Empresa

La heredera del imperio Zannier apuesta por España con la moda infantil de Tartine et Chocolat

S. García

9 sep 2014 - 04:53

Tartine et Chocolat

 

Tartine et Chocolat apuesta por el mercado español. La enseña de moda infantil, liderada por Émilie Zannier (hija de Roger Zannier, fundador del imperio francés de moda infantil que lleva su apellido), ha decidido trasladar su único punto de venta propio en España, ubicado en Barcelona, para incrementar su visibilidad y mejorar su localización, tal y como han explicado fuentes de Tartine et Chocolat a Modaes.es.

 

Hasta ahora, la enseña de moda infantil, que opera de forma independiente a Groupe Zannier, distribuía sus productos en un establecimiento propio ubicado en la calle Mestre Nicolau de Barcelona. Ahora, Tartine et Chocolat ha trasladado su punto de venta al número 490 de la Avenida Diagonal de la ciudad.

 

El nuevo establecimiento, que cuenta con una superficie comercial de alrededor de 30 metros cuadrados, tiene menos espacio de venta que el que hasta ahora ocupaba, pero está mejor ubicado, tal y como señalan fuentes de Tartine et Chocolat.

 

Por ello, estas mismas fuentes sostienen que este traslado no es el definitivo. El objetivo final de la marca es encontrar una ubicación en un eje prime con una superficie comercial grande para poder instalar allí de forma definitiva la que es, hasta ahora, su única tienda propia en todo el territorio nacional.

 

Además del establecimiento de Barcelona, Tartine et Chocolat distribuye sus productos en medio centenar de puntos de venta multimarca de toda España. Desde la marca subrayan que no tienen previsto elevar esta cifra mucho más, puesto que “queremos mantener la distribución a la altura de la marca, en un segmento alto del mercado, por lo que no buscamos estar en todas partes”. Tartine et Chocolat también cuenta con presencia con corners en cuatro complejos comerciales de El Corte Inglés ubicados en Madrid, Santander y Marbella.

 

Fundada en 1976 por Catherine Painvin, Tartine et Chocolat fue adquirida en 2004 por Roger Zannier. Tras la operación de compra, el empresario puso al frente de la compañía a su hija Émilie Zannier, que ahora preside la marca y la lidera de forma independiente al grupo, pese a que forma parte de una estructura de enseñas que factura anualmente más de 800 millones de euros.

 

Tartine et Chocolat cerró el ejercicio 2012 (último del que hay cifras disponibles) con unas ventas de 38 millones de euros. Tal y como confirmó Émilie Zannier a Le Figaro, el objetivo de la compañía es duplicar esa cifra hasta 2017.