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La familia Albadalejo impulsa Meermin: abre en París su segunda tienda en el extranjero

La empresa, que ha emprendido ya el relevo generacional, operaba hasta ahora con dos tiendas en Nueva York y Madrid, además del canal online.

Iria P. Gestal

12 sep 2019 - 04:47

La familia Albadalejo impulsa Meermin: abre en París su segunda tienda en el extranjero

 

 

Los Albadalejo siguen pisando fuerte. La histórica familia de zapateros de Mallorca prepara una nueva apertura con una de sus marcas, Meermin. La firma, pilotada por Pepe Albadalejo, ultima la puesta en marcha de una nueva tienda en París, donde se instalará en el barrio de La Madeleine.

 

Meermin, con sede en Inca (Mallorca), cuenta ya con flagship stores en la calle Claudio Coello de Madrid y en el Soho de Nueva York, además de realizar trunk shoes en ciudades como Londres, Los Ángeles o San Francisco.

 

En sus inicios, la compañía se especializó en la distribución de calzado para el mercado japonés, donde operaba a través del canal multimarca y llegó a contar con una tienda en Tokio. Sin embargo, desde que el grupo emprendió el relevo generacional, hace ahora once años, Meermin ha dado un giro a su modelo de negocio, abandonando la distribución multimarca y centrándose únicamente en el retail.

 

La empresa, que no comunica su cifra de negocio, cuenta con una fábrica en Inca y trabaja con un proveedor en exclusiva en China. Las pieles proceden de Cataluña, Francia y Japón, mientras que el diseño se realiza en la sede central de la compañía. Un par de zapatos Meermin cuestan en torno a 170 euros.

 

 

 

 

Más de cien años de zapatos cosidos

La historia de esta familia de zapateros se remonta a 1886, cuando Matías Pujadas puso en marcha la marca Carmina Albadalejo en Inca (Mallorca). Su hijo, Mateo Pujadas, continuó el negocio familiar con la puesta en marcha de la primera fábrica de zapatos cosidos Goodyear en Baleares.

 

Ya en la década de los sesenta, un bisnieto del fundador, José Albadalejo Pujadas, dio el salto a la creación de marca con la fundación de Yanko, que se convirtió en una de las principales compañías del sector con una producción anual de un millón de pares.

 

En los noventa, sin embargo, la compañía comenzó a acumular deuda y terminó entrando en los juzgados, tras una inyección de más de mil millones de pesetas por parte del Gobierno balear en líneas de ayudas y créditos.

 

La marca y la unidad productiva pasaron a manos del empresario catalán Xavier Camp por una peseta. Pero tampoco en manos de Camp logró salir adelante, y en 2007 Yanko fue comprada por Koyan, una compañía controlada al 50% por la familia Llobera, de Inca, y por un empresario de Ubrique cuyo nombre no trascendió.  

 

Tras el fin de Yanko, la familia tomó dos direcciones diferentes: Albadalejo volvió a intentarlo con una nueva marca, Carmina Albadalejo Shoemaker (hoy Carmina Shoemaker), mientras que uno de sus hijos, José Albadalejo Ramis, decidió emprender por su cuenta con el lanzamiento de Meermin en 2001.

 

La empresa ha iniciado ya el relevo generacional, con la entrada en la empresa de un nuevo José Albadalejo: el hijo del fundador, Pepe Albadalejo Autonell.