Empresa

La cordobesa Banumatru da el salto a los ‘wearables’ para superar el millón de euros

I. P. Gestal

1 feb 2016 - 04:42

Camisas con bluetooth made in Córdoba. Este es el nuevo proyecto de Banumatru, una compañía cordobesa, con raíces en la industria de la confección, que opera con las firmas Mi Hermana Pequeña, de moda femenina, y Motobike, especializada en moda masculina. Ahora, el grupo ha decidido apostar por los wearables con Patadegayo, que ofrece desde el pasado noviembre camisas con tecnología bluetooth con las que esperan alcanzar el millón de euros de facturación.

 

La empresa tiene su sede en Priego de Córdoba, “uno de los centros textiles de Andalucía”, explica Rubén Montes, uno de los fundadores de la compañía. En la localidad, de 25.000 habitantes, sobreviven todavía 25 fábricas que despertaron en Montes la pasión por el sector.

 

“Mi socio y yo trabajábamos para otra empresa, pero hace dos años decidimos abandonar la compañía para poner en marcha Mi Hermana Pequeña”, dice el emprendedor. En un principio, la firma estaba especializada en moda femenina, pero con los años ha diversificado su oferta incluyendo también prendas para hombre.

 

 

 

 

La firma se distribuye en alrededor de 150 puntos de venta multimarca y se fabrica en talleres externos de Andalucía. “Nuestros padres y abuelos habían trabajado en el sector, y desde el principio tuvimos claro que queríamos fabricar todo en España”. Mi Hermana Pequeña llegó a tener una tienda propia, “pero no teníamos suficiente oferta y decidimos cerrarla”, admite Montes.

 

Hace cuatro años, el grupo apostó por la moda masculina con el lanzamiento de Motobike, especializada en camisería, que también opera en el canal multimarca. El último proyecto de Banumatru ha sido una vuelta de tuerca a la camisería tradicional, incorporando la tecnología NFC en las prendas.

 

Este nuevo proyecto, bajo el nombre de Patadegayo, es pionero en España, y en Europa sólo ha habido alguna otra experiencia en textil con esta tecnología en los países nórdicos. “Tengo dos niños, y un día en el parque me pregunté si no habría una manera de poder controlarlos si los perdíamos de vista mientras jugaban”, dice Montes.

 

 

 

 

La tecnología consiste en la integración de un chip en el puño de las camisas que ofrece un servicio similar al bluetooth, con posibilidades que van desde el intercambio de datos, a la identificación del usuario en el acceso a grandes recintos o el pago con el teléfono móvil.

 

“Todas experiencias que habíamos visto anteriormente con esta tecnología no tenían un componente estético, ese es nuestro valor diferencial”, explica el emprendedor. Los proyectos del grupo con Patadegayo, con precios que oscilan entre cincuenta y sesenta euros por camisa, pasan por llevar la firma al extranjero. “Nos gustaría empezar por Francia y Alemania y después dar el salto a México”, dice Montes.

 

Actualmente, la enseña se distribuye en medio centenar de puntos de venta. El objetivo pasa por alcanzar entre 100 y 120 distribuidores multimarca. El grupo cerró 2015 con una facturación de 700.000 euros. Con el impulso de Patadegayo, la compañía espera elevar su cifra de negocio hasta un millón de euros en el próximo ejercicio.