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Inditex, año 2 post-Covid: cambio de liderazgo en el momento más complejo

Tras haber superado con nota la pandemia, Inditex vuelve a hacer frente a dudas sobre el futuro de su negocio. En la tensión entre la ortodoxia y el carácter familiar, una vez más ha ganado el segundo, como ya sucedió con José María Castellano.

Iria P. Gestal

1 dic 2021 - 05:00

Inditex, año 2 post-Covid: cambio de liderazgo en el momento más complejo

 

 

Nuevo equipo para el número uno de la gran distribución de moda en el año 2 post-Covid. Pese a haber superado con nota los peores momentos de la pandemia, las dudas sobre la validez del modelo de negocio de Inditex (con la sostenibilidad y el volumen como espada de Damocles) resuenan de forma repetida y 2022 se presenta como un ejercicio clave. ¿Cómo afrontarlo? Entre la rectitud y la ortodoxia del equipo de Pablo Isla y el olfato y los valores familiares de la vieja guardia, el segundo se ha impuesto.

 

El pasado enero, algo comenzó a cambiar en Inditex. Después de más de tres décadas en la empresa, Antonio Abril, hombre fuerte de Amancio Ortega, abandonó la compañía de la noche a la mañana. Aunque el mensaje oficial fue de estabilidad, las voces de dentro de Inditex que alertaban de un cambio de ciclo comenzaron a resonar con fuerza. Un reguero de salidas de ejecutivos históricos tuvo lugar en los meses siguientes.

 

En septiembre llegó otro cambio de tercio. Tras años de la más absoluta discreción como política corporativa, Marta Ortega, hija del fundador del grupo y heredera de parte del imperio gallego, protagonizó un reportaje en The Wall Street Journal (titulado El arma secreta de Inditex y que más tarde sería reproducido en ¡Hola!), en el que hacía gala de su relación con el mundo de la moda y explicaba su trayectoria familiar y personal.

 

Esta aparición fue interpretada por muchos como un inicio del relevo natural en la empresa, pues Amancio Ortega tiene ya 85 años y Marta Ortega sería su sucesora natural, aportando a la compañía un carisma más vinculado con el diseño y la creatividad que el de su padre, más relacionado con el negocio. Otros, en cambio, vieron en este movimiento una reacción a la opinión de los analistas, un golpe de efecto para neutralizar informes negativos, como ya hizo en septiembre de 2018 tras un demoledor informe de Morgan Stanley.

 

 

 

 

En noviembre, hace poco más de quince días, otro cambio. Si Inditex nunca se ha posicionado en cuestiones relativas al sector e, incluso en momentos de escalada de precios o de crisis económica, ha señalado que su evolución era independiente de la del resto de las empresas, Isla se erigió como adalid de la sostenibilidad en la industria de la moda. “Inditex tiene la obligación de empujar a la industria hacia la sostenibilidad”, afirmó el todavía presidente del gigante gallego en un inédito posicionamiento para el grupo.

 

Todo parecía apuntar a que algo estaba cambiando en el seno de Inditex, aunque no hasta el punto en que se precipitó el lunes 29 de noviembre por la noche. A media tarde, los rumores sobre la salida de Carlos Crespo, consejero delegado de la empresa desde mediados de 2019, comenzaron a resonar con fuerza. La compañía era un fuerte blindado, aunque los principales ejecutivos habían sido convocados a una reunión ayer, martes, por la mañana.

 

Finalmente, a las 7.36 de la mañana, antes de la apertura del mercado, Inditex comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (Cnmv) la salida de Pablo Isla de la presidencia de la compañía y el nombramiento de Marta Ortega en su lugar. Aunque el que figuraba en las ternas de salidas era Crespo, el directivo ha sido finalmente degradado y su lugar lo ha ocupado Óscar García Maceiras, que es, precisamente, quien relevó a Antonio Abril como secretario del consejo hace menos de doce meses.

 

La salida de Pablo Isla y el nombramiento de Marta Ortega no le sentó bien a la acción de Inditex, que a apertura de mercado se dejaba un 5% (terminó cerrando la sesión con una caída del 6,1%). A las 11 de la mañana, Inditex convocó una rueda de prensa a través de Zoom en la que Isla pasó el testigo al nuevo consejero delegado y aclaró que el papel de Ortega será como consejera dominical y que, en la práctica, el primer ejecutivo del grupo es ya Maceiras. Más dudas surgían en el sector: ¿será un consejero delegado de transición o Inditex lo fiará todo a un casi desconocido?

 

 

 

 

La aparición de Isla ante los medios de comunicación, preparada al milímetro pero lejos de la perfección del gigante gallego, puso sobre la mesa también algunas claves: el presidente saliente mencionó a Amancio Ortega y a su relación con él más que en ninguna otra intervención, no dedicó más que las palabras que estaban ya en la nota de prensa a la nueva presidenta y, sobre todo, destacó la labor del equipo de la compañía, mencionando explícitamente a los directores de las cadenas Stradivarius, Bershka, Oysho, Lefties (que el grupo nunca ha considerado un concepto independiente y que apenas se cita en las comparecencias), Zara Home y Uterqüe. Ninguno de ellos forma parte del órgano de nueva creación que acompañará a Marta Ortega y Maceiras en la nueva etapa.

 

El comité de dirección, órgano cuya creación se anunció ayer, está formado por Carlos Crespo, Pablo del Bado (Pull&Bear), Miguel Díaz Miranda (finanzas y operaciones de Zara), Ignacio Fernández (finanzas de Inditex), Javier García Torralbo (ecommerce de Zara), Begoña López-Cano (recursos humanos), Beatriz Padín (directora de mujer de Zara), Jorge Pérez Marcote (Massimo Dutti) y Óscar Pérez Marcote (director general de Zara).

 

Todos ellos son directivos de larga trayectoria en la compañía, considerados de la vieja guardia. Según diversas fuentes cercanas a la empresa, Isla nunca logró sintonizar completamente con los equipos más antiguos, acostumbrados a una gestión más familiar y nostálgica de tiempos pasados.

 

En la tensión de poder en el seno de Inditex, se ha impuesto, finalmente, la familia. Es lo mismo que sucedió, de hecho, con el anterior consejero delegado, José María Castellano, que tras profesionalizar Inditex y llevarla a bolsa, salió de la empresa de forma abrupta. Isla tomó una empresa ya profesionalizada, pero la ha llevado a dar un paso de gigante, convirtiéndola en líder mundial de su segmento.