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Gap lleva parte de su producción a Myanmar en una operación avalada por el Gobierno de EEUU

Modaes

10 jun 2014 - 16:49

Gap empieza a producir en Myanmar. El grupo de distribución es la primera compañía estadounidense de moda que traslada parte de su producción al país del sudeste asiático un año después de que el Gobierno americano decidiera levantar la prohibición de importar sus productos.

 

La nueva política de aprovisionamiento de Gap se enmarca en una alianza entre los ejecutivos de Myanmar y Estados Unidos para mejorar la asistencia y las oportunidades para las mujeres del país asiático. Gap ha empezado a producir prendas para Old Navy y Banana Republic en dos fábricas propiedad de empresarios de Corea del Sur, que emplean a unos 4.000 trabajadores, según WWD.

 

Ante las dudas que despierta el país, y para evitar que se repitan en Myanmar incidentes como los de Bangladesh, Gap ha contratado a la ONG Verité para que realice evaluaciones de las dos plantas y a ingenieros expertos en seguridad de inmuebles.

 

La antigua Birmania ha despertado el interés de los grandes grupos de distribución como un nuevo país al que dirigir su aprovisionamiento. La región cuenta con el trato a favor de las administraciones europea y estadounidense desde 2012, cuando el país abrió una senda a la democratización.

 

La Unión Europea y Estados Unidos decidieron eliminar las sanciones económicas a Myanmar, después de que el Gobierno convocase unas elecciones parciales (sólo para cubrir una parte de los escaños) y se comprometiese a realizar una nueva consulta general en 2015. La situación actual hacia la democracia parece irreversible y está impulsando las iniciativas económicas.

 

Los grandes retailers de la moda se han fijado en Myanmar porque tiene también un fuerte tejido industrial. El sector de la confección cuenta con alrededor de 350 empresas, que emplean a 300.000 personas. La mayoría de estas compañías trabajan para la exportación. El 25% de estas empresas son propiedad de empresarios locales, mientras que el 75% restante son de capital extranjero, sobre todo de Corea, China y Japón.