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Especial 2020: el negocio de la moda en el año del Covid-19

Inditex: cuando el ‘fast fashion’ se convierte en el mejor escudo

El modelo de negocio del fast fashion, basado en la velocidad y la flexibilidad, ha sido puesto en duda durante los últimos años. Sin embargo, gracias a él Inditex ha logrado aguantar el Covid-19 mejor que sus rivales.

Pilar Riaño

28 dic 2020 - 05:00

Inditex: cuando el ‘fast fashion’ se convierte en el mejor escudo

Inditex logró reducir su stock pese a que sus tiendas, como las de todos los grupos del sector, estuvieron cerradas en primavera.


 

 

Como cada año, Modaes.es realiza en las últimas semanas de diciembre un repaso a los últimos doce meses en el negocio de la moda, marcados por el impacto de la pandemia del Covid-19. Análisis macroeconómico de España y el mundo, recorrido por los fenómenos sociales que ha provocado el coronavirus y reportajes sobre el impacto en las principales empresas del sector forman el Especial 2020: el negocio de la moda en el año del Covid-19. 

 

 

 

 

En 2018 se notó. En 2019 se hizo evidente. Y en 2020 ha sido extremadamente útil. Aunque con otras palabras, así explicaba Pablo Isla, presidente de Inditex, el perfeccionamiento de su modelo de negocio que el gigante gallego de la industria de la moda lleva ya varios años ejecutando. En un momento en que el stock se ha convertido en la cruz del comercio, Inditex ha sacado pecho de su bajo nivel de inventario y de su capacidad de reacción, que le ha servido también para ponerse al servicio del Gobierno y contribuir a solucionar la crisis de suministro de material sanitario que desencadenó el Covid-19.

 

Hace ya varios años que Inditex se ha volcado en vender más con menos, es decir, reducir su nivel de inventario manteniendo sus ventas al alza ganando eficiencia y, por tanto, margen. “Siempre hemos gestionado la empresa con un bajo nivel de stock, pero gracias a la inversión en tecnología y a la integración de los canales online y offline esta tendencia se ha acelerado”, señalaba a mediados de diciembre Isla a los analistas tras los resultados del tercer trimestre.

 

En el ejercicio 2019, antes de que la pandemia fuera ni siquiera una amenaza, Inditex logró cerrar el segundo y tercer trimestre del ejercicio con la primera reducción del stock desde 2012. En el cuarto trimestre de 2019 (cerrado el 31 de enero), el coronavirus impactó ya en Inditex y, pese a ello, siguió reduciendo su inventario: en el conjunto de 2019, las existencias se situaron en 2.269 millones de euros, con una disminución del 16% respecto a los 2.716 millones de euros del ejercicio anterior.

 

 

 

 

En el año del Covid, en el que las ventas no crecieron sino decrecieron, esta ha sido una de las claves de Inditex. Mientras otros grandes grupos del sector se han visto inundados de stock, la compañía ha conseguido contenerlo, gracias, según la empresa, a una gestión centralizada del inventario (maximizada gracias al Rfid), a la integración de canales y a su modelo de aprovisionamiento.

 

Desde el primer trimestre de 2020, el grupo redujo el coste de ventas, es decir, el gasto en aprovisionamiento, en la misma medida en que encogieron sus ventas. En el primer trimestre, Inditex redujo el coste de ventas un 42,8%, prácticamente la misma proporción en que se encogieron las ventas, un 44,3%. En el segundo trimestre, volvió a repetir el mismo movimiento: el coste de aprovisionamiento en el periodo se situó en 2.147 millones de euros, un 31,49% menos que en el mismo trimestre de 2019, y las ventas cayeron un 31,38%. El coste de aprovisionamiento en el tercer trimestre se situó en 2.392 millones de euros, lo que supuso un 12% menos que en el mismo periodo de 2019, cuando gastó 2.746 millones de euros. Las ventas, por su parte, encogieron un 13,54%.

 

“En 2021, en un momento más normalizado, seguiremos igual: menos inventario como porcentaje de las ventas”, afirmaba Isla a cierre del tercer trimestre. “Es una tendencia global: si crece el inventario, lo hará siempre por debajo de las ventas, eso nos permite ser más eficientes -decía-; es una clave del negocio hoy y lo será en adelante”.

 

 

 

 

Preparado para el golpe

El 18 de marzo, con el estado de alarma ya decretado en España, Inditex presentó sus resultados del ejercicio 2019, cerrado el 31 de enero. “Basándose en la información actual y de acuerdo con la NIC 2 y NIC 10, Inditex ha dotado una provisión de 287 millones de euros por el posible impacto de la pandemia Covid-19 en el valor neto de realización del inventario de la campaña primavera-verano a 31 de enero de 2020”, señaló la compañía.

 

El grupo cerró el ejercicio 2019 con unas ventas de 28.286 millones de euros, lo que supuso un alza de más del 8%, frente al incremento del 3% registrado en 2018. El resultado neto, por su parte, se situó en 3.647 millones de euros, lo que representó un aumento del 5,89%, y el margen bruto fue del 55,9%.

 

Tanto el resultado neto como el margen bruto se vieron afectados en el conjunto de 2019 por la provisión derivada del coronavirus y empañaron el cuarto trimestre, que hubiera sido el mejor mismo periodo desde 2016.

 

En el primer trimestre de 2020 (entre febrero y abril) Inditex se tiñó de rojo en las que fueron las primeras pérdidas desde la historia como cotizada de la compañía. Con un resultado neto negativo en 409 millones de euros, las ventas de la empresa se situaron en 3.303 millones de euros en el periodo, frente a los 5.927 millones de euros del primer trimestre 2019, lo que representó una caída del 44,3%. El resultado del primer trimestre incluyó una provisión “por la conclusión del programa de optimización de espacio por 308 millones de euros”. Sin esa provisión, el resultado se hubiera situado en 175 millones de euros negativos.

 

 

 

 

La gestión del inventario fue clave para la evolución en el primer trimestre y en adelante, a medida que las posteriores olas del coronavirus fueron haciendo acto de presencia. Velocidad y flexibilidad (las dos principales características del modelo del fast fashion, puesto en duda por los analistas durante los últimos años) sirvieron al grupo para paralizar y activar producciones en función de la situación del mercado.

 

“Primero dejamos de comprar, pero en mayo volvimos a hacerlo para junio, julio y agosto”, explicaba Isla en la conferencia a cierre del primer trimestre. Gracias a que el grupo no compra por adelantado, sino que se aprovisiona con una semana de antelación, logró reducir el inventario un 30%, mientras grupos como Primark se veían inundados de stock y otros como Gap disparaban sus pérdidas a más de 800 millones de dólares.

 

Tras el resbalón al rojo del primer trimestre, el gigante español corrigió rápidamente su evolución. A cierre del tercer trimestre y a la espera de que concluya su ejercicio fiscal 2020, Inditex era el única de los grandes grupos de gran distribución de moda que ya había logrado corregir el impacto del cierre de tiendas derivado del estado de alarma declarado en primavera en casi todo el mundo.

 

Tanto el segundo como el tercer trimestre de Inditex se cerraron en negro, aunque muy a la baja respecto a los mismos periodos del año anterior. En los nueve primeros meses del año (de enero a octubre) Inditex obtuvo unas ventas de 14.085 millones de euros, con una caída del 28,9% en relación al mismo periodo del año anterior. A tipos de cambio constante las ventas decrecieron un 26,9%. Asimismo, Inditex logró un beneficio neto de 671 millones de euros, un 75% menos que en los tres primeros trimestres de 2019.

 

 

 

 

Tiendas físicas y online

En la crisis del Covid-19, la gestión del inventario no sólo ha actuado sobre las compras, sino también sobre las ventas. La gestión centralizada del inventario ha permitido a la compañía dar salida a su stock pese a que su principal canal de ventas, sus tiendas físicas, tenían la persiana bajada. Igual que en el conjunto del sector, el canal online ha mostrado todo su potencial.

 

En junio, en el mismo momento en que dio a conocer sus pérdidas en el primer trimestre, Inditex anunció un nuevo plan estratégico con una inversión de mil millones de euros en digitalización durante tres años y el objetivo de que las ventas online representen el 25% del total en 2022, desde el 14% actual.

 

En el ejercicio 2019, la empresa facturó 3.900 millones de euros a través del comercio electrónico, lo que representó un 14% de las ventas, dos puntos más que en el ejercicio anterior. En 2017, el primer año que la empresa comunicó los datos de su ecommerce, el canal representaba sólo un 10% del total.

 

A la espera de que el grupo dé a conocer sus resultados anuales, el Covid-19 habrá impulsado la preeminencia de la Red sobre las tiendas físicas, sobre las que la empresa está ejecutando un duro ajuste. A la vez que dio a conocer su plan digital, el grupo anunció en junio el cierre de hasta 1.200 cierres de tiendas en todo el mundo, con uno de cada cuatro (hasta 300 establecimientos) en España, hasta 2021.

 

 

 

 

El nuevo plan estratégico diseñado por el grupo prevé que la compañía llegue a una red de entre 6.700 y 6.900 tiendas en todo el mundo, tras abrir 450 tiendas y absorber (terminología usada por la empresa para cerrar o fusionar varios locales) de entre 1.000 y 1.200 locales de menor tamaño durante 2020 y 2021. Según explicó la empresa, el objetivo es crear una red de tiendas con una superficie media más grande (se prevé que haya un aumento del 2,5% del espacio bruto) y, sobre todo, “mayores niveles de rentabilidad”.

 

El plan de absorción de tiendas en el periodo 2020-2021 incluye entre 500 y 600 unidades al año y tendrá un valor neto contable de 308 millones de euros, que se provisionaron en los resultados correspondientes al primer trimestre de 2020. Inditex insistió entonces en que el plan de cierres no incluía sólo tiendas no rentables, sino que el movimiento forma parte de una apuesta estratégica y que se espera compensar la pérdida de estos establecimientos “con el aumento de ventas de tiendas cercanas y online y por las eficiencias generadas por la mejora en la función de compra y la gestión de inventarios, impulsando un mayor volumen de ventas a precio completo a largo plazo”.

 

Este plan de ajuste, acelerado por el Covid-19, no es más que la continuación del proceso ya comenzado en 2012: desde entonces, el grupo ha abierto 3.671 tiendas con el nuevo concepto de integración en espacios más grandes y más fluidos, ha ampliado 1.106 tiendas, ha reformado 2.556 para su adaptación tecnológica y absorbido 1.729 establecimientos, 1.024 de ellos en los tres últimos años.

 

 

 

 

 

Gestión social

Además de ajustar el mecanismo de su modelo de negocio, Inditex ha jugado también un papel clave en la gestión de la crisis desde el punto de vista social y sanitario. Aunque en marzo se barajó que Inditex se acogiera a los expedientes de regulación temporal de empleo (Erte) y que presentase uno sobre 37.000 empleados en España, según cálculos de CCOO, Inditex descartó la medida en marzo y en abril y mantuvo al personal en plantilla, sosteniendo con recursos propios el pago de las retribuciones pese a que todas sus tiendas estaban cerradas. Fuera de España, aunque ajustó sus pedidos, Inditex aseguró que hizo frente al pago de todas las prendas que ya estuvieran producidas o que se encontraran en proceso.

 

El grupo se puso también al servicio del Gobierno en la gestión de la crisis de suministro de material sanitario. En marzo, Inditex comenzó a fabricar en sus plantas batas para los profesionales sanitarios y ofreció su corredor logístico entre China y el aeropuerto de Zaragoza. A finales de abril ya habían llegado por esta vía 35 millones de unidades de material de protección sanitaria correspondiente a compras públicas, privadas y donaciones, incluyendo las realizadas por Inditex y por la Fundación Amancio Ortega. Según datos de El Confidencial, entre marzo y abril el Gobierno usó aviones de Inditex para importar mercancía de China por valor de 457,6 millones de euros, la mitad de todo lo gastado por el Ministerio de Sanidad (932,3 millones de euros).