Empresa

Inditex y Mango se vuelcan en el hombre con el fichaje de directivos y nuevas marcas

C. Pareja/ F. Marín-Camp

1 sep 2015 - 05:00

La gran distribución toma medidas al consumidor masculino. Gigantes españoles de la moda, como la gallega Inditex o la catalana Mango, se refuerzan con la incorporación de nuevos directivos y el lanzamiento de nuevas marcas enfocadas al hombre. Mango ha incorporado a un ex directivo de Purificación García, propiedad de Sociedad Textil Lonia, como responsable de diseño de sastrería de Mango Man, mientras Inditex continúa reforzando la línea de sastrería de Massimo Dutti con el lanzamiento de nuevas marcas que se centran en la personalización de prendas para sus clientes masculinos.

 

En los últimos cinco años, la cuota de mercado de la moda masculina se ha mantenido estable, con su máximo histórico situado en el 33,7% de 2009. Sin embargo, la oferta no ha dejado de crecer con la irrupción de nuevos operadores, la expansión de los ya existentes y la apuesta por la diversificación de aquellos que sólo atendían al público femenino.

 

El último movimiento de Inditex en su apuesta por el público masculino lo ha dado con su cadena Massimo Dutti, con el lanzamiento de nuevas sublíneas enfocadas a la sastrería a medida, división en la que trabaja Rafael Medina, cofundador de Scalpers. La compañía pondrá en marcha este invierno una nueva línea de negocio que se basará en el lanzamiento de colecciones cápsula (bautizadas como Prét-â-porter), que estarán compuestas en su mayoría por trajes, camisas y jerséis hechos a medida.

 

Además, en su camino hacia la personalización del producto, Massimo Dutti también pondrá en marcha un área para clientes premium bajo el nombre Premium Space, en el que el consumidor de los trajes a medida de la cadena podrá personalizar sus pedidos, ya que contará con los datos del cliente para poder hacerle prendas a medida.

 

En paralelo, Inditex también intentará captar a más perfiles masculinos con una de sus cadenas, Stradivarius, que ya ha comenzado a preparar la composición de un equipo de diseño y comercial para el lanzamiento en 2017 de su línea para hombre. Dentro de dos años, la cadena empezará a distribuir moda tanto a hombres como a mujeres, como ya hacen otras cadenas del gigante gallego como ZaraBershkaPull&Bear.

 

Mango, por su parte, potenciará su línea de sastrería con la incorporación de un nuevo directivo a su cadena de moda masculina Mango Man. El diseñador Alfred Besora, hasta ahora al frente de la dirección creativa de la línea de moda masculina de Purificación García, propiedad de la gallega Sociedad Textil Lonia, se incorporó a finales de julio como responsable de diseño de sastrería de Mango Man, tal y como han explicado fuentes de la compañía a Modaes.es.

 

El hombre, el nuevo objetivo de las empresas del sector en España

La moda masculina es la principal baza (en ocasiones, la única) con la que juegan grupos como MacsonEl GansoForecast o Scalpers. La catalana Macson, que se centra exclusivamente en el consumidor masculino, ha llevado a cabo en los últimos años una agresiva expansión en los principales ejes comerciales del país. Con una facturación de 24 millones de euros en 2014, recientemente la compañía ha subido la persiana de su flagship store en Madrid, reemplazando a Massimo Dutti en la calle Serrano de la capital.

 

La compañía, liderada por Domingo Obradors, dispone de más de medio centenar de tiendas en el mercado español. Entre otros enclaves codiciados destaca el establecimiento que a finales de año puso en marcha en el barcelonés Paseo de Gracia. El desarrollo de Macson, que también compite con cadenas como Mango Man, también se lleva a cabo en capitales provinciales y zonas de gran afluencia turística, como las últimas tiendas inauguradas en Denia y Gandía (Alicante).

 

El auge de la moda masculina es, según Obradors, “un fenómeno internacional que empezó en mercados como Reino Unido, Japón y Francia y que ha llegado al mercado español”. El directivo asegura que “ha habido un cambio de tendencia entre los hombres, que cada vez están más informados y quieren cuidar más su aspecto físico”. Una opinión con la que coincide Javier Fondevila, fundador de Philpark: “Ahora el hombre sabe qué quiere y decide lo que compra, le gusta la moda y la disfruta, y es una tendencia muy clara que va a impulsar el segmento de la moda masculina a niveles similares a la femenina”.

 

Con tres años de vida, Philpark ha incrementado notablemente su presencia en el último ejercicio. La compañía catalana alcanza la docena de establecimientos en el mercado español en plena apertura de su capital. El público objetivo de Philpark es parecido al de otras cadenas españolas como Pull&Bear o Springfield y, aunque también distribuye moda para mujer, centra sus esfuerzos en el consumidor masculino.

 

Según precisa Fondevila, una de las principales diferencias entre el cliente femenino y el masculino es la fidelidad de este último. “El hombre pasea menos, lo que le convierte en un cliente más fiel –detalla el directivo–; cuando algo le gusta repite, y es difícil que encuentre una alternativa”.

 

El universo de la moda masculina española se ha ampliado en la última década con nuevos operadores que venden dentro y fuera de España. La madrileña El Ganso basa gran parte de su crecimiento en la expansión internacional. El pasado julio, la compañía puso en marcha su quinta tienda en Londres, superando la barrera de los 110 establecimientos.

 

El Ganso está presente en países como Portugal, Francia, Chile, México o Alemania. Clemente Cebrián, cofundador de la empresa, opina que la apuesta por la moda masculina es “una tendencia claramente internacional”. Sobre la irrupción de nuevas marcas, el ejecutivo destaca que “el éxito de los grandes grupos textiles es un factor que está animando a los emprendedores a crear nuevas firmas”.

 

Los clientes masculinos y los femeninos también difieren en el gasto. “Las mujeres siguen gastando más en moda que los hombres”, explica Alejandra Brizio, fundadora de Soloio. “En 2006, en España el hombre empezó a sentir un deseo de romper con las reglas en su forma de vestir –asegura Brizio–; ese año bajaron las ventas de corbatas respecto a otros productos”. La directiva asegura que “esta modernización del género masculino es el síntoma del acceso a la información, la apertura de mente y la globalización”.