incorporó a la empresa el hijo de Garbajosa, Marcos Pizarro, en 2005, y ahora toma las riendas. Venus mantiene la fábrica en Alcorcón, en la que realizan los muestrarios. La producción en sí, se realiza en Túnez. La empresa cuenta con una plantilla de seis trabajadores.