Empresa

Juanjo Oliva, en busca del equilibrio entre diseño y negocio

C. Pareja

11 oct 2013 - 04:53

Juanjo Oliva siempre dice que se lo jugó todo a una sola carta. El diseño ha sido su prioridad desde que era pequeño, pero también ha sabido que para triunfar en este sector tenía que ser empresario. Ahora, Oliva vive en su tienda-taller de Madrid mientras compagina la creación de sus colecciones para su firma homónima y su colaboración con El Corte Inglés, de donde nació Elogy, su marca destinada al gran público. Su objetivo: encontrar el equilibrio perfecto entre diseño y distribución.

 

“Mi entorno familiar no está relacionado con la moda”, explica el creador. Aun así, el diseñador madrileño Juanjo Oliva siempre supo que quería dedicarse a crear y diseñar. Empezó a introducirse en el sector con 18 años, estudiando diseño de moda en escuelas como la Institución Artística de Enseñanza de Madrid (Iade) o ilustración en escuelas internacionales como Parsons School of Design, en Nueva York.

 

“Cuando regresé a España, mi primer trabajo en moda fue de la mano de la diseñadora Isabel Berz, a principios de los noventa, colaborando para uno de sus desfiles de la pasarela Cibeles”, explica Oliva. Después apostó de nuevo por formarse en el extranjero y se mudó a París casi un año, donde trabajó en un despacho de prensa.

 

De Inditex a Sybilla

“Realmente comencé a tener una relación más estrecha con el sector cuando Inditex me contrató para trabajar en el departamento de diseño de mujer joven en Arteixo, en A Coruña”, explica Oliva. “Era la primera vez que me mudaba de ciudad para trabajar y la verdad es que no fue una experiencia muy enriquecedora -explica el creador-; cuando yo trabajé para Inditex el diseñador no era diseñador, era una especie de coordinador de moda, simplemente decidía sobre una prenda ya terminada, y eso no era lo que yo quería”.

 

Antonio Pernas, colaboraciones con Amaya Arzuaga o Helena Rohner fueron los pasos previos a su entrada en una de las firmas españolas más emblemáticas: Sybilla. “Fue aquí donde pude decir con firmeza que quería ser diseñador el resto de mi vida”, asegura Oliva. “Me encontré con un entorno totalmente opuesto al de una gran empresa: todos dibujaban, creaban, hacían pruebas con modelos, investigaban o teñían. Estabas en contacto continuo con la moda”, explica el creador.

 

Juanjo Oliva pasó a ser asistente de Sybilla y, tras dos años en el cargo, supo que era el momento de dar el paso definitivo y crear su propia firma. “Definí mi estilo y mi identidad y me lancé a crear mi propia marca”, recuerda Oliva. En el año 2000 se comenzaron a construir los cimientos de su propia firma: la hermana del diseñador entró en el accionariado y se instalaron en un taller del número 16 de la calle Núñez de Balboa (que compartió con Carmen March durante siete años). La firma comenzó a desfilar Madrid en 2003 y, desde entonces, el diseñador ha subido todas sus colecciones a la pasarela.

 

En la actualidad, Juanjo Oliva puede presumir de haber cumplido todos sus objetivos. Continúa adelante con su propia firma, con base en el número 7 de la calle Orfila de Madrid, y ha consolidado su colaboración con el grupo de grandes almacenes El Corte Inglés, que le ayuda a financiar su propia firma y elevar su imagen de marca.

 

“Aliarme con El Corte Inglés es de los pasos más importantes de mi carrera como diseñador –explica Oliva-; como empresa, esta colaboración te ayuda a ser más marca, es más accesible y hace que tus diseños lleguen a más armarios”. “Poder dar diseño a un precio accesible hace que la moda esté de moda”, añade.

 

Los planes a corto plazo más inmediatos de Juanjo Oliva son presentar su primera colección de bolsos y complementos para la marca Elogy (propiedad de El Corte Inglés) y centrarse en crecer en el mercado internacional, donde busca oportunidades en Oriente Próximo, en mercados como Kuwait. “Para llegar a más mercado estamos programando un calendario de asistencia a ferias que nos llevará a estar presentes en, por ejemplo, Tranoï, evento que se celebra en París”, asegura.

 

Para Juanjo Oliva ser diseñador en España es más difícil que en el resto de países europeos. “En este país no existe la figura del business angel, algo que sí se da en todos los núcleos de moda de otros países, con firmas como Proenza Schouler o Prada por ejemplo”, explica Oliva. “En España no falta ni industria ni diseño, lo que falta es capital. Se necesita un buen producto para salir al mercado internacional, pero para ganar dinero se necesita dinero”, concluye.