Empresa

Joaquín Trias, un tándem tocado por un ‘ángel’

30 sep 2010 - 00:00

P. Riaño.- Le han calificado ya como el sucesor de Balenciaga y la crítica internacional ha acogido con los brazos abiertos sus cortes geométricos y sus tejidos tecnológicos. Quizás por eso, Joaquín Trías ha conseguido, con tan sólo dos años de trayectoria, lo que tantos otros jóvenes diseñadores buscan: un socio que gestione su empresa y, sobre todo, capital para financiar su crecimiento.Trías, que acaba de subirse por tercera vez a la pasarela de la semana de la moda de Nueva York, se presenta ante el público como una persona tímida. Siempre habla de su marca en tercera persona, refiriéndose constantemente al equipo que forma su empresa. “El diseñador no es el protagonista; no quiero ser una celebritie, quiero trabajar, vender”, explicó Trías en la jornada inaugural de la VIII Promoción del MBA en Empresas de Moda de ISEM Fashion Business. Las “musas” de Trías eran sus abuelas: una vestía de Balenciaga y otra, de Pertegaz. Su pasión por la moda no era bien recibida en su familia y entre los 14 y los 16 años vivió en Florida (Estados Unidos), donde trabajó para convertirse en tenista de élite, una formación que, hoy todavía, se refleja en su “disciplina en el trabajo”. “Cuando volví de Estados Unidos, estudié Empresariales, pero en lugar de ir a clase iba a talleres de moda a ver cómo se trabajaba”, recuerda. “Nunca he enfocado la moda como frivolidad, quería estar entre los técnicos”, explica el diseñador.Trayectoria El pasado 16 de septiembre, Joaquín Trías cumplió su primer año de vida. El diseñador considera que el nacimiento de la firma de moda que lidera debe situarse en el momento en que se presentó al público, en la pasarela de Nueva York. Pero Joaquín Trías comenzó a gestarse un año antes. Respeto, perfección e innovación son tres de los atributos de la marca, según el diseñador. “No nos gusta pensar en qué es tendencia, queremos crear una moda de verdad, es el back to the origins”, explica. Joaquín Trias conoció a Ángel Sartorius en 2008, al terminar la carrera de Empresariales. A ambos les une una relación de parentesco, pero nunca antes habían coincidido. Tras empezar a mostrar su trabajo, Trías se dio cuenta de que necesitaba apoyo y decidió pedir ayuda a Sartorius. “Nunca antes le había visto cuando vino a mí –recuerda Sartorius, MBA por Insead-; le dije que le haría un plan de negocio y que le ayudaría a buscar financiación; terminamos montando juntos la empresa y nos lanzamos a buscar dinero”. Era julio de 2008, el mes en que el banco estadounidense Lehman Brothers quebró, lo que detonó la crisis financiera internacional actual, la peor de los últimos veinte años. Sartorius, cuya imagen de hombre de negocios contrasta con la de Trías, sostiene que “crear una compañía de moda es más difícil que consolidarla y dirigirla”. Ante las dificultades para acceder al crédito, los dos socios recurrieron a capital familiar (la vía más habitual de financiación de los proyectos jóvenes, es decir, family, friends and fools o familia, amigos y locos) para desarrollar la primera colección e iniciar la comunicación de la marca. De la mano de la profesional de la comunicación Valérie de Baecque, Trías y Sartorius llevaron su marca a Nueva York. “En Nueva York la gente es muy profesional –explica Trías-; no pierden el tiempo, pero te reciben siempre”. Sin saber muy bien cómo, consiguieron que, en mayo de 2009, WWD y Carolina Herrera les recibieran. Una semana después de ambos encuentros, Joaquín Trías tenía una fecha en el calendario de la semana de la moda de Nueva York. “Entonces Ángel empezó a preocuparse –recuerda Trías-; no teníamos dinero”. Con una cita en la Gran Manzana para septiembre de 2009, la firma necesitaba alrededor de 200.000 euros para desfilar. Un mes antes del desfile, Joaquín Trías fue tocado por un ángel. El family office (vehículo de inversión familiar) Stiria Capital inyectó recursos económicos en la empresa, que le permitieron financiar su primera etapa de crecimiento. “En sólo tres semanas cerramos el acuerdo, fue un tiempo récord”, recuerda Sartorius. Gracias a Stiria Capital, la firma ha podido desfilar en febrero 2009 y septiembre 2010.Nuevos pasos Tras haber desfilado por segunda vez en Nueva York, Joaquín Trías espera que sus prendas lleguen al mercado en breve. “En quince días tendremos respuesta de cómo ha ido la campaña de ventas en Nueva York y París”, explica Sartorius. En ese momento, la empresa conocerá en qué países se venderán sus prendas. “Nuestra situación ahora es mucho más cómoda gracias a la entrada del family office, pero no tenemos solucionada la parte financiera del negocio”, sostiene Sartorius. “Es necesaria mucha más financiación para poder continuar al mismo ritmo que vamos; aunque somos muy pacientes, nos hemos saltado muchas etapas y cada vez que llegas a una etapa más, las necesidades de financiación son mucho mayores –explica el empresario-; al principio valía con familia y amigos, luego no era suficiente y hemos necesitado un business angel. Ahora ya no es suficiente y pronto necesitaremos un fuerte inversor, especialmente cuanto más avancemos y crezcamos”.