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Grifone reactiva las aperturas tras cambiar de manos y sube la persiana en Barcelona y Lleida

Tras cambiar de manos el pasado marzo, la compañía catalana ha puesto en marcha nuevos puntos de venta en Berga (Barcelona) y Sort (Lleida), dos poblaciones cercanas a Los Pirineos.

G. Recio

3 oct 2017 - 04:44

Grifone reactiva las aperturas tras cambiar de manos y sube la persiana en Barcelona y Lleida

 

 

Grifone se acerca al pirineo catalán. La compañía, especializada en moda outdoor, que cambió de manos el pasado marzo, ha empezado a desarrollar una nueva estrategia de retail tras un repliegue inicial cuando la empresa estuvo al borde de la liquidación. Entre sus planes inminentes figura la puesta en marcha de dos nuevas tiendas en dos ciudades del interior de Cataluña.

 

Grifone ha estrenado un punto de venta en el número 62 del Passeig de la Indústria del municipio de Berga (Barcelona), según ha explicado su nuevo accionista y consejero delegado, Pep Subirana, a Palco23. El establecimiento está en una ubicación cercana a varios picos del norte de Cataluña, como el Pedraforca, y del Parque Natural de Cadí-Moixeró.

 

El segundo punto de venta inaugurado recientemente se encuentra en el número 22 de la calle Major de Sort (Lleida), un municipio pequeño conocido por la práctica de deportes de agua. Esta población se ubica también a escasos kilómetros de la estación de esquí de Espot i Port Ainé, en la parte norte del Pirineo.

 

 

 

 

Estas dos tiendas se sumarán a las cuatro con las que ya contaba la marca antes del verano, dos de las cuales se encuentran también en el Pirineo catalán, concretamente en las poblaciones de Vielha y La Seu d’Urgell. Los otros dos están en Barcelona, donde Grifone reubicó uno de los establecimientos al local donde antes trabajaba Bonus Sport Marketing, la agencia de márketing deportivo de Sandro Rosell y que está en el foco de las investigaciones de la Audiencia Nacional.

 

Grifone dio también sus primeros pasos en el extranjero, donde abrió un punto de venta en Argentina, en la estación de esquí de San Martín de los Andes, e inició conversaciones con posibles socios en Asia para abrir mercado en China, Japón y Corea. Actualmente, las tiendas fuera de España no están operativas y se desconoce si continúa su expansión internacional.

 

La compañía está especializada desde sus inicios en prendas de tejido técnico para combatir el frío y siempre asoció su imagen a los Pirineos. Su facturación llegó hasta seis millones de euros antes de la crisis, aunque la mitad procedía de pedidos públicos para policías y otros cuerpos de seguridad. La empresa comercializa sus artículos a través del canal multimarca y en corners de la mano de El Corte Inglés.

 

 

 

 

Estas dos aperturas llegan después de que la sociedad Tèxtil Seu, propietaria de la marca outdoor renovara el consejo de administración con varios fichajes relacionados con el mundo del deporte. Pere Matamales, que ahora presidirá el máximo órgano de la compañía, dirige la consultora Agora Business Consultants. Antes, fue el consejero delegado de la National Geographic Store en Madrid. Además, el directivo se encargó de dirigir la marca italiana Kappa en España durante ocho años, hasta 2003.

 

Como miembros del nuevo consejo también están Stefano Saporetti y Antonio Alquezar, según consta en el Registro Mercantil. Mientras el primero cuenta con experiencia en Ferrari y la America’s Cup, el segundo coincidió con Matamales en su época en Kappa Iberia y en National Geographic.

 

El empresario leridano Martí Batalla puso en marcha Grifone en 1984 bajo la sociedad Tèxtil Seu, con sede en la localidad de La Seu d’Urgell (Lleida). Sin embargo, Batalla, que también era director general de la compañía, salió de ella a mediados de 2015. La marcha de su fundador coincidió en pleno giro estratégico de la marca tras la entrada en el capital de Cierco y Rosell.

 

En 2014, cuando el ex presidente del FC Barcelona entró en Tèxtil Seu, la compañía redujo su cifra de negocio un 16% respecto al año anterior, hasta 2,1 millones de euros, y ahondó sus pérdidas, que pasaron de 1,6 millones de euros en 2013 a 1,7 millones de euros, según las últimas cuentas disponibles en el Registro Mercantil.